Ocho bares de la localidad compiten con pintxos elaborados exclusivamente con ingredientes anteriores al descubrimiento de América. La ruta del pintxo medieval hondabirriarra se puede degustar hasta el próximo 1 de junio

Hondarribia (Gipuzkoa) es la capital de la gastronomía histórica en la península ibérica hasta el próximo 1 de junio, con motivo de la celebración de la Feria Medieval.

Como parte de la programación, y de forma previa al evento, propiamente dicho, el Ayuntamiento ha organizado el XVI Concurso de Pintxos Medievales de la localidad, en colaboración con la Red de Ciudades y Villas Medievales a la que pertenece la localidad gipuzkoana. La ruta está abierta a todos los visitantes que quieran disfrutar de una experiencia culinaria única, en la que los ingredientes posteriores a 1492 están prohibidos. Nada de tomate, patata, maíz o pimiento, y sí mucho ingenio, tradición y sabor.

Ocho bares de la localidad compiten por el título de Mejor Pintxo Medieval de Hondarribia, cuyo ganador representará a la ciudad en el XVII Concurso Internacional de Pinchos y Tapas Medievales, que este año se celebrará en octubre en la localidad soriana de Almazán. Un jurado profesional recorrerá cada establecimiento para probar y valorar los pintxos a concurso.

Además, se entregará también un Premio del Jurado Popular, elegido por los visitantes. Los votantes entrarán en un sorteo cuyo premio es una degustación de pintxos y bebidas valorada en 50 euros en el establecimiento ganador del voto popular. Para votar, los participantes deberán sellar al menos tres pintxos distintos en su folleto y depositar el cupón antes del 1 de junio en los bares participantes o en las oficinas de turismo de Arma Plaza y Portua.

8 pintxos con historia: sabores medievales que conquistan el paladar
Los pintxos participantes, todos ellos elaborados con ingredientes propios del medievo peninsular, representan la diversidad, creatividad y excelencia de la hostelería local.

El equipo Batzoki presenta Ekintza, un pintxo servido en copa, con manzana, castaña, hongos, huevo y estofado de ciervo.

En  Gastroteka  Tatapas, el chef Adur Arrieta propone Aizkolari, un falso tronco de garbanzo, relleno de molleja a la brasa y manzana a la sidra.

El bar Danontzat, con Gorka Irisarri, ofrece Delicias de Bufón, carne curada sobre tosta con cecina crujiente, crema de queso Idiazabal, trufa negra, salsa de carne y setas silvestres.

La propuesta de Mika -la última campeona popular- es un Mar de sabor, donde vieira y champiñón navegan sobre un mar de hinojo. El bocado fusiona mar y tierra.

En Badia, Amaia Urdangarin presenta Baratzeko loreak elaborado con una crema fina de zanahoria, solomillo de cerdo laminado y flores comestibles.

Benito Cabrera, de Enbata, sorprende con un Bocadito de Oreo, que nada tiene de postre. En realidad es un trampantojo a base de pan plancheado con morcilla, apionabo frito y crema de manzana.

Gran Sol -vencedor en 2024- el chef Iban Florido, lleva a concurso El Nido, protagonizado por codorniz servida en un original montaje.

Finalmente, en Hondar, Trini Odriozola elabora Basoan, que es un cesto con puré de castañas, hongos salteados y virutas de panceta.

Si Hondarribia ya es de por sí un destino imprescindible para los amantes del buen comer, con este concurso, y con el ambiente de la Feria Medieval, la historia y la cocina de autor se suman a los atractivos de la localidad. Así, el próximo fin de semana (31 de mayo y 1 de junio) la ciudad se llenará de ambiente medieval culinario, como aperitivo de la Feria Medieval de Hondarribia, que se celebra los días 7 y 8 de junio próximos, con mercados, animación de calle y actividades culturales, en uno de los eventos temáticos más singulares del norte peninsular.

Hondarribia no solo destaca por su belleza costera y su rico patrimonio histórico, sino también por su firme apuesta por la gastronomía de calidad y con identidad. Como miembro activo de la Red de Ciudades y Villas Medievales, la localidad se convierte estos días en escaparate de una cocina con raíces, donde la tradición inspira creaciones de alta gastronomía.

Este fin de semana, la ciudad invita a locales y visitantes a recorrer sus calles engalanadas con aires medievales y a descubrir, bocado a bocado, cómo los sabores del pasado siguen conquistando el presente. Hondarribia demuestra, una vez más, que es mucho más que un destino: es una experiencia para los sentidos.

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