La clave de la evolución en los primeros meses de vida de un niño es su relación con el mundo exterior. Esto se refleja en actividades como sonreír a otras personas, el movimiento de manos hacia los lados en forma de saludo, gatear o caminar por primera vez. El primer año de vida es una etapa donde el pequeño se adapta al medio en el que se encuentra, no solo usando métodos aprendidos de los individuos que lo rodean, sino aprendiendo nuevos medios por sí mismo
«La gran energía y actividad llevan al niño a iniciarse en la conquista de su autonomía. El pequeño se empezará a mantener de pie y dará sus primeros pasos, cada vez con mayor seguridad. Aprender a andar va a permitir a los niños orientarse en el espacio y manipular los objetos que tiene alrededor, esto le ayudará a conocer más y mejor su entorno» – cuenta Patricia Claver, directora de Logos Nursery School.
A finales del primer año se consolida la actitud del pequeño ante la limpieza, ya que empezará a controlar sus esfínteres. No habrá que imponer esos hábitos, sino que se le ayudará para que estos se vayan formando. Para ello, y para que esa actitud sea positiva se facilitará el juego con los elementos tales como arena, barro, agua, etc, dejándole libertad de exploración.
Cuando el niño alcanza los 2 ó 3 años, comienza a coordinar sus movimientos y aprendizajes de una manera más hábil, independientemente de que aún no desarrolle los mismos con voluntad propia y soltura.
«En esta etapa surge el ‘no’ como organizador de la conducta. Es la etapa de la negación frente a todo. También ante la comida: ello puede convertir el momento de comer en un «acto realmente duro». Tendremos presente que el ‘tocar’ es una necesidad normal en su desarrollo y la comida quedará también incluida en este sentido, por lo que se intentará, en lo posible, ser un tanto permisivo a respecto. Tocar es una necesidad normal en su desarrollo» – indica Patricia.
Cada nuevo aprendizaje indica un avance en la autonomía del niño y eso transmite una sensación de adquisición de madurez.
El niño, entre 1 y 2 años, juega sólo o junto a otro niño, en paralelo. No sabe aún compartir sus juegos ni sus juguetes con otros. Durante el mismo periodo cambiará con frecuencia de una actividad a otra, aunque predominarán las llamadas «actividades motoras importantes» como correr, trepar, arrastrar, etc.
«En esta ‘edad mágica’ el niño creerá todo lo que se le dice. De ahí, que no debamos abusar de su credulidad: jamás le amenazamos con la presencia de personajes malvados, ni con nuestro abandono o pérdida de nuestro afecto. El niño teme ser realmente abandonado. No debe utilizarse el miedo, para hacerle desistir de aquellas conductas no convenientes» – asegura la directora del centro.
Los profesionales de Logos Nursery School tienen instalaciones preparadas para que los niños puedan desarrollar sus avances evitando los peligros, disminuyendo al máximo el uso de prohibiciones innecesarias que sólo conseguirían reprimir su curiosidad natural. El pequeño empieza a interiorizar ciertas prohibiciones y por ello interesa que éstas realmente sean pocas, fundamentales y permanentes, de esa forma se le aportará seguridad y confianza, así como le ayudará a estructurar sus pautas de comportamiento. Todo ello dará como resultado la adquisición de enormes progresos de control y dominio general de su cuerpo.
El Colegio Logos (Logos Nursery + Logos International School) es un colegio internacional y bilingüe, localizado en la zona noroeste de Madrid, que está posicionado entre los 4 mejores colegios de España, según el Ranking El Mundo 2022. Un colegio que se basa en la internacionalización, en la educación con valores, la innovación educativa y el espíritu deportivo.
Fuente Comunicae