El autismo dura toda la vida, pero muchos sólo descubren que están afectados cuando son adultos. La Dra. Valeria Fiorenza Perris de Buencoco explica más sobre el tema
El próximo 2 de abril es el Día Mundial de la Concienciación sobre el Autismo. Este aniversario es una ocasión importante para llamar la atención sobre los derechos de las personas con TEA (Trastornos del Espectro Autista) y concienciar sobre la comprensión y aceptación de la neurodiversidad.
¿Qué es y cómo se manifiesta?
El autismo, o más bien el TEA, es un trastorno del neurodesarrollo que afecta principalmente al lenguaje y la comunicación, y tiene consecuencias en la interacción social, los intereses y el comportamiento. El término espectro se utiliza para mostrar la enorme variabilidad de cuadros sintomáticos que pueden darse dentro de esta categoría diagnóstica. Además, pueden encontrarse formas de TEA en individuos con dificultades cognitivas e intelectuales, así como en personas normalmente capaces o incluso intelectualmente superiores.
Los criterios diagnósticos del trastorno del espectro autista son déficits persistentes en la comunicación social y la interacción social y patrones de conducta, intereses o actividades restringidos y repetitivos.
Incidencia del trastorno del espectro autista en niños y adultos
El trastorno del espectro autista afecta a más del 1% de la población mundial. Los expertos coinciden ahora en que el autismo no se limita a la edad de desarrollo, sino que es una afección permanente que dura toda la vida de una persona. De ello se deduce que la tasa de prevalencia del TEA en la población adulta no es muy distinta de la registrada entre los niños.
Autismo: síntomas y diagnóstico en adultos
El TEA es, por definición, un trastorno del neurodesarrollo, por lo que no es posible «volverse» autista en la edad adulta. Por lo general se diagnostica en la infancia y evoluciona con la persona de forma particular; sin embargo, la detección de la presencia de TEA también puede producirse en la edad adulta.
La Dra. Valeria Fiorenza Perris, psicoterapeuta y directora clínica del servicio de psicología online Buencoco comenta: «cuando hablamos de TEA tendemos a pensar automáticamente en los niños, olvidando que los trastornos del espectro autista son una condición que, en la mayoría de los casos, acompaña al individuo a lo largo de todo su ciclo vital. Por lo general, el diagnóstico de TEA se produce en la infancia, sin embargo puede ocurrir que los primeros signos lleguen más tarde o que, especialmente en los casos de autismo leve, pasen desapercibidos y, por lo tanto, no se diagnostique en la infancia».
«En los adultos, no es fácil iniciar una investigación diagnóstica: a menudo los rasgos son diferentes o menos evidentes, el individuo ha desarrollado habilidades de enmascaramiento de los síntomas o tiende a poner en práctica estrategias compensatorias y mecanismos de afrontamiento. Esto implica un gran esfuerzo por parte de la persona y, por lo tanto, puede ser una fuente de gran estrés. Tampoco es infrecuente que los síntomas del TEA en adultos se confundan con otros diagnósticos, como TDAH y TA, adicción a sustancias, TOC, psicosis, trastornos de la personalidad, bipolarismo, trastornos alimentarios o depresión».
Beneficios del diagnóstico en edades adultas
Afortunadamente, en los últimos años ha crecido el interés por el autismo en adultos y hoy, además de una mayor concienciación, se dispone de más datos, recursos y conocimientos.
«Recibir un diagnóstico de TEA ofrece sin duda inmensas ventajas. Puede, por ejemplo, permitir a la persona autista tener una mayor comprensión de sí misma y de su forma de relacionarse con el mundo, así como llevarla a tener una nueva perspectiva de su infancia y a mirar las experiencias pasadas con otros ojos».
Los individuos con TEA tienen muchas dificultades para tener una percepción exacta de los pensamientos, los sentimientos, el lenguaje no verbal o los significados implícitos de la comunicación. Otro rasgo recurrente del espectro autista en adultos es la desregulación emocional. Los individuos con TEA tienen dificultades para regular sus emociones, de modo que la ansiedad social suele ir acompañada de ira.
Entre los falsos mitos que hay que disipar sobre el autismo está la idea errónea de que los autistas sólo se sienten cómodos en soledad y no les interesa socializar. En realidad, a menudo les gustaría crear nuevas relaciones, pero les resulta difícil hacerlo. Estos tropiezos relacionados con las interacciones sociales pueden causar mucho sufrimiento, especialmente en el periodo de la adolescencia, durante el cual la persona suele tener más interés en hacer amigos o establecer una relación romántica.
«Además de tener repercusiones a nivel personal y relacional, los TEA en adolescentes y adultos también pueden tener un impacto negativo en el ámbito escolar y laboral. Las dificultades en la comunicación, además de la tendencia a exigir rutinas fijas y predecibles, exponen a la persona autista a un mayor riesgo de marginación y exclusión», dice la Dra. Valeria Perris.
«Es innegable que, por desgracia, las personas con autismo a menudo se encuentran en desventaja a la hora de afrontar las distintas etapas típicas del desarrollo del individuo. Estudios recientes han demostrado que sólo un porcentaje muy pequeño de adultos con TEA viven de forma independiente o semiindependiente, están casados o mantienen una relación sentimental y tienen al menos un amigo y un trabajo».
«La detección del trastorno del espectro autista es importante a cualquier edad, porque puede ayudar a la persona a comprender mejor sus propias dificultades y aprender a aprovechar sus puntos fuertes. Por último, ser consciente de la propia condición es indispensable para poder solicitar apoyo externo», añade la Dra. Valeria Perris.
Cómo detectar el autismo en adultos
Para iniciar una evaluación y diagnóstico de TEA en la edad adulta, siempre se recomienda ponerse en contacto con un profesional de la salud mental especializado en autismo en adultos. Cada caso es diferente, por lo que es fundamental que el autista tenga siempre la posibilidad de consultar a un profesional sanitario que pueda orientarlo en la elección de la terapia más adecuada a sus necesidades.
«La condición autista no es una enfermedad, sino una forma peculiar de ver, sentir, experimentar el mundo y, especialmente, de experimentar a los demás. Por eso no existe una única cura o terapia que pueda adaptarse a las características únicas de cada individuo. No obstante, la psicoterapia cognitivo-conductual integrada es especialmente eficaz en el tratamiento de los TEA en adultos».
Son numerosos los beneficios que la persona con TEA puede obtener de un itinerario terapéutico específico. «Con Buencoco, por ejemplo, es posible realizar sesiones online con terapeutas expertos en el tratamiento de trastornos del desarrollo y del espectro autista, que pueden ayudar a adquirir un mayor conocimiento y conciencia de sí misma y de los patrones que condicionan su comportamiento», concluye la Dra. Valeria Fiorenza Perris, psicoterapeuta y directora clínica de Buencoco.
Fuente Comunicae