Digital Future Society ha organitzado el evento Deconstructing Disinformation para reflexionar sobre la evolución de la información falsa en el contexto actual, con ejemplos directos de la guerra de Ucrania o los bulos de la pandemia. Los ponentes de la mesa redonda han coincidido en la importancia de la tecnología para la comunidad de fact-checkers, e incidido en la necesidad de alfabetización digital para reforzar el pensamiento crítico de la sociedad
Digital Future Society, programa de Mobile World Capital Barcelona, ha organizado hoy el encuentro Deconstructing Disinformation con expertos, de agencias de verificación y la Comisión Europea, para reflexionar sobre la evolución de las informaciones falsas en la era digital. La importancia de integrar soluciones tecnológicas que agilicen y protocolicen el proceso de fact-cheking de los periodistas y ejemplos directos de impacto global como la guerra de Ucrania o los bulos generados durante la pandemia han centrado las reflexiones sobre la situación actual en el ámbito de la desinformación. Además, ha presentado los dos ganadores del reto “Tecnología contra la desinformación”, que permiten la detección de imágenes manipuladas (DeepFake) y el rastreo de falsas afirmaciones en diferentes plataformas de Internet a través del análisis del lenguaje. El acto también ha contado con representación de la Comisión Europea, apuntando las líneas de trabajo de las administraciones en la lucha contra la desinformación.
Cristina Colom, directora de Digital Future Society, ha dado la bienvenida con un esclarecedor mensaje de la actualidad y destaca que “vivimos en una sociedad de la información donde, a pesar de tener más acceso a noticias y a su fuente directa, se crea la paradoja de estar más desinformados que nunca en la Historia de la Humanidad”. Colom no decae y afirma que “aunque la tecnología se ha usado como una herramienta para generar y difundir aceleradamente la desinformación, también puede y debe que ser parte de la solución para contrarrestar la batalla que se está luchando en el ámbito digital”.
Asimismo, Manuel Szapiro, jefe de la Comisión Europea en Barcelona, durante su presentación sobre la lucha contra las fake news ha afirmado que “la desinformación pone a nuestra democracia y la seguridad de nuestros ciudadanos en peligro”. Szapiro destacaba el papel de la administración europea, apostando por la colaboración: “La Unión Europea quiere liderar esta lucha contra la desinformación a través del monitoreo y desacreditando la información falsa, uniendo fuerzas, creando legislaciones y empoderando a la sociedad”.
La guerra de la desinformación
La parte central del evento la ha protagonizado una mesa redonda sobre la desinformación en el mundo postpandemia con las principales organizaciones que trabajan para detectar y detener la desinformación. El papel de las herramientas tecnológicas en el proceso de verificación de las informaciones y ejemplos devastadores de la actualidad como es la guerra en Ucrania han copado este debate. La directora de Digital Future Society, Cristina Colom, la define como “otra guerra que está teniendo como campo de batalla el ámbito digital” y así lo han corroborado con datos los expertos en verificación.
Rubén Míguez, responsable de Tecnología en Newtral, apunta a la pandemia del coronavirus como punto de inflexión y recuerda que: “tuvo gran efecto en los fact-checkers, evidenciando las limitaciones. Sabemos que el proceso manual de fact-checkers no va a ser capaz de librar esta batalla por ello automatizamos los dos primeros pasos de verificación para agilizar el proceso. Ahorramos más del 50% del tiempo de los periodistas y tenemos mayor alcance”. Además, concluye que “la tecnología no es la solución, pero sí la herramienta que combinar para hacer frente a las olas de desinformación como la guerra de Ucrania, la pandemia u otras muchas”.
Por su parte, Desirée Garcia, responsable de Efe Verifica, recoge el testimonio de Míguez y afirma que: “la tecnología de verificación es la más conectada al periodismo y debe seguir siéndolo. Prueba de ello, son los bulos de Ucrania. Si hemos sido capaces de detectar información falsa ha sido gracias a los programas que nos permiten analizar las imágenes falsas; procesos que hace unos años no podríamos haber realizado”. Garcia apuntaba un ejemplo con un dato devastador: en los cinco primeros días desde el inicio de la guerra en Ucrania, se habían registrado más de 500 bulos circulando para diseminar viralmente la desinformación sobre el conflicto. “Lejos de desaparecer, la desinformación va en aumento y es mayor cuanto más miedo hay”, asegura. Desirée García concluye con un deseo: “el gran reto es que la verificación llegue a tanta gente como la mentira, un gran desafío considerando que la mentira vende más que la verdad”.
Por último, Lorenzo Marini, codirector de Verificat, ha puesto el foco en la importancia de la educación «una perspectiva que debemos trabajar desde el inicio para incorporar en el sistema educativo, filtrando las fuentes y los sesgos. Ello nos permitirá aplicar pensamiento crítico a la información que realmente es veraz». Marini añade que la alfabetización ahora tiene un componente digital e incide en la importancia del pensamiento crítico ya que “es muy importante, pero hay un paso previo para saber filtrar antes de llegar al análisis crítico por la cantidad de información existente”.
Tecnología, parte de la solución
El evento sobre desinformación ha concluido con la presentación de dos soluciones tecnológicas impulsadas por la convocatoria de Digital Future Society “Tecnología contra la desinformación”, para potenciar el sistema de verificación de contenidos: la Universidad Politécnica de Madrid con una herramienta de fact-checking basada en el lenguaje neuronal y el centro de investigación CERTH-ITI de Grecia con la detección de imágenes manipuladas (Deep fake).
Alejandro Martin, profesor ayudante del departamento de Sistemas Informáticos de la Universidad Politécnica de Madrid y miembro del grupo de investigación Applied Intelligence and Data Analysis, afirma que “los usuarios cada vez comparten y diseminan más información, ante este escenario el proyecto tiene como objetivo mostrar el esquema de la desinformación para identificar todos los agentes que participan en el proceso». Martín ha reforzado la importancia del proyecto para priorizar el seguimiento y análisis automatizado de afirmaciones falsas “para atacar la desinformación desde su origen y poder contrastar información en diferentes idiomas para rastrear el origen del bulo usando Inteligencia Artificial”.
Por su parte, Nikos Sarris, investigador senior en CERTH-ITI y ganador de la solución DeepFake Detection Lab declara que “el uso de la Inteligencia Artificial se puede usar como herramienta en positivo o negativo según su finalidad”. Además, hace un llamamiento de acción a la comunidad de fact-checkers para reforzar el conocimiento y ofrecer los recursos necesarios para comprender y contrarrestar el problema de la reciente tecnología del DeepFake, una herramienta cada vez más sofisticada que concluye “será uno de los mayores retos en la evolución de las herramientas de manipulación de imágenes”.
Fuente Comunicae