La entidad financiera reconoce que la provincia de León es una plaza “importante y competitiva” donde se está viviendo una situación “magnífica”
Caja Rural alcanzó el año pasado en la provincia de León un volumen de negocio de 445 millones de euros además de que concedió nueva inversión por importe de 112 millones de euros, lo que incrementa el volumen de inversión de los últimos tres años hasta los 317 millones de euros en la provincia. Así lo dio a conocer hoy el director general de la entidad, Cipriano García, quien apostilló que se está alcanzando una tasa de crecimiento anual del 14,3 por ciento, con alzas “muy significativas” en inversión del ocho por ciento, de manera especial en recursos, donde se alcanzó el 21,8 por ciento.
Además, la tasa de mora, que en el caso de León se sitúa en el 5,1 por ciento, está muy por debajo de la del conjunto de la entidad, que es del 6,9 por ciento, mientras que la media al cierre del ejercicio pasado se situaba en el 9,5 por ciento. Todos estos datos permiten afirmar que el modelo que está desarrollando Caja Rural “cala en la sociedad” que está atendiendo a la “fiabilidad” que ofrece la entidad financiera.
En la provincia de León, Caja Rural dispone de 25.000 clientes, de los que 3.000 fueron nuevos el año pasado, de ellos unas 500 empresas. Cuenta con 254 empleados, que tienen una media de edad de 42 años y donde las mujeres suponen el 37 por ciento de la plantilla, por una extensa red de 87 oficinas en Zamora, León, Valladolid y Orense.
García apuntó a la provincia de León como una plaza “importante y competitiva” donde se estiman que existen muchas posibilidades. Además, consideró que la situación negativa que se ha producido en los últimos años, incluso en lo que a confianza se refiere “está cambiando” y aunque se ha “tocado fondo” se está empezando “a despuntar”. Con ello, la coyuntura en León es “magnífica” y además de por su profesionalidad, los clientes están haciendo que esta entidad disponga “cada vez de más competitividad”, dijo. “En los últimos años hemos dado un estirón, y a pesar de los momentos difíciles, ahora estamos recogiendo los frutos”, ratificó.
El director general de la entidad aludió a 2016 como un año de “consolidación” del crecimiento y “avance del modelo que supone esta banca cooperativa allí donde tenemos nuestra actividad”, ya que el año pasado se cumplieron los ratios básicos de la actividad financiera económica “por encima de la media de las entidades”. Para ello se basan en una propuesta “sencilla” que pasa por trabajar para ganarse la confianza y credibilidad de los socios y clientes que forman parte de la entidad.
“Ese trato personal y directo con las empresas y los particulares son los que al final sustentan que seamos capaces de aportarles las cifras y crecimientos que hemos conseguido”, confirmó. El año pasado, a nivel global, el volumen negocio de Caja Rural ascendió a 2.389 millones de euros, es decir, fue un 8,1 por ciento superior al del año anterior, lo que permite consolidar una tendencia al alza que se inició en 2015 y que apunta a una recuperación de la crisis económica. En este tiempo también se mantuvo la concesión de nueva financiación a empresas y particulares en los 460 millones de euros.
También se puso de relieve el alza de los recursos gestionados, que experimentaron un crecimiento del 10,2 por ciento. Por su parte, los recursos propios alcanzarán los 170 millones de euros, incluyendo las dotaciones adicionales que se lleven a cabo en el mes de mayo, lo que supone un alza del 14,7 por ciento respecto al 31 de diciembre de 2015.
Por otro lado, la tasa de morosidad se situó en el 6,9 por ciento, inferior a la registrada por el sistema financiero como consecuencia de la menor exposición relativa de la entidad al sector inmobiliario. Y la ratio de solvencia de Caja Rural también fue del 15,6 por ciento, una cifra muy superior al nivel mínimo exigido, además de que se prevé que suba un punto más en los próximos meses con la aprobación de las cuentas del año pasado.
S.Gallo/ ICAL