La obsolescencia programada es una realidad en la actualidad y se trata de reducir la vida útil de los dispositivos, consiguiendo más ventas y, por ende, más consumismo. Sin embargo, es posible aumentar el tiempo de uso de los dispositivos, sobre todo en el caso de las impresoras. Una empresa de renting y coste por página explica cómo aumentar la vida útil de los dispositivos
En el mundo de las impresoras la obsolescencia programada también existe y suele establecerse en el número de usos, por ejemplo, o por la cantidad de copias que ha impreso. La ambición empresarial, el modelo económico actual que deriva en consumismo, es lo que incentiva e incluso, se podría decir, obliga a las personas a tener siempre el dispositivo más novedoso y de última generación. No es una costumbre que consiste solamente en la curiosidad humana de cómo funciona o cómo se siente tener el último móvil que han sacado, sino que, simplemente, los dispositivos comienzan a perder su correcto funcionamiento.
No obstante, el daño medioambiental, consecuencia de este consumismo, ocurre de forma muy veloz y es irreversible. En numerosos estudios se ha demostrado lo beneficioso que es alargar la vida útil de los teléfonos, ordenadores, impresoras y demás dispositivos inteligentes. Un ejemplo de ello es un estudio de una asociación por el medioambiente de renombre que demuestra que alargar la vida útil de estos productos ahorraría casi 10 millones de toneladas de emisiones de CO2 al año. Es como si 5 millones de vehículos dejaran de circular durante un año. Un cambio considerable.
Ofi-Logic, una empresa experta en soluciones de impresión y servicios informáticos, explica de qué manera se puede alargar la vida útil de las impresoras, con la finalidad de conseguir parte de ese ahorro de CO2 y aportar un granito de arena a toda una montaña medioambiental. «El primer paso para una vida larga es ir realizando un buen mantenimiento de los equipos de impresión. Es fundamental prevenir cualquier daño que se genera con el tiempo antes de que este sea mayor y no se pueda solucionar. Dentro de este mantenimiento también está la correcta limpieza con los productos y herramientas adecuadas para ello», explica Ofi-Logic.
Un mal hábito que tienen las personas, según Ofi-Logic, es que cuando hay un atasco fuerzan el papel, tirando del mismo, para que salga fuera. Cuando se realiza esta acción es muy posible que la hoja de papel se rompa y queden restos de papel dentro del rodillo. Si esto ocurre, explica Ofi-Logic, «a la próxima vez que se realice la función de imprimir, ocurrirá lo mismo e incluso el atasco será peor. Si hay un atasco hay que actuar, pinzas en mano, sobre la zona de arrastre, abriendo las puertas de la impresora».
Fuente Comunicae