Ayer comenzaba en España la primera fase de la desescalada, el primer paso hacia la nueva normalidad a la que deberemos acostumbrarnos al menos hasta que exista una vacuna con la que hacer frente al coronavirus. La noticia que muchos celebraron saliendo a la calle en las horas permitidas (aunque no todos cumpliendo las normas) para otros supuso una enorme angustia porque tienen miedo de salir a la calle y retomar su rutina anterior al estado de alarma
Según los expertos ese miedo tiene un nombre, se llama «Síndrome de la cabaña» y, si no es tratado a tiempo, puede convertirse en un transtorno. Este síndrome es característico de personas que han sido secuestradas, presos que han pasado por largas condenas o incluso personas que han tenido que pasar por largas temporadas en un hospital. Ahora también se suman las personas que han vivido en confinamiento y responde al miedo a cambiar de lugar. Aunque el lugar en el que esas personas se encuentren no es el ideal, para ellos es un lugar seguro y por ello no quieren dejarlo.
En el caso de la desescalada son muchas las personas que no ven claro la salida al exterior porque creen que solo están protegidos dentro de su hogar y que tienen todo lo que necesitan. Así, el pensamiento de que «ojalá se alargase el confinamiento unas semanas mas» es más común de lo que pensamos. Por eso hay que dejar muy claro que esta es una reacción muy normal porque además el coronavirus no ha desaparecido por lo que el riego sigue existiendo.
¿Qué podemos hacer si estamos sufriendo este síndrome? Lo más importante es darnos tiempo y no forzar las situaciones. En estos caso se debe retomar la normalidad poco a poco. Primero unos pasos, después un pequeño paseo, después marcarnos unas rutinas.. Y así, poco a poco, volveremos a sentirnos seguros e iremos retomando nuestros hábitos.
Basta con que hoy salgas solo hasta la puerta y la abras sin llegar a salir. Mañana puedes dar unos pasos y volver. Pasado, ya puedes intentar dar un paseo.