Aunque de la industria alimentaria es bien conocida, el papel del broker alimentario no es tan habitual en la mente colectiva.

Se trata de un profesional o empresa intermediaria que conecta a los productores de alimentos con distribuidores, minoristas o compradores finales.

Actúan como estrategas comerciales que facilitan las transacciones, optimizan la logística y aseguran que los productos lleguen a los consumidores de manera eficiente y oportuna.

¿Cuáles son sus funciones?

En primer lugar, su papel de intermediación comercial es clave para conectar a quienes producen con los lineales, restaurantes, mayoristas o cualquier otro actor dentro de la cadena de suministro.

Su capacidad de análisis para evaluar las necesidades de los compradores y proveedores permite conseguir relaciones de beneficio mútuo para lograr transacciones constantes que cumplan los estándares en términos de calidad, precio y plazos de entrega.

Sin duda, su papel más importante es el de la negociación de precios y condiciones, garantizando acuerdos que lleven a precios competitivos y condiciones que beneficien a todas las partes.

En ellos está, además, supervisar que los productos cumplan con todas las normativas legales de las zonas en las que transitará hasta el consumo, los estándares de calidad exigidos por cada mercado y, sobre todo, los requisitos sanitarios y de etiquetado que exigen las certificaciones.

La coordinación logística, aunque no depende de ellos, sí puede suponer un desafío ya que de ella dependen los plazos de entrega y que los productos lleguen en condiciones óptimas, por lo que conocer a fondo los procesos se convierte en algo clave para seguir explorando las oportunidades del mercado.

Tres claves para contar con él

Más alla de ser el eslabón que une producción y consumo, es clave para que las empresas consigan una reducción de costos ya que, al no negociar directamente ellas, pueden centrarse en sus competencias ahorrando tiempo y recursos.

“Sin duda, el papel como food broker en la gestión de riesgos permite aventajar a las empresas que cuentan con su trabajo en el mercado, evitando problemas de abastecimiento, fluctuaciones de precios o el cambio de regulaciones, sobre todo, cuando conectan con mercados internacionales y entran en la fórmula aranceles, acuerdos comerciales, transporte fronterizo o nuevas legislaciones” explican desde Secoex.

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