Son muchos los trabajadores que, en vísperas de terminar el año, todavía disponen de días de vacaciones laborables que no han podido o no han querido gastar hasta el momento. Pero, ¿qué ocurre con estos días que no se han disfrutado a lo largo del año? ¿Caducan? ¿Cuándo?
Según la jurisprudencia mayoritaria, los días de vacaciones deben disfrutarse dentro del período correspondiente al año natural en el que se hayan generado. Es decir, entre el 1 de enero y el 31 de diciembre. El artículo 38 del Estatuto de los Trabajadores indica que el trabajador y su empresa deberán acordar las vacaciones respetando la planificación anual del convenio colectivo. Además, el trabajador tiene derecho a conocer dichas fechas con, al menos, dos meses de antelación. Pero, ¿qué alternativas se les ofrece a aquellos empleados que no ha podido consumir todos los días de vacaciones laborables antes del 31 de diciembre?
Fernando Calvo, director de People & Culture en HAYS España, explica que, “hay empresas que ofrecen una cierta flexibilidad y amplían el período estipulado. En estos casos, la mayoría de empresas, suelen ampliar el fin de dicho período hasta la segunda mitad de enero”. Aun así, no todas las empresas pueden ofrecer el mismo nivel de flexibilidad. “En sectores como el industrial o el de la construcción, en los que los empleados suelen realizan trabajos que implican un mayor esfuerzo físico, los días de vacaciones acostumbran a estar estipulados por la misma empresa y suelen coincidir con períodos en los que la actividad es más baja como, por ejemplo, durante los meses de julio y agosto”, añade Calvo.
La COVID-19, clave para las vacaciones
Como consecuencia del contexto pandémico, muchas empresas se han vuelto más permisivas a la hora de ofrecer una mayor libertad y autonomía a sus trabajadores. La implementación del teletrabajo no solo ha cambiado la metodología de trabajo de las empresas, sino también la forma en la que los trabajadores se plantean los días de vacaciones. “Antes, los empleados estaban acostumbrados a trabajar en la oficina y aprovechaban sus días de vacaciones para desconectar, viajar, y demás. Ahora, los empleados pueden trabajar desde donde quieran. Este factor también se ha sumado a que a los trabajadores no les urja el hecho de cogerse días de vacaciones”, explica Calvo.
Aun así, Calvo considera que “en definitiva, lo que es más importante es la gestión de resultados y el cumplimiento de los objetivos, y no tanto el total de horas trabajadas”. “Para ello, es fundamental establecer una relación de confianza entre el trabajador y su responsable”, concluye.