UPTA ha realizado un estudio sobre la mortalidad del pequeño comercio en España desde el año 2013. Los datos son desalentadores, sobre todo en los ámbitos de población de entornos rurales. En los últimos 12 meses desaparecieron más de 17.000 y en los últimos 3 años más de 20.000.
En 2013 teníamos una afiliación al RETA de 3.034.003, aumentando en más de 299.500 actualmente, situando el número de autónomos en cifras récord de la serie histórica, con 3.333.617 trabajadores por cuenta propia.
Sin embargo, a pesar de este incremento de afiliación, que se ha producido principalmente en los sectores en los que desarrollan sus servicios los profesionales cualificados, sector servicios, así como el transporte o la construcción; el pequeño comercio no deja de caer en picado y, cada año son más los que, definitivamente, tienen que “bajar la persiana”.
En el año 2013 desarrollaban su actividad en el sector del comercio minorista más de 796 mil personas trabajadoras por cuenta propia; los datos del mes de agosto del presente año sitúan a este sector en 746.006 lo que significa en términos totales una pérdida acumulada de algo más de 50.000 pequeños comercios, en este periodo.
En este contexto de destrucción del comercio minorista, hemos observado que, las comunidades autónomas con provincias en situación de riesgo extremo de despoblación son las que están viviendo un auténtico viacrucis con el pequeño comercio. En agosto del 2013, las comunidades autónomas con mayor concentración poblacional tenían un número muy similar de pequeños comercios a las cifras de este pasado agosto de 2023. Así, la Comunidad de Madrid contaba con 82.100 pequeños comercios en 2013, frente a 81.700 en 2023. Andalucía, tenía 142.200 en agosto de 2013, incrementándose en tan sólo 1.300 comercios en algo más de una década. Cataluña cuenta en 2023 con 117.500 comercios minoristas, mientras que en el año 2013 había un total de 127.000. El mismo comportamiento ha tenido el sector en otras regiones tales como Galicia, con 52.700 en 2013 frente a los 45.800 en 2023; Castilla y León, que ha pasado de tener 45.000 pequeños comercios abiertos en 2013 a 38.800 en 2023; o Castilla la Mancha, que ha perdido más de 2.000, contando en 2013 con 36.000 y en 2023 con 33.900.
Eduardo Abad, presidente de UPTA, “las CCAA no han hecho sus deberes con el pequeño comercio: unas por permitir un auténtico mercado persa en los horarios comerciales, los periodos de rebajas o grandes descuentos; otras, porque simplemente han permanecido impasibles ante la centralización de la comercialización de productos de consumo en grandes cadenas de distribución. Ninguna ha hecho lo necesario para frenar el cierre continuado del comercio de barrio o de poblaciones rurales que cada día languidece más y que está condenado a la desaparición. Simplemente han decidido centralizar la cadena de distribución para los consumidores, con ausencia de políticas de relevo generacional o de competitividad del pequeño comercio a través de la formación o de la digitalización, nada de nada se ha hecho en materia de modernización de los canales logísticos en el comercio minorista. No importan las políticas de cohesión territorial, de hecho, los consumidores que viven en entornos rurales se quedan sin servicios esenciales de productos de consumo diario”.
Desde UPTA demandamos un cambio radical en las políticas de promoción empresarial y de los pequeños negocios, “los representantes empresariales” o “los entes camerales” que siguen negociando determinadas cuestiones con la administración, de vital importancia para el comercio minorista, no son conscientes de lo que sucede en los barrios y los pueblos de nuestro país, están simplemente contemplando la agonía de miles de autónomos que ven como cada día son más los compañeros que echan el cierre a su negocio.