La abundancia de olivares, rutas y almazaras de interés sociocultural en Guadalhorce impulsan el turismo oleícola en la comarca malagüeña de Antequera, donde el AOVE y el medio rural compiten sin complejos con la oferta playera de la Costa del Sol
Ayer seducía el paladar foráneo, hoy además lo moviliza. El ‘oro verde’ reconoce en la cuenca malagüeña del Guadalhorce una de las sedes más representativas del turismo de olivares, almazaras milenarias y cata oleícola, donde el AOVE despierta pasiones y el oleoturismo crece año tras año. Atestigua este crecimiento el Cortijo Molino Jabonero, destino privilegiado de Villanueva del Trabuco, situado en el seno de la Comarca de Antequera y a pocos kilómetros de la emblemática Fuente de los Cien Caños, que da nombre a su marca estrella de aceite de oliva.
«Podemos llegar a ser un muy buen destino turístico, pero tenemos que diferenciarnos de la Costa del Sol: somos un destino de naturaleza», ha explicado Vanesa Luque, concejala de Villanueva del Trabuco. Pero no sólo de turismo ecológico y rural vive este municipio del noreste de Málaga, parada obligada para los amantes del aceite de oliva, por la superabundancia de olivos y almazaras que se emplazan en el interior provincial.
De las 1.270.100 toneladas de aceite de oliva virgen extra que se producen en España, el 85% procede de Andalucía, y esta tradición oleícola se respira con especial intensidad en Guadalhorce y alrededores. Difícil sería precisar la aportación del oleoturismo a los casi 1,2 millones de visitantes que Málaga cosechó en 2019, récord histórico para la provincia sureña al que indudablemente contribuyó esta nueva modalidad turística, que invita a sustituir los viajes de sol y playa por tours oleícolas a través del olivar, el molino, el mesón y otras reliquias del patrimonio etnográfico local.
Fiel representante del oleoturismo en Villanueva del Trabuco es Molino Jabonero, un complejo rural y oleícola con edificaciones del siglo XIX. Además del alquiler de casas junto al río Guadalhorce y de espacios para la celebración de eventos, Molino Jabonero se sostiene gracias al oleoturismo. «Empezamos a recibir visitas de grupos de escolares», confesó su propietario, que ahora da la bienvenida a «muchos extranjeros en estos años, desde finlandeses a canadienses», interesados no sólo en las visitas guiadas por un cortijo reconocido en el Patrimonio Histórico Andaluz, sino también en la degustación de los AOVES de su marca Aceite 100 Caños, elaborados con la variedad hojiblanca procedente de olivares sitos en Villanueva del Trabuco.
«Normalmente trabajamos con grupos de 10 personas mínimo», aclaran en su página oficial www.MolinoJabonero.com. De noviembre a marzo ofrecen la posibilidad de presenciar «una demostración de molienda tradicional», privilegio que pocas experiencias de oleoturismo en Málaga pueden igualar. Y es que Molino Jabonero dispone de una histórica almazara formada por un molino de rulos de granito y otro de sangre, prensas de capacho y tinajas de decantación, a los que se suman un mesón y los restos de un acueducto provisto de cao.
Acerca de Molino Jabonero
Molino Jabonero es un cortijo malagueño situado en el municipio de Villanueva del Trabuco. Cien años de antigüedad y la declaración de Bien de Interés Cultural y Patrimonio Etnográfico Andaluz lo convierten en un destino referencial para el turismo en Andalucía, poseedor de un museo consagrado a la oleicultura, multitud de espacios habilitados para eventos, y el exclusivo aceite de oliva virgen extra 100 Caños.