«No voy a dimitir» Así de claro y tajante se ha mostrado el presidente de la Real Federación Española de Fútbol, Luís Rubiales, quien declaraba en la Asamblea celebrada esta mañana haber pedido perdón «por el gesto del palco, también por el beso a pesar de que ha sido consentido. No voy a dimitir. Les digo más. He recibido muchas presiones. Me han dicho que lo mejor era dimitir porque me iban a echar el lunes, pero estamos en un país donde hay ley. Quien me conoce sabe que voy a luchar hasta el final. Espero que se cumpla la ley, y como no hay nada pues no se produzca».
Respecto al beso de la polémica, Rubiales ha querido dar sus explicaciones: «el deseo que podía tener en ese beso era el mismo que podía tener dándoselo a una de mis hijas, no hay posición de dominio, la gente lo comprende aunque los medios vendan una cosa, tanto los que están a sueldo de Tebas como los que están con el falso feminismo». «La clave es que fue un beso consentido, esta jugadora falló un penalti, tengo una gran relación con todas las jugadoras, hemos sido una familia durante un mes, tuvimos momentos muy cariñosos, en el momento que apareció Jenni me levantó del suelo, luego nos abrazamos y yo le dije olvídate del penalti, ella me dijo eres un crack, yo le dije «¿un piquito?» y ella me dijo vale».
De este modo, Rubiales seguirá al frente de la RFEF aunque está a la espera de la sanción que pudiera llegar de la FIFA, a través de su Comisión Disciplinaria puesto que tanto el beso a Jennifer Hermoso como sus palabras en el palco podrían resultar constitutivos de violaciones de los artículos 13.1 y 13.2 del Código Disciplinario de este organismo.