Afrontar una reforma en el hogar nunca es tarea fácil. A los nervios, la incertidumbre y la falta de decisión hay que sumar que transitarán por ella un equipo de personas que, en un primer momento, parecerá que destruyen más que otra cosa. Y poder con todo ello sin perder los nervios no es para nada sencillo.
Lo primero que suelen recomendar los expertos es definir bien cuáles son los objetivos.
“Sentarse y transmitir exactamente qué se quiere hacer y por qué suele ser la clave para que los profesionales y los clientes se entiendan de verdad. A partir de ahí, el diseño debe ser claro y explicado para que comprendan qué se puede hacer, qué no y cómo se necesita hacer para que quede realmente como quieren” explican desde Maskemodulo, empresa especializada en este tipo de proyectos.
Una buena reforma llevada por profesionales no solo actualiza la vivienda sino que incluso incrementa su valor, hecho por el que muchos apuestan por darle un lavado de cara antes de sacarlas al mercado si están pensando en venderla.
En segundo lugar, es el momento de, con el diseño, hablar de los materiales. Elegir los materiales y colores es uno de los dilemas que se encontrarán sobre la mesa. Es clave para presupuestar la reforma y para asegurar que luce como se tiene en mente. A veces, al intentar abaratar, luego se solicitan cambios que acaban entorpeciendo el buen funcionamiento de la obra.
Una vez se consiguen los permisos, de ser necesario, es clave dejar a los equipos de trabajo llevar a cabo su labor con total autonomía y libertad para agilizar los plazos. Para ello, es recomendable también preparar la casa y la zona de reforma quitando todo lo necesario para facilitar el trabajo de forma ágil y cómoda.
“Cuando los equipos tienen el espacio y la idea y organización clara, todo fluye mejor” explican.
Con esto claro, cualquier reforma puede llegar a buen puerto de forma sencilla. Basta seguir con las recomendaciones de los profesionales para evitar sorpresas desagradables.