Este 7 de octubre se conmemora la 13ª edición de la Jornada Mundial por el Trabajo Decente (#JMTD20). Una jornada reivindicativa y de movilización, promovida por organizaciones sindicales de todo el mundo, para para reclamar trabajo digno, con derechos y seguridad, y un nuevo contrato social, en un año marcado por el impacto del Covid-19. La Unión de Asociaciones de Trabajadores Autónomos y Emprendedores (UATAE) se suma a esta convocatoria reivindicando que ese nuevo contrato social “debe traer más derechos y protección a las trabajadoras y trabajadores autónomos”, que no pueden quedarse al margen “del octavo Objetivo de Desarrollo Sostenible (ODS) que mandata a los gobiernos precisamente a aunar el trabajo decente con la búsqueda del crecimiento económico”, recuerda la secretaria general de UATAE, María José Landaburu. En concreto, en nuestro país, esto debe empezar por “acelerar la reforma justa y solidaria de la cotización de los autónomos a la Seguridad Social, anunciada por el Gobierno, que refuerce el Estado del Bienestar”, y por “impulsar desde el tejido económico de base, desde los autónomos y micropymes, los retos de la inmersión digital y la transición ecológica, aprovechando la oportunidad de los fondos europeos de recuperación”. UATAE lo tiene claro: “sin un trabajo autónomo decente no habrá recuperación económica justa”.
Landaburu recuerda que UATAE lleva años defendiendo un nuevo sistema de cotización por ingresos reales, que refuerce el carácter contributivo y redistributivo del sistema, para que aporten más quienes más ganan “mientras la inmensa mayoría -7 de cada 10 autónomos- pueda ver su cuota reducida o pagar lo mismo que ahora, y las prestaciones y pensiones de todos se mejoran”. Este elemento es clave para reflexionar en un día como hoy, afirma la secretaria general de la Unión de Autónomos, porque “no podemos hablar de trabajo decente si no abordamos cómo los autónomos dejan de ser trabajadores de segunda”. Por ello, emplazan al gobierno a que su compromiso se materialice “lo antes posible”. Igualmente, para Landaburu “el enorme reto de la recuperación y la reconstrucción económica implica transformaciones profundas de nuestro tejido productivo, y se cruza con otros grandes retos como el de la digitalización de la economía, la crisis climática o la llamada España vaciada, y nuestro país no puede permitirse prescindir del capital humano y de la aportación a la economía de los autónomos y micropymes a la hora de trabajar sobre estos elementos”.
María José Landaburu concluye: “La pandemia ha sacudido la actividad económica y ha puesto el foco en la necesidad de un sistema de protección fuerte y del liderazgo público ante los retos del tejido productivo, y es ahí donde debe introducirse la meta de un trabajo decente también para quienes viven de su trabajo por cuenta propia”.