Las primeras máquinas fabricadas por Ardel datan de 1981, cuando comenzó su andadura como empresa unipersonal con su marca registrada y su logotipo en Vizcaya.
Hoy, 40 años después, hablar de Ardel es hacerlo de una empresa consolidada y líder de su sector que se ha especializado en la fabricación de equipos de marcaje y manipulación para la automatización de procesos como el marcaje, etiquetado, promociones o envasado.
Pese a que en sus comienzos se centró en equipos para bancos y cajas de ahorro que sirvieran para el sellado automático de documentos, poco a poco fue abriéndose a sectores como los almacenes de patatas, las administraciones de lotería o incluso las bodegas.
El salto al sector del packaging llegó de forma natural en su trayectoria empresarial, suministrando desde entonces máquinas y equipos a empresas de marcaje, codificación o etiquetado. Entre sus clientes, Domino, Linx, Videojet o Zanasi, entre otros.
“Fuimos de los pioneros en fabricar maquinaria que sirviera a las multinacionales establecidas en medio mundo desde que comenzó, por suerte, a ser obligatorio identificar los productos con la norma generalizada que exigía la fecha, lote, ingredientes, etc.” comenta Antonio Rodríguez, fundador de la compañía.
Pero no solo se quedó en el ámbito alimentario. Sus máquinas han estado en la Fábrica Nacional de Moneda y Timbre (Casa de la Moneda) dando servicio en la renovación de DNI hasta que todo el proceso se digitalizó gracias a las herramientas que instaló Ardel.
Toda una vida al servicio de la automatización de procesos para facilitar a las empresas sus tareas. Como en el caso de Neopost, una multinacional francesa que adquirió hasta 250 máquinas para firmar automáticamente cheques.
El efecto 2000 en Ardel: su paso a Sociedad Limitada
A partir del año 2000, aprovechando el cambio de milenio, la compañía pasa a denominarse ARDEL, Fabricación de Equipos de marcaje y Manipulación, S.L. (ARDEL,F.E.M.M.,S.L.), un paso que definiría también su crecimiento futuro y su apuesta por la innovación.
Comenzaron a fabricar máquinas más modernas y apostaron por la internacionalización, teniendo presencia en ferias de gran importancia como la alemana Interpack.
“Es la mayor feria del mundo del Envase y embalaje. Hemos estado hasta en cuatro ocasiones, entre 2002 y 2011. Son ferias trianuales y, con nuestra tecnología, teníamos que estar. Fueron un gran éxito para darnos a conocer fuera de nuestras fronteras” explica.
En la actualidad, gracias a su innovación y a este tipo de acciones, facturan sobre el 40% en acuerdos con empresas internacionales, entre otros, con clientes de países del este, Europa, México, Colombia, etc.
Un éxito de 40 años que, aún hoy, sigue teniendo ese espíritu vizcaíno con el que empezó a labrar su trayectoria empresarial.