La V Feria del Libro de Bustares reunía a más de 35 casetas y cientos de visitantes en un sábado de Semana Santa de climatología inestable, confirmando la consolidación de este evento en la Sierra Norte de Guadalajara. El evento ha contado con la colaboración de ADEL Sierra Norte

A pesar de que la nieve hizo presencia, un año más, el sábado de Semana Santa en Bustares, no ha influido en lo más mínimo en el éxito de la V Edición de la Feria del Libro de Bustares celebrada el pasado Sábado Santo, un evento que ha contado con la colaboración de ADEL Sierra Norte.

A las 10 de la mañana comenzaban a llegar los participantes de la V edición de la Feria del Libro de Bustares. Para algunos era un reencuentro, para otros era su primera vez. 

A lo largo de la mañana centenares de personas transitaron la Iglesia de San Lorenzo y el centro Social de Bustares, colgando un metafórico «no hay billetes» en cada una de sus actividades. 

Los puestos, la mayoría en el interior de la iglesia, rebosaban de curiosos que buscaban nuevas lecturas. La artesanía también era un reclamo. La nueva empanada de morcilla y pera realizada por una de las artesanas y vecina del pueblo, se agotaba pronto. La demanda del chocolate caliente que ofrecía la organización era, por motivos obvios, muy alta. Bustares se había llenado de gente. No sólo los vecinos del pueblo estaban apoyando el evento, también vecinos de los pueblos de alrededor llegaron pronto para no perderse nada. 

Tanto el ciclo de cuentos infantiles realizado en la Capilla de la Iglesia, como la conferencia llevada a cabo en el Centro Social estuvieron llenos en cada propuesta.
 
El ciclo de cuentacuentos abrió con la participación de Tamara Gualda y Núria Cáceres con el cuento «Dalí y yo». A continuación Tautalentos realizó un cuentacuentos taller de «El Viaje de Mei» y finalmente la autora alicantina María José Marrodán cerró el ciclo con su cuento «Una princesa, ¿en serio?»

La conferencia «La biblioteca en el entorno rural» a cargo de Aurora López Ciruelos, con la parte del proyecto del Bibliobus, y de Miguel Llorente, con la historia de la Biblioteca de Bustares «El Telar», tuvo un añadido de improvisado de última hora, en el que compañeros de que gestionan la biblioteca rural de Membrillera, otro pueblo del entorno del norte de Guadalajara, se sumaron al acto explicando su proyecto. Pero sin duda, el momento más emotivo fue el homenaje póstumo, realizado a D. Victor Garrido, fundador de la Biblioteca El Telar, por parte del pueblo. 

La inestable climatología obligó a cambiar de ubicación alguno de los actos del programa. El primero que tuvo que adaptarse fue «Mujeres de boca grande», el recital poético – musical realizado por Marta Marco Alario y Guillermo Chicharro. El lugar elegido fue la Capilla de La Iglesia, y en palabras de los propios autores del recital, fue todo un acierto, ya que la intimidad que se generó con el público hizo que se generase un clima único. 

A las 15:30h comenzó el horario vespertino y con ello la metamorfosis de la iglesia. Lo que por la mañana había sido un espacio lleno de libros, en pocas horas se transformó en un auditorio. Los libreros cerraron sus puestos y la organización se puso a cambiarlo todo. Mesas afuera, sillas dentro. Libros fuera, focos y altavoces dentro. Un devenir de cables cruzaban la iglesia de lado a lado para tenerlo todo preparado para la llegada del grupo de música Instinto Clásico. 

En paralelo a esta metamorfosis de la iglesia, la feria siguió en otros espacios. El espectáculo de narración oral «Cuentos poco edificantes» realizado por Pablo Albo, uno de los mejores narradores del panorama nacional, llenó completamente el Centro Social. Aunque esta actividad también tuvo que cambiar su ubicación, Pablo, como buen cuentacuentos, hizo de este espacio un activo valioso para su espectáculo, usándolo a su favor en constantes interacciones con el público que despertaron la carcajada de los participantes. 

Como en el Centro Social a esa hora estaban programados los talleres infantiles, y las dos cosas a la vez son incompatibles, las nuevas generaciones se trasladaron a la sala principal del Ayuntamiento, donde los monitores del proyecto Corresponsables impartieron un taller dedicado a la elaboración de cómics. Y a su finalización, recorrieron todo el pueblo, ahora sí, sin importar la climatología exterior, buscando las pistas literarias que conformaron la gymkhana familiar de la tarde. 

A las 20:30 de la tarde las puertas de la iglesia se abrieron de nuevo para el fin de fiesta. Batería, bajo, guitarra y voz coronaban la zona del altar. La nave de la iglesia se llenó por completo para disfrutar del concierto de versiones de rock de la banda Instinto Clásico. Hora y media ininterrumpida de un sonido excelente en un entorno único. 

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