Según los datos de la Encuesta de Población Activa del segundo trimestre del año 2020, publicada hoy por el INE, el número de trabajadores y trabajadoras por cuenta propia ha caído en 36.100 personas (-1,2%) respecto al trimestre anterior, mientras que en términos interanuales ha disminuido en 34.600 (-1,1%). Esto significa que el trabajo autónomo sufre un retroceso y lucha por resistir en un trimestre tradicionalmente de creación de empleo que en este año ha estado marcado por la pandemia del Covid-19, las medidas del estado de alarma y la crisis económica sobrevenida por esta situación. Como indica la secretaria general de la Unión de Asociaciones de Trabajadores Autónomos y Emprendedores (UATAE), María José Landaburu, “estos datos confirman la tendencia que veníamos detectando en las cifras mensuales de afiliación a la Seguridad Social, y podemos decir que sin el escudo social desplegado con medidas como los ERTEs por fuerza mayor y la prestación extraordinaria por cese de actividad de los autónomos, sin duda la situación hubiera sido más grave”, pero a su vez “la tremenda incertidumbre por los rebrotes y por la lentitud en la reactivación económica en sectores como el turismo, obliga a pensar en nuevas medidas sin necesidad de esperar nuevos datos peores”.
El número de ocupados total se redujo en 1.197.700 en relación al mismo trimestre del año pasado, un 6%. Este impacto se ha dado fundamentalmente en relación al empleo asalariado, con 1.161.500 trabajadores menos, una caída del 7%, mientras los autónomos y autónomas han aguantado con una bajada de 34.600 (-1,1%), siete menor. En relación al primer trimestre de este mismo 2020, se han perdido 1.033.300 (-6,2%) asalariados y 36.100 autónomos (-1,2%). Para UATAE, un dato preocupante que confirma la situación de mayor alcance de la crisis en el trabajo asalariado, es que en el último año se han perdido 73.100 autónomos empleadores (-7,8%), autónomos que han dejado de tener empleados a su cargo aunque la mayoría se han mantenido en la actividad.
Para la Unión de Autónomos, medidas como la prestación extraordinaria por cese de actividad -que llegó a alcanzar a 1.466.123 autónomos a fecha de 30 de junio, el 45,52% del colectivo- han evitado una destrucción de empleo mucho mayor. Sin embargo, existe una importante incertidumbre de futuro ya que las prestaciones han reducido su intensidad y al tiempo tenemos una situación de rebrotes en distintos lugares de España, que está afectando negativamente a la ‘nueva normalidad’ y lastrando la activación económica por afectar a un sector tan importante para España como es el turismo.
María José Landaburu recuerda que “no habrá recuperación económica si no se mantienen algunos sectores como el turismo y si no se plantean nuevas medidas”, entre las cuales, apunta, además de “la prolongación de prestaciones en algunos sectores como el turístico para que la protección social incentive el mantenimiento de actividad”, es necesario “un sistema de ayudas directas para el pago de alquileres y otros gastos asociados a la actividad y una moratoria sin intereses por parte de la banca a las obligaciones de préstamos, leasings, rentings y otros productos financieros asociados a inversiones y gastos profesionales de los autónomos”.