Pese a los malos registros de los últimos meses, el sector de servicios TIC se mantiene como uno de los menos afectados por la crisis de la COVID-19 en cuanto a creación de empleo. Aunque es cierto que el ritmo de contratación se ha moderado (se repite el +0,8% de la anterior entrega en una escala de +/‐100), las empresas se mantienen en el lado positivo de la balanza y, por el momento, no destruyen puestos de trabajo
Así lo refleja la nueva entrega del informe TIC Monitor elaborado por VASS y el Centro de Predicción Económica CEPREDE, que recoge una primera foto del impacto del coronavirus durante el primer semestre año y que deja clara la menor afectación económica del sector TIC en comparación con el de servicios.
“Este contraste se debe tanto a su importancia estratégica, puesto que la transformación digital está en la hoja de ruta de la recuperación en todos los `sectores cliente´ sin excepción, como a su adaptabilidad operativa, porque hablamos de la actividad que más rápida y eficientemente se ha adaptado al teletrabajo”, asegura Antonio Rueda, director de VASS Research y responsable de TIC Monitor.
Además, se ha detectado una positiva rectificación en la evolución de la actividad TIC, cuya contracción en términos interanuales ha sido del 14,9%, (entre junio de 2019 y junio de 2020) cinco puntos menos que el mes pasado, cuando se registró una brusca caída del 19,9%. “Se interrumpe una tendencia a la baja que llevaba agudizándose durante tres largos meses. Un pequeño punto de inflexión que habrá de ser refrendado el mes próximo, ¿será el primer peldaño de la remontada?”, se pregunta Rueda, quien insiste en que ambas cifras, no obstante, quedan muy lejos del más del 30% de contracción de actividad que alcanza el sector de los servicios en su conjunto.
Empeoran las expectativas de los empresarios
Por otro lado, los indicadores de clima han dado en esta entrega un vuelco y entran en el terreno negativo, quebrando la confianza de los empresarios a corto plazo. En términos de evolución esperada de la facturación para los 3 próximos meses, el indicador pasa de una puntuación de +33,6 puntos a -8,9 en una escala de +/‐100. Ello equivale a que el 54,5% de las compañías cree que su actividad caerá durante los tres próximos meses.
“Agosto, momento en el que se hicieron las entrevistas de clima, fue un mes delicado por las complicaciones no ya sólo sanitarias sino por la cruda constatación del deterioro económico (actividad y empleo), también en el entorno internacional. Las tornas han cambiado, contrastando con un entorno europeo donde gana terreno el optimismo”, explica Rueda.
Asimismo, esa percepción se traslada virulentamente a la posibilidad de creación de empleo neto, que desciende abruptamente hasta los -28,1 puntos en una escala de +/‐100. Si en la pasada entrega dos de cada tres empresas confiaban en la creación de empleo neto a corto plazo, en esta ocasión es justamente todo lo contrario: dos de cada tres creen que bajará su nivel de empleo.