Las carreteras son las grandes vías de comunicación de este siglo. Más allá del transporte aéreo y ferroviario, el usuario común suele utilizar las vías públicas para desplazarse hasta el lugar de trabajo, hoy, más que nunca, a su lugar de vacaciones y cómo no, también a todo lo relacionado con el ocio.
Sin embargo, una de las grandes demandas sociales para con la Administración Pública tiene mucho que ver con la necesidad de dar una vuelta a las carreteras y mejorar su firme, que se ha visto dañado por el tránsito de un número cada vez mayor de vehículos y que, además, depende en muchos casos de las Comunidades Autónomas que dan el visto bueno a proyectos que se demoran en el tiempo más que lo deseado.
Pero, ¿cuál es la mejor solución para los asfaltos?
En este sentido, uno de los últimos avances tiene que ver con el microaglomerado en frío. «Se trata de una técnica de conservación de pavimentos que constituye una de las mejores soluciones a problemas no estructurales de carreteras y viales con firmes asfálticos. En realidad no es más que una mezcla bituminosa fabricada a temperatura ambiente con emulsión bituminosa de rotura lenta, agua, áridos, polvo mineral y distintos aditivos. El slurry asfáltico es empleado sobre todo en tratamientos superficiales de poco espesor y aporta al pavimento unas mejores condiciones mecánicas y de impermeabilidad» explican desde Ecoasfalt, quienes más allá del éxito de sus productos en España han comenzado ya su internacionalización corporativa.
El objetivo es conseguir que las carreteras y, por qué no decirlo también, las pistas de los aeropuertos, estén en las mejores condiciones posibles para evitar contratiempos, accidentes o incidencias que obliguen al conductor a una reacción instintiva que pueda poner en peligro al resto de coches en circulación. Y para ello es perfecto el tratamiento slurry.
De hecho, según algunos expertos, hasta el 90% de los accidentes y los siniestros podrían reducirse con un buen firme si se pudiera aplicar también el slurry en el hormigón gracias a empresas especializadas que serían capaces, por su parte, incluso de abaratar el coste.
Y para ello nada como el compromiso de mejorar las condiciones de la red de carreteras española, sobre todo, cuando se habla de vías secundarias, quizás las más castigadas por la tardanza en su mantenimiento.
Y parece que esa es la intención al presupuestar con la cifra más alta este otoño el gasto para el mantenimiento de las carreteras por parte del Gobierno en sus Presupuestos Generales para 2022.