Las medidas de confinamiento de la población como respuesta a la pandemia del coronavirus, iniciadas en la segunda mitad de marzo, ha derivado en una brusca caída el número de huelgas en nuestro país hasta las 12,1 huelgas cada 100.000 compañías (caída interanual de un 21%)
Adecco Group Institute, el centro de estudios y divulgación del Grupo Adecco, quiere saber cuál es el grado potencial de satisfacción de un ocupado medio en cada una de las comunidades autónomas españolas. Para ello presenta la segunda parte del Monitor Adecco de Oportunidades y Satisfacción en el Empleo que, semestralmente desde hace más de ocho años, profundiza en dicho grado de satisfacción, así como en las oportunidades laborales del mercado laboral.
Para la realización del informe, se toman en consideración cinco áreas fundamentales en el entorno laboral de las personas como son la remuneración, la seguridad laboral, las oportunidades de empleo y desarrollo profesional, la conciliación entre la vida personal y la profesional y la conflictividad laboral. En total, se analizan 16 subvariables diferentes[1].
En esta entrega se hace balance de los resultados obtenidos durante el segundo trimestre de 2020 y se comparan con los mismos de 2019, en base a la Encuesta de Población Activa (EPA)[2], que publica trimestralmente el Instituto Nacional de Estadística (INE), y en esta segunda parte, se centran en los bloques de variables: Seguridad en el Empleo, Oportunidades de empleo y desarrollo profesional; y Conflictividad laboral.
En la primera entrega del Monitor ya se vio que Baleares, la Comunidad de Madrid y la Comunidad Valenciana son actualmente las mejores autonomías para trabajar, que el salario medio español había crecido un 1,5% interanual hasta situarse en los 1.700 euros mensuales y que su capacidad adquisitiva había experimentado una mejora de la misma magnitud.
Ahora, se analiza cómo el decreto del Estado de Alarma ha reducido variables como la siniestralidad laboral pero también otras muy importantes para la economía de un país como la creación de empresas.
Seguridad en el empleo
Este bloque del Monitor Adecco trata el concepto de Seguridad en el empleo en un sentido amplio. Por eso, no solo comprende la siniestralidad, sino también la cobertura de la prestación por desempleo, la magnitud del paro de larga duración y el tiempo necesario para volver a encontrar un empleo una vez que se ha perdido.
Cae notablemente la siniestralidad laboral en nuestro país
Las medidas de confinamiento de la población como respuesta a la pandemia del coronavirus, iniciadas en la segunda mitad de marzo, han derivado en una brusca caída de la siniestralidad laboral, que era ya incipiente en el primer trimestre y mucho más marcada en el segundo.
Pese a que el Monitor Adecco considera las variaciones de los últimos cuatro trimestres, lo que atenúa las oscilaciones, en el segundo trimestre del año, donde se enmarcan las principales semanas del Estado de Alarma, se han registrado 58,7 accidentes que causaron baja cada 10.000 ocupados (-13,3% interanual).
Es la menor proporción de accidentes laborales desde diciembre de 2013 y muy próxima al mínimo alcanzado en dicho año, de 55,5 accidentes cada 10.000 ocupados.
La proporción de accidentes de trabajo se ha reducido en 9 autonomías, algo que no ocurría desde mediados de 2013. Los mayores descensos se han observado en Canarias (-12,5% interanual), la Comunidad de Madrid (-9%) y Baleares (-6,5%).
Pese a prevalecer la reducción de la siniestralidad, aún se han registrado incrementos significativos de la misma en el País Vasco (+13,4% interanual), La Rioja (+9,3% interanual) y Navarra (+7,9%).
Precisamente, Navarra ha pasado a ser la autonomía con mayor proporción de accidentes laborales, con 90,3 siniestros que causaron baja cada 10.000 ocupados. Le siguen Baleares (que antes ocupaba el primer lugar, ahora con 85,2 accidentes) y el País Vasco (80,3).
En la situación opuesta, las tres regiones con menor siniestralidad son la Comunidad de Madrid (55,7; con un descenso interanual de un 9%, como acabamos de ver), Canarias (57,5 siniestros; -12,5%) y Cantabria (58; -3,2%).
Sigue en descenso el número de parados de larga duración
Pese al incremento en el número total de parados (cosa que no ocurría desde septiembre de 2013), contrariamente a lo que cabría esperar, el número de parados de larga duración (llevan al menos dos años buscando empleo) ha continuado cayendo en el segundo trimestre, incluso de forma más marcada que en los tres trimestres previos. Aunque esto podría explicarse en parte por el “efecto desaliento”: ante la creencia de que no es posible encontrar un empleo, se abandona la búsqueda del mismo. Así, la persona en cuestión deja de considerarse desocupada y pasa a formar parte de los inactivos.
Mientras el número total de parados ha aumentado hasta 3,68 millones (el mayor número en dos años), en el trimestre analizado se han contado 744.800 desocupados de larga duración, el número más bajo en una década (262.100 menos que un año antes).
Como proporción del total de personas sin empleo, considerando la media de los últimos cuatro trimestres, los parados de larga duración equivalen al 27,4%. Es una proporción 5,1 puntos porcentuales inferior a la de un año antes y la menor desde marzo de 2012.
Todas las autonomías han visto descender su proporción de parados de larga duración. Diez comunidades han replicado esta dinámica, con un aumento en la cantidad total de parados simultáneo a una caída en el colectivo de desocupados de larga duración.
Asturias se mantiene como la región con el dato menos favorable (un 34,8% de sus desempleados son de larga duración; aunque experimenta un descenso interanual de 6,7 puntos porcentuales), seguida por Extremadura (34,5%; -1,8 p.p.) y Castilla-La Mancha (31,3%; -3,2 p.p.).
Baleares continúa siendo, por amplia diferencia, la comunidad con menor proporción de parados de larga duración, ahora con un 15,5% (caída interanual de 2,5 p.p.). Le siguen Navarra (19,3%; -7,7 p.p.) y Cataluña (20,5%; -5,4 p.p.).
Aumentan los parados cubiertos por una prestación
Una de las medidas más importantes para paliar los efectos económicos de la crisis provocada por la pandemia global es la que puso en marcha los ERTEs (Expedientes de Regulación Temporal de Empleo) por fuerza mayor. Aunque en las estadísticas continúan siendo considerados como ocupados, los beneficiarios de los ERTEs por fuerza mayor también aparecen como perceptores del seguro de desempleo. Para no distorsionar la serie de datos histórica y permitir la comparación, en lo que sigue han separado ambos grupos. Por lo tanto, se refiere a perceptores de la prestación por desempleo en su sentido convencional, es decir, excluyendo a los beneficiarios de ERTEs por fuerza mayor.
La reducción del número de parados de larga duración (colectivo cuyo derecho al cobro de la prestación por desempleo se extinguió, aunque en algunos casos comienzan a cobrar la Renta Activa de Inserción) y el aumento de los que llevan desocupados pocos meses (el grueso de los cuales accede a la prestación por desempleo), han confluido en el aumento generalizado de la proporción de parados cubiertos por una prestación.
En el conjunto de España, un 75% de los parados está cobrando una prestación por desempleo, lo que supone un incremento interanual de 10,2 puntos porcentuales. Es la mayor proporción de parados cubiertos en once años.
Esta variable ha mejorado en todas las autonomías. Hay tres regiones en las que más de un 90% de sus parados están cubiertos por una prestación: Baleares (102,9%[3]; +12,1 p.p.), Cantabria (91,2%; +8,2 p.p.) y Extremadura (90,3%; +6,6 p.p.).
En el otro extremo se encuentran tres regiones en donde al menos 1 de cada 3 parados no percibe una prestación. Se trata de la Comunidad de Madrid (60,8%; +10,6 p.p.), Canarias (63,2%; +11,2 p.p.) y Asturias (65,4%; +6,7 p.p.).
Crece la tasa de paro en nueve autonomías
La inclusión de los beneficiarios de ERTEs por fuerza mayor entre los ocupados y la reducción de la población económicamente activa (porque 9 de cada 10 personas que perdieron su empleo no comenzaron a buscar otro puesto de trabajo, por lo que pasaron a estar inactivos), explican que en el segundo trimestre de 2020 se haya podido registrar, pese al contexto de crisis, una ligera reducción interanual de una décima, hasta el 14,4%, en la tasa de desempleo[4]. Aun así, la tasa de paro ha subido en nueve regiones españolas, algo que no ocurría desde marzo de 2014.
Extremadura (22%, incremento interanual de una décima), se mantiene como la comunidad con mayor proporción de desocupados. Le siguen Andalucía (21,3%) y Canarias (20,5%, descenso de 3 décimas en los dos casos).
Navarra (9%, tras una subida interanual de una décima) y País Vasco (9,1%; recorte de 3 décimas), permanecen como las autonomías con menor tasa de paro, ahora escoltadas por La Rioja (10,1%; descenso de 2 décimas).
Aunque su tasa de paro es inferior a la media nacional, Baleares muestra el mayor deterioro relativo: esta se ha incrementado en 1,2 puntos porcentuales, por lo que ha llegado hasta el 13,1%. Es la proporción de parados más altos para esa autonomía desde junio de 2017.
Cae la creación de empresas en España
Una variable clave para conocer el estado de la economía y del mercado de trabajo es el número de empresas. Cuando el parque empresarial crece, significa que hay confianza, la inversión aumenta y, con ella, las oportunidades laborales. Si el número de empresas cae, sucede lo contrario.
En nuestro país, el número de empresas ha caído en todas las autonomías tanto en el primero como en el segundo trimestre del año. En este último caso, el descenso interanual es de un 6,6%, el peor dato en once años. En doce meses han desaparecido 88.600 firmas; los actuales 1,26 millones de empresas implican que se ha retrocedido hasta el número de empresas que había a comienzos de 2015.
Para estimar mejor qué grado de oportunidades laborales ofrece a la población un determinado número de empresas, el Monitor Adecco incluye entre sus variables cuántas firmas hay cada mil habitantes en cada autonomía.
La cantidad de empresas cada mil personas ha disminuido en el segundo trimestre en todas las regiones españolas, hecho que no se veía desde 2013. En el conjunto de España, hay ahora 28,8 empresas cada mil habitantes, cifra que conlleva un retroceso de un 2,5% en comparación con las que había hace un año.
Canarias y Baleares presentan los mayores retrocesos, de un 4,6% y un 4,5% interanual, respectivamente. En ninguna autonomía el descenso ha sido de menos del 1%. Las caídas más suaves corresponden a La Rioja (-1,3%) y el País Vasco (-1,6%).
Si bien, como se ha señalado, la reducción del parque empresarial es ahora generalizada, hay comunidades autónomas que vienen reduciendo su número de empresas en relación con su población desde hace más de un año. El caso más marcado es el de Cataluña, donde ya son 8 los trimestres consecutivos en los que disminuye su parque empresarial (caída de un 2,6% interanual en el trimestre analizado).
En el archipiélago balear se encadenan 6 trimestres con reducción en el número de empresas, en tanto que en Canarias y el País Vasco, los trimestres seguidos con retroceso en el parque empresarial son 5.
Debido a estos retrocesos, Baleares ha dejado de ser la autonomía con mayor número de empresas cada mil personas (ahora 33,3 firmas), al ser superada por La Rioja (33,8 empresas por millar de habitantes). Les siguen Aragón (31,2; descenso interanual de un 1,6%) y Galicia (30,3; -1,8%).
Cataluña, que hace dos años era la cuarta región con mayor proporción de empresas, ahora es la sexta, con 30 firmas cada mil habitantes. Ha sido superada por Galicia y Extremadura (30,2 compañías por millar de personas; -2%).
Canarias, que dos años atrás era la cuarta comunidad con menor relación de empresas (por delante de Asturias, Navarra y País Vasco), ahora pasa a ser la región con el parque empresarial más reducido con 26,7 firmas por millar de habitantes. Asturias tiene 27,1 empresas cada mil personas, Navarra 27 y el País Vasco 26,7 (adelantando a Canarias solo por unas décimas).
Conflictividad laboral
Las medidas de confinamiento han derivado también en el desplome del número de huelgas y de la participación en las mismas, como lógica consecuencia de la inactividad. Todas las autonomías han mejorado su puntuación en este apartado. Extremadura conserva el primer lugar, como la región con menos conflictividad laboral, Baleares el segundo puesto y Castilla-La Mancha el tercero. La comunidad con mayor conflictividad continúa siendo el País Vasco, seguida de Asturias, tal como ocurría un año atrás. Tercera por la cola se sitúa Galicia.
Cae el número de huelgas en todas las autonomías menos en la vasca
El número de huelgas aumentó en todos los trimestres del 2019 y cerró el año pasado en 16,8 conflictos cada 100.000 empresas, el número más alto desde junio de 2014. En la primera mitad del año se inició un descenso que ha dejado esta variable en 12,1 huelgas cada 100.000 compañías (caída interanual de un 21%), que es el dato más bajo en cuatro años.
La cantidad de conflictos ha disminuido en 16 autonomías. La excepción es el País Vasco, aunque con un incremento mínimo (+1,4%). En seis comunidades, el retroceso interanual ha sido de más del 50%. Los más pronunciados corresponden a Baleares (-76,4% interanual), Castilla-La Mancha (-57,3%) y Cantabria (-56,3%).
El desplome en la cantidad de conflictos ha permitido a Baleares convertirse en la autonomía con menor número de conflictos, con apenas 2,4 huelgas cada 100.000 empresas. Le siguen Canarias (ahora con 3,3 conflictos, con un descenso de un 48,7%) y Castilla-La Mancha (3,4 huelgas, siempre cada 100.000 empresas).
El País Vasco pasa a ser la autonomía con mayor proporción de conflictos (108,2 huelgas; +1,4%), suplantando a Navarra (80,6 conflictos; -36,1%), ahora segunda. En tercer lugar, permanece a mayor distancia, Asturias (33,2 conflictos; -35,3%).
Los participantes en huelgas registran el dato más bajo en 20 años
La cantidad de trabajadores participantes en huelgas ha disminuido de modo más pronunciado aún que el de conflictos. De eso se deduce que, en promedio, cada huelga haya tenido un seguimiento menor. En el conjunto de España, los participantes en huelgas han descendido un 56,6% interanual, quedando en 17,4 huelguistas cada 10.000 ocupados. Es el dato más bajo en al menos 20 años.
En trece autonomías el número de huelguistas ha disminuido y en las cuatro autonomías restantes, ha crecido. Especial es el caso de la Región de Murcia, con un incremento interanual de un 82,4%. Sin embargo, pese al aumento, esta autonomía solo cuenta con 8,1 participantes en huelgas cada 10.000 ocupados, es decir, menos de la mitad que la media nacional.
La comunidad autónoma que registra el descenso más marcado en la participación en huelgas es Cantabria, de un 86,9% interanual. También exhiben descensos superiores al 80% las comunidades de La Rioja (-84,4% interanual), Canarias (-83%), la Comunidad Valenciana (-81,3%) y la Comunidad de Madrid (-80,9%).
Así, La Rioja pasa a ser la región con menor proporción de huelguistas, con apenas 0,8 de ellos cada 10.000 ocupados, seguida de Canarias y Castilla-La Mancha (1,2 y 1,3 participantes en huelgas, respectivamente, cada 10.000 ocupados). Esas tres regiones, junto con la Comunidad Valenciana (1,9 huelguistas), son las únicas con menos de 2 participantes en huelgas cada 10.000 ocupados.
El País Vasco sigue siendo la región con mayor participación en huelgas, a pesar del descenso de un 37,4% (103,8 huelguistas). Le sigue, con menos de la mitad de huelguistas, Galicia (43,6 participantes en conflictos, tras un incremento interanual de un 13,8%). A más distancia aún, la tercera autonomía con mayor proporción de huelguistas es Cataluña (26,7 participantes; -47,7%).
[1] Ver Qué es el Monitor Adecco al final del documento.
[2] Últimos datos disponibles.
[3] Para el cálculo de esta proporción excluyen a los parados que ya han encontrado empleo. El hecho de que, al menos, algunas de esas personas estén cobrando la prestación por desempleo explica que la proporción pueda superar el 100%.
[4] Recordar que se refieren al promedio móvil de 4 trimestres. El dato puntual del segundo trimestre de la tasa de paro es de un 15,3%, con una subida interanual de 1,3 puntos porcentuales. La reducción interanual de la media de cuatro trimestres se explica porque en los tres trimestres previos la tasa de paro había bajado.