Con un origen completamente orgánico y un impacto medioambiental prácticamente neutro, la utilización de este gas para propulsar motores permite a las administraciones avanzar hacia un transporte urbano sostenible en un momento clave del debate sobre la gestión europea de la política energética. Su facilidad de transporte, asequibilidad y rendimiento convierte al biopropano en una energía idónea para que las flotas de autobuses y camiones urbanos ayuden a conseguir la neutralidad climática en 2050
El nuevo año arranca inmerso en un debate a nivel europeo en el que las energías sostenibles se sitúan en el epicentro. La taxonomía verde, también conocida como la clasificación de las actividades ecológicas de la UE, será clave para alcanzar la neutralidad climática en 2050. Todos los países emprenden una carrera hacia la descarbonización de sus actividades, incluyendo el sector del transporte urbano pesado, en el que el biopropano juega un papel esencial.
Este gas, producido a partir de una mezcla de residuos de la industria alimentaria y aceites vegetales, es químicamente idéntico al propano convencional, pero su impacto medioambiental es un 80% inferior. De hecho, es el único gas propano que cumple con la Directiva Europea de Energía Renovable (RED), lo que le convierte en una solución perfecta a corto plazo para la descarbonización de las flotas de autobuses y camiones urbanos pesados.
Gracias a la utilización de este combustible alternativo, las corporaciones locales pueden avanzar en sus objetivos de neutralidad climática. Basta con sustituir los motores diésel de las flotas de camiones y autobuses urbanos por otros propulsados por biopropano.
Para estimular aún más el conocimiento de esta energía y defender sus cualidades, los expertos de BeGas, empresa pionera en el desarrollo de motores ecológicos 100% autogás o biopropano, analizan las principales características de este combustible alternativo:
Para empezar, permite la descarbonización del transporte de pequeños municipios. Este gas puede transportarse fácilmente por tierra y mar al licuarse a alta presión. De hecho, se almacena y suministra del mismo modo que el autogás, un gas licuado ampliamente extendido en el sector de la automoción, lo que facilita el acceso de las corporaciones locales a energías sostenibles que permitan sumarse a la descarbonización del transporte de manera inmediata y sin realizar grandes desembolsos.
Además, fomenta la reutilización de los vehículos. Un camión urbano, de entre los tres y los diez años de antigüedad, puede ser remotorizado con un motor BeGas. Esto consiste en la sustitución del motor diésel por un motor 100% biopropano, de manera que pase a ser propulsado por un combustible limpio de forma sencilla promoviendo, a su vez, su reutilización. Por otro lado, por el precio de compra de un vehículo nuevo, pueden remotorizarse hasta cinco camiones, lo que contribuye, además, a la sostenibilidad económica de las entidades municipales. La posibilidad de apostar por la economía circular y el retrofit, equipando a las flotas con motores ecológicos, permite alargar su vida útil y evita la generación de más de 16.000 kilogramos de residuos por vehículo.
Por último, reduce la huella de carbono y anula prácticamente las emisiones NOx. Los motores propulsados por biopropano pueden llegar a reducir el 80% de las emisiones de CO2, cifra muy superior a la fijada por la UE en Fit for 55, cuyo objetivo es reducir las emisiones en al menos un 55% de aquí a 2030. Por estas razones, así como por su capacidad para reducir al mínimo las emisiones NOx y las partículas, los vehículos propulsados por biopropano obtienen la etiqueta Eco-DGT.