Cambium Networks: ayer domingo 20 de junio fue el día mundial del WiFi. La realidad es que ya han pasado más de 21 años desde que el WiFi impactó en la vida cotidiana. Resulta increíble los avances que se han podido obtener en este tiempo. En un principio, el WiFi fue el impulsor de una tendencia hoy añeja llamada «movilidad», en tiempos donde el trabajo tenía a todos atados a una computadora conectada a la red por cable de cobre
En 2006 empezó la tendencia de vender más computadoras portátiles llamadas “laptops” que computadoras de escritorio y con ello, llegó la necesidad de poder conectarse en lugares que no siempre fueron diseñados para ese propósito. Para este tiempo, ya se tenían estándares de WiFi en bandas de 2.4 GHz y 5 GHz de espectro no licenciado, pero con velocidades muy pequeñas de 54 Mbps, y con precios diferentes donde aspirar a estar en el espectro de 5 GHz resultaba caro.
Obviamente, no pasó mucho tiempo antes de que la red empezó a estar saturada por esta nueva tendencia de tener muchos más equipos de cómputo portátiles, por lo que nuevamente el WiFi tuvo que evolucionar. En el 2007, el WiFi migró a una nueva tecnología donde la velocidad empezó a saltar dependiendo del número de antenas e hilos de datos que se podían enviar en el AP por lo que velocidades de 300, 450, 600 y 900 Mbps en un AP se empezaron a hacer realidad.
En esos años, pasó un nuevo fenómeno tecnológico. Ahora no solo se contaba con equipos de cómputo como principal dispositivo a conectarse, sino que la aparición de los primeros smartphones y tabletas tuvieron un fuerte eco en los productos de consumo de tal forma que se convirtieron en la principal forma de navegación en internet, lo que disparó nuevamente la cantidad de dispositivos que necesitaban una conexión inalámbrica.
Si bien las velocidades fueron incrementando, la cantidad de dispositivos simultáneos hizo necesario un nuevo salto tecnológico en el WiFi. No sólo era necesaria mayor velocidad, sino que también procesamiento – y pensar en conexión simultánea de varios dispositivos que hasta ese momento era imposible. Fue así como en 2013, empezó a salir una nueva tecnología que por primera vez permitía velocidades mayores de 1 Gbps e incluso en 2015 tuvo una actualización para que, por primera vez, se permitiera múltiples usuarios simultáneos separados por hilos de transmisión.
La tendencia de tener “todo conectado” siguió creciendo de tal forma que no solo se querían tener dispositivos de cómputo o para navegación, sino que se empezó a ver toda una nueva familia de aparatos inteligentes que necesitaban también conexión inalámbrica. Fue así como aparecieron tecnologías de streaming, Smart TV, impresoras, proyectores, refrigeradores, lavadoras, focos, sensores múltiples, cámaras de seguridad, scanners de código, por mencionar algunos, que formaron parte de un fenómeno conocido como “Internet of Things” (IoT), y claro, necesitando WiFi, saturando nuevamente la red.
Esta tendencia de mayor procesamiento y cantidad de usuarios simultáneos impulso nuevamente una tecnología, que es la más actual al momento, conocida como WiFi6 o de sexta generación. Si bien el salto de velocidad no fue el principal motor como en las anteriores generaciones, hubo un cambio dramático en la utilización del espectro de radiofrecuencia, haciendo la alta eficiencia de comunicación inalámbrica ahora el principal motor.
Por primera vez, aparece el poder comunicar varios usuarios simultáneos al mismo tiempo asignando una porción del espectro de radiocomunicación a cada uno de ellos en forma dinámica, tanto en una comunicación de subida como de bajada de información. Esto genera que los usuarios puedan ver una comunicación más estable de forma individual, y con ello no estar degradando tanto la red como pasaba en generaciones anteriores, a medida que se conectaban mas dispositivos a la red.
La tecnología no deja nunca de seguir innovando por lo que independientemente de estos avances, hoy en día existe una tendencia mundial para liberar más espectro a comunicaciones por WiFi. Esto significa que una variante de esta tecnología ya está por liberarse donde funcionará también en una banda nueva de 6 GHz. Esta nueva variante se llama WiFi6E por la extensión en este espectro nuevo de radiofrecuencia.
«En conclusión, ha sido un camino interesante en estos más de 20 años de la tecnología WiFi y no dejo de preguntarme qué nos deparará en los próximos años, no sólo el WiFi, sino lo que se podrá utilizar con ello – Realidad virtual, telemedicina, educación a distancia y otros temas derivados».