Echando la vista atrás, no cabe duda de que los pequeños de la casa han sido durante estos largos meses los grandes protagonistas de los hogares.
Y es que, en la gran mayoría de los casos han sabido sobrellevar la situación mucho mejor que los adultos de su entorno, realizando sus tareas académicas y caseras sin rechistar, ayudando a cuidar a sus hermanos, y robando sonrisas aún cuando las situaciones en algunos hogares se volvían insostenibles.
Pese a que no son pocas las ocasiones en que estos pequeños hacen algo que molesta a sus progenitores, lo cierto es que si por algo se caracterizan los pequeños de la casa es por su inocencia y alegría, algo que la vida en sí misma acabará por arrebatarles en buena medida, lo cual no significa que los adultos sean infelices, sino que con el paso de los años crecen las preocupaciones y aumenta el grado de exigencia.
En cualquier caso, ha llegado el momento de reconocer a los pequeños la hazaña que han realizado, el buen comportamiento que han tenido, así como toda la alegría y cariño que han proporcionado durante unos meses que se han antojado difíciles para la mayoría de la población.
Pero, además, “no se debe olvidar que el curso escolar ha finalizado hace apenas unos días y que los resultados obtenidos hacen que los pequeños sean merecedores de una gran recompensa, la misma que cualquiera de nosotros esperábamos recibir cuando llegábamos a casa con las notas a final de curso. Y es que, las buenas costumbres no se deben perder” comenta un mayorista de juguetes.
Ciertamente, no se debe olvidar el gran esfuerzo que han realizado los niños para conseguir superar el curso sin dificultades y sin contar con la ayuda de sus maestros, aunque sí de unos padres que, en el mejor de los casos, se veían en la obligación de tener que interrumpir su jornada laboral para repasar una suma, explicar un ejercicio o traducir una palabra.
Quizás por ello, y también por los efectos que los expertos decían causaría el confinamiento en su desarrollo, los niños fueron los primeros en poder salir de casa, algo que no hizo sino aliviar también un poco a los padres.
Sin duda, en esta situación, los niños han dado a los adultos una buena lección.