Confianza, seguridad y autorregulación responsable son conceptos fundamentales que contribuirán a culminar con éxito la desescalada en España, según la experiencia acumulada desde el inicio de la pandemia del Covid-19 por las empresas de ASEDAS, Asociación Española de Distribuidores, Autoservicios y Supermercados.
Con buena parte de España ya inmersa en la fase 2 del “Plan de transición hacia la nueva normalidad”, que contempla nuevos aforos en los negocios de hostelería y restauración y más aperturas de tiendas y servicios, es importante transmitir a la población confianza en que, con las medidas de seguridad personal y colectiva recomendadas, pueden retomar sus hábitos laborales, de consumo y de ocio con tranquilidad.
La implantación de protocolos rigurosos de buenas prácticas es fundamental en cualquier tipo de negocio. La experiencia de la distribución con base alimentaria, que ha permanecido abierta incluso en los peores momentos de la crisis, es que la autorregulación responsable es la mejor fórmula para transmitir confianza a empleados y clientes. En este sentido, desde cada sector deben salir las soluciones que mejor se adapten a sus características y necesidades con la vista puesta en retomar la actividad económica con rapidez y seguridad.
“La reactivación es urgente para evitar que la crisis social que ya estamos viendo se haga todavía más profunda. Las empresas de supermercados, y la totalidad de la cadena de valor agroalimentaria, han demostrado que, con eficacia y profesionalidad, es posible aplicar las medidas adecuadas en la actual coyuntura y mantener en funcionamiento las conexiones económicas que son necesarias para alcanzar la normalidad”, dijo Ignacio García Magarzo, director general de ASEDAS.
Entre las buenas prácticas que la distribución de comercio alimentario tiene ya completamente integradas en sus procesos de trabajo, destacan las destinadas a la protección al trabajador, que incluyen medidas organizativas sobre la disposición de los puestos de trabajo, de circulación de personas, de separación de espacios…; la protección al consumidor, con cartelería y señalización informativas, mantenimiento del aforo o la recomendación del pago con tarjetas…; o medidas de higiene en el establecimiento, con un planes estructurados de limpieza y desinfección, entre otras. Además, la colaboración de los clientes de los supermercados en el cumplimiento de las recomendaciones relativas a la seguridad está siendo, también, ejemplar durante estas semanas.