Los éxitos individuales de los tenistas son cada vez más celebrados por la comunidad, y es que el tenis es uno de esos deportes que a pesar de ser jugado individualmente crea un gran sentido de comunidad
No hace falta recurrir a los últimos triunfos de Rafa Nadal y ver como han sido celebrados en todo el mundo, incluso en países que no son España, para entender que el tenis es uno de esos deportes que a pesar de ser pensado para jugar de modo individual (a pesar de los partidos jugados a dobles), es de los deportes en los que la comunidad más y mejor vive y respira el espíritu del deporte.
Más allá de cual sea el tenista o la tenista seguida en el momento, los logros personales y la superación de los deportistas son apreciados y admirados, y precisamente puede que ese sea el motivo por el cual el tenis sea uno de los deportes que más inspira a las nuevas generaciones y que más ha crecido en los últimos años en cuanto a número de jugadores y seguidores.
Una forma de conocer el interés generado por el tenis podría ser haciendo recuento del número de licencias y comparándolas de un año a otro, pero eso daría un número impreciso y poco fiable de la pasión que existe por este deporte. Muchos jugadores y jugadoras de tenis no tienen interés por federarse, y sí por mejorar, pasar un buen rato e imbuirse de los valores de este noble deporte, a la vez que se ponen en forma. Tal vez una forma mejor de medir cuánto ha crecido la devoción por el tenis sería comparar el número de pelotas de tenis vendidas de un año a otro. O el número de overgrip de tenis que se han usado en un año en toda España, aunque ya se sabe que es casi imposible acceder a esos números.
Lo que está claro es que es cada vez más complicado conseguir una pista si no se reserva con la suficiente antelación, y los clubs de tenis de grandes ciudades, así como de pueblos más modestos tienen que cambiar con más frecuencia la red de tenis de cada una de sus canchas a causa del uso continuo de estas.
La comunidad del tenis parece que no quiere parar de crecer, y eso es algo positivo, ya que en este deporte que se practica de forma individual es una forma de asegurarse que nunca se estará solo. Y si en un momento dado la intensidad, la exigencia e incluso la ‘soledad’ del tenis le supone al practicante un escollo a superar, siempre puede cambiar por unas hora la raqueta por una pala de pádel y divertirse con unos amigos en otro de los deportes de raqueta que tiene cada vez más adeptos.
Fuente Comunicae