Editado por el Colegio Oficial de Arquitectos de Castilla-La Mancha, en el libro, su autor, especialista en la obra del manchego universal y arquitecto como él, documenta las diferentes etapas de su obra religiosa, contado para ello con el tesoro documental que, sobre el legado de Miguel Fisac, conserva la demarcación de Ciudad Real del COACM
Este pasado martes, 29 de noviembre, el arquitecto Diego Peris presentó el libro ‘Miguel Fisac: El espacio religioso 1942-1991’. El acto se celebró en la Biblioteca Pública de Ciudad Real, y contó con la asistencia de la alcaldesa del municipio, Eva María Masías, el delegado provincial de la Consejería de Educación y Cultura y Deportes, José Jesús Caro, el diputado provincial Dionisio Vicente González, la vicedecana del Colegio de Arquitectos de Castilla-La Mancha, Gema González Badillo, y el presidente de la Demarcación de Ciudad Real, Federico Pérez Parada, así como de numerosos colegiados y público de la ciudad.
La arquitectura religiosa en la obra de Miguel Fisac tiene una importancia singular por razones personales y profesionales. Para Fisac, la religiosidad es importante como creencia. Su pertenencia al Opus Dei (desde 1936 a 1955), el abandono de la Obra y su vinculación con la jerarquía religiosa en diferentes ámbitos influyeron, sin duda, en la creación de espacios arquitectónicos que fueron especialmente apreciados por el propio autor. De hecho, Fisac consideraba sus actuaciones religiosas como parte esencial de su obra.
«Todos los problemas, tanto técnicos como estéticos, del proyecto del espacio religioso tienen su origen en la resolución de los problemas litúrgicos que plantea el templo católico, unidos a los propiamente materiales del programa de conseguir una óptima visibilidad y demás características físicas de este recinto para la asistencia de los fieles al sacrificio de la Misa», decía Fisac, quien siempre trató, sobre todo, de crear un ambiente de espiritualidad. Se quiere que la iglesia sea un trozo de «aire sagrado» que ayude plásticamente a acercarse los fieles a Dios. Y para ello, los proyectos de iglesias de Miguel Fisac son un ámbito esencial de experimentación del espacio, de los materiales y de la concepción litúrgica que evoluciona con los años. Su obra religiosa evoluciona dentro de las condiciones sociales, políticas y religiosas del país, que van experimentando cambios muy significativos en las diferentes décadas que transcurrieron entre los años 1942 y 1991.
Etapas de la obra religiosa de Miguel Fisac
El libro diferencia cuatro etapas en la obra religiosa de Miguel Fisac, en las que cambian sus planteamientos arquitectónicos y se modifican sustancialmente las condiciones del contexto.
La primera de ellas incluye el inicio de su trabajo en la capilla del Espíritu Santo del C.S.I.C. y las dos obras que proyecta en España para los dominicos, en Valladolid (1952) y en Alcobendas (1955).
Una segunda etapa, preconciliar, en la que se empiezan a producir cambios sustanciales en la concepción del espacio religioso como el proyecto para el concurso de la iglesia de San Florián en Viena de 1956, la iglesia de Ayamonte en Huelva de 1957, la de Nuestra Señora de la Coronación en Vitoria (1958), el concurso para Cuenca (1959) y el de la iglesia de Canfranc en Huesca (1964).
En 1965, con la terminación del Concilio Vaticano II, llegaban también a España aires de cambio en la liturgia que tendrán su reflejo en la arquitectura de los templos de esas décadas. Y como consecuencia de ello, la obra de Miguel Fisac, sigue un camino en el que tienen una importante incidencia los cambios de la mentalidad de la iglesia respecto de las celebraciones litúrgicas y el sentido que tiene el templo como lugar de reunión para la vida de la comunidad. A partir de 1965 hay un momento de gran interés en la obra de Fisac con la construcción de la iglesia parroquial de Santa Ana, dedicada a su hija Anaik, en el barrio de Moratalaz, del Centro parroquial de Santa María Magdalena en Santamarca en Madrid, del Colegio de la Asunción (Cuestas Blancas) en Madrid, el complejo de Santa Cruz en la Coruña en 1966 y la ermita de Guadalix de la Sierra en 1969.
Los años posteriores serán décadas de producción reducida, con obras de pequeñas dimensiones como la iglesia de Aldea del Fresno (1976), proyectos de restauraciones de diferentes iglesias especialmente en la provincia de Ciudad Real, el Complejo parroquial de Nuestra Señora de Altamira para los carmelitas en Madrid en 1983, la ermita de san Pedro en Almagro en 1984, la iglesia parroquial de Pumarejo de Tera en la provincia de Zamora en 1984 y la de la urbanización Torre Güil de Murcia en 1991.
Publicación del Colegio de Arquitectos
La Demarcación de Ciudad Real del Colegio Oficial de Arquitectos de Castilla-La Mancha conserva el legado del arquitecto Miguel Fisac, lo cual ha permitido que este trabajo de Diego Peris tenga la documentación de primera mano de planos, documentos de proyecto (memorias, mediciones, bocetos…) y fotografías históricas de las obras de arquitectura religiosa de Miguel Fisac.
‘Miguel Fisac: El espacio religioso 1942-1991’ recoge una excelente documentación gráfica de planos de cada uno de los edificios, con fotografías históricas de los mismos y textos que se basan fundamentalmente en los elaborados por el propio Fisac en las memorias de los proyectos. La colaboración del Colegio Oficial de Arquitectos de Castilla-La Mancha hace posible la publicación de este libro que quiere ser un instrumento más para dar a conocer la excelente obra de Miguel Fisac.
Fuente Comunicae