Los últimos avances en tecnología han reabierto un debate alrededor de esta: la ciberseguridad. Esta palabra, que, en la época del auge de internet, a principios de siglo, se volvió cada vez más presente, ha iniciado un nuevo capítulo en su historia en el momento en el que han aparecido las últimas novedades en el campo: los servicios de inteligencia artificial y los nuevos métodos de ataque cibernético están obligando al sector a reinventarse

Carles Flamerich es uno de los especialistas más destacados en el área de la ciberseguridad en España. Ha invertido gran parte de su vida en el desarrollo de estrategias y soluciones tecnológicas para que la protección digital sea cada vez más relevante en empresas e instituciones, y no se considere como algo prescindible. La perspectiva es no solo a riesgo, sino anticipándose a nuevas amenazas y propiciando un contexto más seguro y resiliente de las tecnologías digitales.

Flamerich ha trabajado sobre la implementación de tecnología avanzada para la prevención de ciberataques. Brinda distintos servicios desde su empresa Apolo Cybersecurity, como SOC as a Service y CISO as a Service, que ayudan a las instituciones a robustecer su infraestructura digital sin necesidad de invertir en un gran equipo interno: se optimizan recursos y se maximiza la seguridad.

Y no solo por su conocimiento técnico, sino también por su lucha por la privacidad y protección de datos, ha hecho de él un referente en el sector. Su empresa no se centra únicamente en la implementación de estrategias defensivas, sino también en difusión y formación en ciberseguridad. Participaciones activas en conferencias y publicaciones especializadas se realizan en favor de la sensibilización sobre los riesgos digitales y la importancia de la seguridad en línea.

Carles Flamerich reconoce al preguntar sobre los factores del auge de las estafas y de los ataques que el incremento del trabajo a distancia, que ha aumentado después de la pandemia del COVID, así como la digitalización de los procesos, ha multiplicado las probabilidades de amenazas en este sector.

Ejemplos de ello son el phishing, el ransomware o los ataques a la infraestructura digital, y demuestran que la ciberseguridad es una cuestión de importancia en la agenda de hoy. La velocidad de adaptación de la ciberdelincuencia a modas y sucesos (como las estafas alrededor de los bonos de transporte justo después de la polémica por los precios) hace necesaria la agilidad de respuesta, junto con mecanismos de prevención y concienciación a colectivos vulnerables, como las personas mayores.

Existiendo un mundo donde las amenazas cibernéticas pueden ser cambiantes a gran velocidad, contar con «los Carles Flamerich» de este escenario es fundamental para la seguridad de los sistemas y datos empresariales.

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