Durante la pandemia se ha evidenciado que las residencias plantean algunas limitaciones que no se perciben en la asistencia domiciliaria. En la búsqueda de las mejores alternativas para el cuidado de sus seres queridos, cada vez son más familias las que se plantean los cuidados en el propio hogar
La falta de tiempo o de experiencia así como las dificultades a la hora de compatibilizar la vida laboral y personal con el cuidado de un familiar mayor obligan a muchas familias a plantearse otro tipo de soluciones asistenciales. Las dos principales alternativas para atender a un familiar mayor o dependiente son las residencias o los cuidadores a domicilio.
La primera de ellas presenta una ventaja: institucionalizar a un adulto mayor en una residencia resulta un proceso mucho más rápido que la búsqueda de una cuidadora a domicilio. Pero precisamente en esta ventaja está su gran limitación: la pérdida de un trato mucho más personalizado, individualizado y totalmente enfocado a las necesidades particulares de cada adulto mayor.
Por suerte, encontrar una cuidadora cuya experiencia, conocimientos y perfil se adapten mejor a las necesidades de las personas mayores que viven en sus domicilios ya no resulta tan complicado. Cuidum trabaja con una amplia base de datos de cuidadores cuya formación y experiencia quedan acreditadas durante un exhaustivo proceso de selección. Solo el 23% de los perfiles de cuidadores recibidos logra superar estas pruebas.
Pero con la irrupción de la pandemia y la incertidumbre asociada a esta, la calidad y la confianza en los servicios prestados han dejado de ser los únicos requisitos prioritarios de las familias. Ahora también se busca tranquilidad, transparencia y accesibilidad, aspectos que, a tenor de lo acontecido durante los últimos meses, han dejado de ser una garantía absoluta para otras alternativas de cuidado.
Precisamente por este motivo se está experimentando un cambio de tendencia en el ámbito de la asistencia a las personas mayores: de soluciones más tradicionales como las residencias de ancianos a propuestas más personalizadas y seguras como la de la asistencia domiciliaria. Un cambio en el que no solo influyen las preferencias de las familias por garantizar un entorno seguro para sus seres queridos, sino las exigencias de las propias personas mayores: el 80 % prefiere envejecer en el propio hogar.
Desde el estallido de la pandemia más de 23.900 ancianos han fallecido en las residencias españolas por COVID-19 o síntomas compatibles con la enfermedad. Los casos registrados en los hogares asistidos por el personal de Cuidum durante estos meses apenas representaron el 0,002 % del total de contagios.
De acuerdo a estas cifras, envejecer en casa no solo se presenta solo como la alternativa más personalizada, sino como la solución más segura en tiempos de pandemia, todo esto gracias a los grandes esfuerzos de cuidadores y cuidadoras, al equipo humano y sumado a la implementación de su protocolo Covid-19 para lograr asegurar la salud de los mayores desde sus propios hogares.
Comunicación, empatía, proximidad y experiencia se han convertido en los cuatro puntos cardinales de la brújula que ha de guiar a Cuidum, empresa líder de asistencia domiciliaria, en la consecución de los objetivos asistenciales impuestos por esta nueva realidad.