La neutralidad tecnológica ha sido el principal tema de debate en la mesa redonda impulsada por Bosch bajo la denominación «Neutralidad tecnológica para una movilidad sostenible, la realidad de las diferentes tecnologías de propulsión». Este término es el que la compañía utiliza para englobar las diferentes tecnologías de propulsión existentes para hacer frente a los problemas que plantea el aumento de las emisiones de dióxido de carbono a la atmósfera
La jornada, moderada por el periodista Carlos García Hirschfeld, ha estado protagonizada por representantes de algunos de los principales actores en el ámbito de la movilidad a nivel nacional e internacional – Bosch, Repsol, Hyundai y BeePlanet Factory -, así como, por uno de los principales divulgadores científicos de nuestro país, Javier Santaolalla. El encuentro ha tenido como objetivo demostrar que la neutralidad tecnológica es el enfoque más adecuado para alcanzar el objetivo de la Comisión Europea de descarbonizar el sistema de movilidad europeo de cara a 2050.
Ante esta situación, Bosch apuesta por un mix de propulsiones y, por lo tanto, por el uso de diferentes combustibles y energías atendiendo a las diferentes necesidades individuales de movilidad. Durante su intervención, Ricardo Olalla, Vicepresidente de Ventas Mobility Solutions de Bosch para España y Portugal, destacó que “desde Bosch tenemos el compromiso de reducir las emisiones a cero en todas las tecnologías. De hecho, nuestras instalaciones en todo el mundo ya son neutras en carbono. En el ámbito de la movilidad, observamos que cada vez vamos a necesitar más energía y, por lo tanto, nos enfrentaremos a cambios tecnológicos y nuevas soluciones que necesitarán de un tiempo de implantación desde el punto de vista económico, así como desde la perspectiva técnico industrial. En este sentido, para cumplir los objetivos del 2050, será necesario que la reducción de emisiones se produzca día a día”. Asimismo, señaló que “el motor de combustión interna sigue siendo actualmente el eje central de la movilidad en todo el mundo. Sigue siendo protagonista y, por este motivo, seguimos invirtiendo para reducir sus emisiones, que ciframos en hasta un 15% adicionales”.
Y es que Bosch estima que el 67% de todos los nuevos vehículos que se venderán en 2030 seguirán teniendo un motor de combustión, con o sin hibridación. Por eso, la compañía quiere poner de manifiesto la importancia de incorporar los combustibles sintéticos, eFuels, como una alternativa que puede permitir que estos vehículos sean neutros en emisiones de carbono. Además, los eFuels cobran gran importancia al analizar que, actualmente, hay en uso más de 1.300 millones de vehículos con motores de combustión en todo el mundo, una cifra que muestra que la sustitución de toda la flota mundial por otro tipo de propulsión llevará décadas. En este sentido, Javier Aríztegui, Gerente Sr. Diseño de Productos & Sistemas Energéticos de Repsol Technology Lab, aseguró que “en Repsol estamos trabajando en diferentes alternativas como la electricidad, el hidrógeno y los combustibles sintéticos que se obtienen a través del hidrógeno verde y el CO2 de la atmósfera. El proceso de transición a la neutralidad tecnológica nos va a llevar un tiempo, pero nuestro objetivo es hacerlo realidad lo antes posible”.
Los fabricantes de automóviles también serán fundamentales para conseguir una movilidad sostenible. En el caso de Hyundai, que ya ha lanzado al mercado un turismo de hidrógeno, Javier Arboleda, Service Senior Manager de la marca, ha asegurado que el hidrógeno es una oportunidad histórica. “Tenemos cinco soluciones de electrificación, pues cada cliente tiene sus necesidades y son compatibles, no excluyentes. Los vehículos de combustión, apoyados por las diversas hibridaciones que ofrecemos tienen mucho que decir en los próximos años. En cuanto a eléctricos puros, añadimos a las baterías nuestra pila de hidrógeno. Será la mejor opción para una parte significativa de clientes en cuanto esté disponible una red inicial de hidrogeneras, por sus imbatibles tiempos de carga y gran autonomía. El hidrógeno va mucho más allá de la automoción, es una gran oportunidad para España y nos permitirá incluso exportar energía renovable”. Además, en este sentido, Bosch prevé que, en el año 2030, hasta el 20% de todos los vehículos eléctricos nuevos dispondrán de pila de combustible, sobre todo, en lo referente a grandes camiones pesados dedicados al transporte de mercancías de larga distancia.
El encuentro también ha contado con la participación de Jon Asín, CEO de BeePlanet Factory, una start-up que se dedica a la reutilización de las baterías retiradas de los coches eléctricos, quien quiso compartir con los asistentes su opinión en lo referente a la electrificación de la propulsión. Según Asín, ésta no es la única solución posible para conseguir alcanzar una huella cero de carbono: “es fundamental considerar el impacto global que supone cada tecnología de propulsión en todo su ciclo de vida, desde la extracción de las materias primas hasta su reutilización o segunda vida y reciclado final”.
El panel de expertos se completó con el divulgador científico Javier Santaolalla, quién aseguró que existe un gran potencial en el enfoque de la neutralidad tecnológica, pero, al mismo tiempo, un desconocimiento por parte de la sociedad en general. “Nuestro mundo precisa de un cambio urgente. Primero ha habido un cambio de mentalidad, ser conscientes del daño que podemos hacer al planeta poniendo en riesgo la existencia de nuestra especie y cualquier forma de vida. Esto ha continuado con un cambio tecnológico en el que la ciencia se ha puesto al servicio de la humanidad respondiendo a este enorme reto, posiblemente el mayor de nuestra generación. Estas nuevas tecnologías están tomando el testigo, asumiendo el rol que les corresponde y son la respuesta precisa e inmediata que la humanidad necesita. Estamos a tiempo de cambiar y la industria tiene que liderar este cambio”, aseguró Santaolalla.
La necesidad de incluir diferentes tecnologías de propulsión según las necesidades de movilidad ha sido la principal conclusión de los participantes en el encuentro que ha puesto a debate la necesidad del compromiso de los diferentes agentes de la sociedad para conseguir, mediante la neutralidad tecnológica, reducir las emisiones de CO2, proteger el medio ambiente y mejorar la vida de las personas.