Las fotos editadas con este tipo de apps pueden generar falsas expectativas en los usuarios cis y transgénero que recurren a la cirugía facial. FaceApp modifica los rasgos identificados como masculinos o femeninos en la cara de cada persona, principalmente mandíbula, labios y cejas
Aplicaciones online como la popular FaceApp, que transforma un rostro masculino en uno femenino, y viceversa, fomentan la trivialización de los cambios de género y el proceso de transición de las personas trans y generan falsas expectativas en los usuarios cis y transgénero que recurren a la cirugía facial. Así lo explica el doctor Germán Macía, cirujano maxilofacial y director médico de Facifem, unidad especializada en cirugía de feminización facial. Como punto de partida, FaceApp simula los resultados de una cirugía de feminización o masculinización. Según el análisis del cirujano, “su algoritmo identifica correctamente cuáles son los rasgos faciales asociados a cada género y los modifica en base a los actuales cánones de belleza. De esta forma, pasamos de ver un hombre a una mujer y viceversa. Pero la realidad de las personas trans y estas cirugías es mucho más compleja y debe ser analizada en su conjunto”.
Aunque parezca solo un nuevo reto viral, la banalización de los cambios de género afecta al bienestar emocional de las personas transgénero y reduce la importancia de una realidad con la que tienen que vivir a diario y que supone muchas dificultades en su vida. Motivos que también han llevado a la comunidad trans a expresar en redes sociales su oposición al uso de FaceApp.
Al mismo tiempo, la edición de fotos con este tipo de software puede generar falsas expectativas y una mayor frustración en los usuarios que se someten a cirugía facial, así como aumentar el número de operaciones estéticas. En palabras del cirujano, “las fotos generadas con estas aplicaciones pueden hacernos creer que un cirujano o un tratamiento cosmético nos ayudarán a conseguir esos resultados y nos veremos mejor. Pero esa valoración solo la debe realizar un experto en la materia”.
En este sentido, los resultados de un estudio publicado en marzo de este mismo año en la revista Aesthetic Surgery Journal, indican que un 56% de los usuarios de aplicaciones de edición de fotos inició en 2019 la búsqueda de procedimientos cosméticos y cirugías estéticas faciales. Siendo consciente de su influencia, el doctor Macía desaconseja tomar como referencia de una operación estética cualquier imagen editada o retocada con estas aplicaciones.
A pesar de ello, gracias a la repentina popularidad del su filtro Gender Swap, FaceApp encabeza el ranking de app gratuitas de la tienda de Apple y acumula más de 100 millones de descargas en la Play Store de Google. Numerosos usuarios de las redes sociales, tanto anónimos como famosos, han participado en el reto de feminizar o masculinizar su rostro.
Su funcionalidad se basa en el análisis detallado de cada rostro
El análisis del doctor Macía desvela que el éxito repentino de FaceApp se debe a que la aplicación modifica rasgos clave en la identificación de género. Concretamente, se centra en la modificación de la línea de implantación del pelo, los labios, las cejas y la mandíbula. Rasgos donde se encuentran las principales diferencias entre el rostro de un hombre y una mujer. Por un lado, los hombres suelen tener la línea de implantación del pelo en forma de M, con entradas a ambos lados, mientras que las mujeres tienen una frente más redondeada. En el caso de las cejas, la forma de las cejas de la mujer es más estilizada y se encuentra más levantada en la región lateral. Además de que, en los rostros femeninos, nunca sobresale el arco supraorbitario, que suele ser más prominente en los hombres.
Las diferencias en los ángulos mandibulares son más evidentes. Los hombres presentan una mandíbula más cuadrada y con los ángulos más marcados, mientras que en el rostro femenino predominan las formas suaves.
Sin embargo, el cirujano insiste en que “el resultado de una cirugía no puede ser exactamente como en una aplicación, ya que las operaciones de feminización o masculinización requieren contemplar el conjunto de las estructuras óseas y blandas del rostro para que el resultado sea armonioso”. Igualmente, se trata de una intervención compleja donde se realizan diferentes cirugías de forma simultánea, según las necesidades de cada paciente, y en la que la perfección no existe. Cada paciente se recupera y evoluciona de forma diferente y la cicatrización afecta siempre a los resultados. Por ello, la recomendación de los expertos es ser realista con los resultados esperados y evitar las falsas expectativas.