La impresión 3D ha sido una tecnología conocida por muchos, pero su aplicación en la construcción ha sido relativamente nueva. Durante años, las actividades en el sector se mantuvieron casi inalteradas, con excepción del uso de algunas herramientas eléctricas. Sin embargo, esto cambió en 2004, cuando el Profesor Behrokh Khoshnevis de la Universidad del Sur de California construyó el primer muro utilizando este tipo de impresión. Este hito marcó un cambio significativo y aumentó la popularidad, lo que se reflejó en el incremento de ventas de impresoras 3D por parte de diversos fabricantes.
Desde entonces ha revolucionado diversos campos, y la arquitectura no es la excepción. Esta técnica ha permitido a los arquitectos explorar nuevas formas de diseño y construcción, brindando oportunidades innovadoras y eficientes.
Uno de los usos más destacados de la impresión 3D aplicada en la arquitectura es la creación de maquetas y modelos arquitectónicos. Antes de la llegada de ella, los arquitectos dependían de maquetas elaboradas manualmente, lo que requería mucho tiempo y esfuerzo. Con esta técnica es posible crear maquetas detalladas y precisas de manera rápida y eficiente, permitiendo a los arquitectos visualizar y comunicar mejor sus ideas a clientes y colaboradores.
Además se utiliza cada vez más en la construcción de elementos arquitectónicos reales. Por ejemplo, se han creado estructuras complejas, como paredes y fachadas, utilizando técnicas de impresión 3D con materiales resistentes y duraderos. Esto ha abierto la puerta a diseños arquitectónicos más creativos y personalizados, que antes eran difíciles de lograr con métodos de edificación tradicionales.
Otro uso importante es la fabricación de elementos decorativos y detalles ornamentales. Desde columnas y molduras hasta elementos decorativos más elaborados, ya que permite crear piezas únicas y personalizadas que agregan valor estético a los proyectos arquitectónicos. Estos detalles pueden ser diseñados con precisión y reproducidos en serie, ofreciendo una solución rentable para la decoración de interiores y exteriores.
En EVOCONS, comentan: “Damos respuesta a problemas de la construcción contemporánea desde el punto de vista medioambiental, económico y social, a través del desarrollo e implementación de un sistema robotizado e impresión 3D en hormigón.”
También se utiliza en la fabricación de mobiliario y accesorios para espacios arquitectónicos. Desde sillas y mesas hasta lámparas y elementos de almacenamiento, ofreciendo la posibilidad de diseñar y producir muebles personalizados que se adapten perfectamente a las necesidades y gustos de los usuarios.
En cuanto a la sostenibilidad, también ha mostrado su potencial para reducir el desperdicio de materiales y la energía utilizada en el proceso de construcción. Al fabricar elementos de manera precisa y eficiente, se puede minimizar la cantidad de material desperdiciado, contribuyendo así a prácticas más sostenibles en la industria. La tecnología de impresión 3D ha revolucionado el proceso de diseño y construcción en la arquitectura. Desde la elaboración de maquetas hasta la fabricación de componentes reales, esta técnica brinda oportunidades emocionantes para la creatividad y la optimización en el campo arquitectónico, al mismo tiempo que fomenta la sustentabilidad en la industria