En el mundo del marketing, quien consigue la atención, se lleva el gato al agua. Fidelizar a los clientes no es sencillo porque, en un contexto de globalización, la competencia es feroz. Sin embargo, parece que ahora, según explican expertos como Esther Frutos, la creación de relatos puede ser la clave para llegar hasta el cliente a medida de cada marca, estableciendo conexiones emocionales y estrategias que funcionen.
¿Qué es la fidelización y por qué es importante?
Este concepto se refiere a la capacidad de una marca para generar interacción, compromiso y conexión emocional con su audiencia. Cuando los clientes se sienten involucrados y conectados con una filosofía e identidad proyectada por la compañía, son más propensos a convertirse en seguidores leales y embajadores de la misma. Además, acaba llevando a una mayor tasa de conversión y, en última instancia, en un aumento de las ventas y los ingresos.
¿Cómo se consigue este tipo de acción? Basándose en la ciencia. Nuestro cerebro está conectado con las historias desde siempre. Investigaciones neurocientíficas han demostrado que, cuando escuchamos o leemos una historia, múltiples áreas de nuestro cerebro se activan, incluidas las que se relacionan con las emociones, la memoria y el procesamiento del lenguaje. Esto significa que las historias tienen un poder único para influir en percepciones y decisiones.
“Las narrativas persuasivas desencadenan la liberación de hormonas como la oxitocina, que es responsable de fortalecer los lazos sociales y generar confianza. Al contar historias, las marcas tienen la oportunidad de crear conexiones emocionales con sus clientes, lo que aumenta la probabilidad de que los clientes se identifiquen y se sientan motivados a interactuar” explican los expertos.
¿Qué habría que tener en cuenta para crear el relato?
En primer lugar, definir a qué tipo de cliente se quiere llegar porque encaje mejor con la marca en el momento actual y que permita que vaya creciendo y evolucionando también en el futuro de forma conjunta. Es clave que se sientan comprendidos y valorados, de ahí que se deba introducir perfiles o personajes que representan los conflictos o las emociones de ese público al que habrá que dirigirse.
Esas emociones deben buscar la transmisión de valores y creencias de forma que perduren. En realidad, se trata de ir caminando hacia un relato cuyo desenlace sea positivo para que puedan involucrarse en el cambio.
Un buen ejemplo de esto son algunos cantantes, que consiguen crear un hilo conductor que permite a sus seguidores llevar el mensaje al día a día. Campañas de inclusión, pacifistas o de amor son claves.