Describiendo algunos de los sólidos motivos por los que prestigiosas Sociedades Científicas y Universidades han acreditado al Método Arcón como destacado avance científico y legado trascendental en bien de la humanidad
Autor del artículo: Dr. h.c. Jaime Parejo García, autor, propietario intelectual y director general del Método Arcón.
Los perros formados mediante Método Arcón son los más eficaces del mundo en búsqueda, detección y salvamento (también respecto a los instrumentos artificiales), habiendo sido constatado oficialmente por principales instituciones intervinientes de numerosos países (en cientos de simulacros oficiales e intervenciones reales) que son los únicos que logran (incluso frente a situaciones extremadamente adversas) valores 10 (en Escala Parámetros Incidentes de cero a diez) relativos a todos los aspectos esencialmente incidentes respecto a las operaciones de búsqueda y detección para salvamento. Puntualizando que la optimización de efectividad que confiere la aplicación del Método Arcón, es aplicable con idénticos resultados, oficialmente verificados, a la búsqueda y detección de supervivientes sepultados en desastres naturales o antrópicos, personas extraviadas, biodetección, explosivos, minas antipersonales, especies animales y/o vegetales protegidas y/o prohibidas…:
- Autonomía psíquica útil
- Motivación específica (respecto a extrema durabilidad temporal y adversidad)
- Concentración específica sostenida respecto a extrema durabilidad temporal y adversidad (nula visibilidad, sonidos estrepitosos ininterrumpidos, etc.)
- Inhibición, neutralización sensorial de estímulos potencialmente interferentes
- Activación e interacción de datos específicos almacenados memorísticamente
- Rendimiento perceptivo olfativo (captación, discriminación…)
- Umbral mínimo de percepción olfativa
- Rapidez y precisión en la detección específica
- Estrategias de búsqueda
El Método Arcón está acreditado, certificado por diversas instituciones como destacado avance científico y legado trascendental en bien de la humanidad, habiendo sido galardonado junto a su creador, por las Naciones Unidas, Gobiernos, Universidades, Centro de Investigación, Sociedades Científicas, Fuerzas Armadas, Cuerpos de Bomberos, Cuerpos de Policías, Cruz Roja, Protección Civil, etc., al haber incrementado la preservación y el salvamento de vidas humanas, animales y vegetales en el mundo (frente a desastres naturales y antrópicos, explosivos, minas antipersonales, biodetección, evitación de plagas animales o vegetales, etc.), y consecuentemente los principales Centros oficiales de Formación en Búsqueda y Detección Canina de Latinoamérica (CEAC de Gendarmería de Chile, Batallón Canino Policía Militar Brasilia, ESFE 9 del Ejército de Ecuador, ECEC de Policía Nacional Civil de Guatemala, ESGAC de Policía Nacional de Colombia, etc.) han optado responsablemente por la formación, aplicación, y acreditación como Centros Internacionales de Formación y Homologación Método Arcón CIFHMA.
«Logré tras doce arduos años de investigación e innovación, crear el Método Arcón, para lo cual necesité conocer, observar, continuada experimentación de campo, analizar conductualmente en profundidad y con gran matización, por ejemplos, las dinámicas de reactividad, interacción relativas a procesos cognitivos en el perro, como la concentración, memorización o percepción olfativa, para poder intervenir, crear las innovadoras técnicas, cuya aplicación optimizarían por fin la efectividad en la especie canina respecto a las operaciones de búsqueda y detección para salvamento (superando, de forma oficialmente constatada, el nivel de eficacia del sistema tradicional canino y el de los instrumentos artificiales más avanzados), considerado por innumerables expertos oficiales de diversos países, como el avance científico relativo a búsqueda y detección canina para salvamento más importante de la historia».
Conforme se avanzaba en las investigaciones se iba constatando que por ejemplos, las dinámicas de interacción o de reactividad, relativas a los citados procesos cognitivos especialmente determinantes en la conducta de búsqueda y detección canina, eran tan extremadamente amplias, como complejas y desconocidas para el humano.
Realmente constituía un reto aparentemente imposible, analizar, conocer e intervenir con la máxima precisión, profundidad e incidencia específica que resultasen posibles, sobre los citados procesos, entre otros, que se llevaban a efecto de forma tan inescrutable en el cerebro canino, hasta lograr optimizar la efectividad, el rendimiento, en las operaciones de búsqueda y detección canina para salvamento (inclusos frente a situaciones de especial adversidad y durabilidad temporal).
Considerando que el perro actúa, por ejemplo, en función de la información que almacena, y de la forma en que memorice y analice la misma, adoptando unos u otros tipos de respuestas, de reactividad, de comportamiento, debí observar, analizar, registrar, investigar, intervenir, crear… por ejemplos, respecto a la interpretación y reactividad de la especie canina ante el lenguaje verbal y corporal humano (con la extraordinaria matización y positiva precisión que se requería), o respecto a innumerables estímulos de naturaleza visual, auditiva, odorífera o táctil, así como los efectos visibles de sus complejas formas y dinámicas de almacenamiento y activación de información específica, de generación de expectativas útiles relativas a múltiples procesos experimentales de aprendizaje, de los diversos trastornos incidentes como la inhibición, frustración, etc.
Los niveles de dificultad, se incrementaban sustancialmente, por ejemplo, debido al amplio abanico de factores o variables incontrolables, que tanto afectaban, complicaban y dilataban los continuos procesos de investigación, experimentación de campo, que secuencialmente necesité abordar y profundizar, de forma imprescindible, durante años.
Todo ello se complicaba muchísimo más aún, si cuando el objetivo desde el principio, no era cesar, culminar las investigaciones y potencial innovación, cuando lograse simplemente «mejorar» la efectividad de lo entonces existente en el mundo (el básico sistema tradicional consistente en la simple aplicación del condicionamiento operante). El sólido y excepcional reto era el de intentar llegar a «optimizar», maximizar la eficacia de la búsqueda y detección en las operaciones reales, para así potenciar en este ámbito, todo lo que resultase posible y de forma humanitaria no lucrativa, la preservación y el salvamento de vidas humanas, animales y de plantas. Trascendente objetivo logrado, cuando por fin culminé todo un arduo proceso de investigación e innovación, de doce años de duración, habiendo ya creado lo que constituye un trascendente avance científico, que registraría, siendo consecuentemente aprobado oficialmente en el RGPI como innovadora obra científica, la cual denominé Método Arcón, al optar por inmortalizar en vez del nombre del creador, el de mi querido compañero canino con el que culminé la creación de tan trascendente metodología.
Por fin, tras una dilatada y ardua labor de investigación e innovación (miles de días, de folios escritos, de operaciones de búsqueda y detección canina minuciosamente diseñadas, analizadas, registradas, etc.), logré crear todo un conjunto de técnicas, siete, las cuales comprenden el Método Arcón (vinculadas según los casos, a los diferentes procesos formativos o acciones de intervención específicos) tan complejas y extremadamente amplias como innovadoras y trascendentes, las cuales perfectamente interrelacionadas, lograban optimizar (incluso frente a máximas cotas de factible durabilidad temporal y adversidad) el rendimiento y resultados en las operaciones de búsqueda y detección canina para salvamento, consiguiendo además al resultar necesario, interrelacionar con total simultaneidad, parámetros tan potencialmente incompatibles como la autonomía psíquica y la motivación, los cuales conjuntamente maximizaban el grado de concentración sostenida del ejemplar canino durante las operaciones de búsqueda y detección, y maximizaban consecuentemente el indispensable y vital nivel de rendimiento perceptivo olfativo, así como el umbral mínimo de percepción odorífera, entre otros aspectos esencialmente incidentes y determinantes, potenciándose al máximo posible la inhibición de todo tipo de estímulos potencialmente interferentes (auditivos, visuales, olfativos…), la captación olorosa, la positiva activación de los datos informativos alojados en el almacén memorísticos del perro, así como la inmediata y adaptada elaboración de fructuosas estrategias de búsqueda, entre otros aspectos fundamentales esencialmente incidentes.
Se describe a continuación solo algunas de todo un conjunto de incorrecciones semánticas así como carencias técnico-operativas, que afectan gravemente al sistema (no método) tradicional de búsqueda y detección canina, pero que afortunadamente para todos, han sido solventadas y con niveles óptimos, por el reconocido avance científico Método Arcón, tras doce años de ardua e intensa investigación e innovación.
«Método» es una palabra que proviene del término griego methodos («camino» o «vía») y que se refiere al medio utilizado para llegar a un fin.
Consecuentemente resulta incorrecto, como siguen haciendo indebidamente ciertas personas de diferentes países (que aunque aplican de forma exclusiva prácticamente el condicionamiento operante, con sus visibles limitaciones) impulsados por diversos intereses personales optan por denominar «método» (bautizándolo seguidamente con un nombre u otro inventado) a cualquier procedimiento de formación y/o intervención, patentemente básico, relativo a la búsqueda y detección canina, y que al evaluarse con la debida rigurosidad y exigencia, se constata pública y/o oficialmente, que no alcanzan realmente el fin u objetivo únicamente determinado, considerando se trata de preservación y salvamento de vidas (localizar y detectar con la máxima efectividad posible, frente a la durabilidad temporal, adversidad, etc., respecto al pleno potencial físico y psíquico de la especie canina).
Estas personas paralelamente, al no lograrse el objetivo, resultado que ética y profesionalmente correspondería, suelen utilizar también consecuentemente de forma inadecuada el término «técnica», definido como la manera en que un conjunto de procedimientos, materiales o intelectuales, es aplicado en una tarea específica, con base en el conocimiento de una ciencia o arte, para obtener un resultado determinado.
En lo que respecta a la formación e intervención relativas a la Búsqueda y Detección Canina para salvamento, existen únicamente en el mundo, el sistema tradicional y el Método Arcón, describiéndose a continuación con máxima precisión y rigurosidad técnico-operativa, los rasgos principales que caracterizan a ambos medios de formación e intervención, diferencias existentes, y el sustancial progreso, avance innovador, que constituye el Método Arcón respecto al sistema tradicional, optimizándose demostradamente el nivel de efectividad en favor del consecuente incremento en la prevención y el salvamento de vidas en el planeta:
a) El sistema tradicional consiste en la casi exclusiva aplicación del básico e imprescindible mecanismo asociativo de aprendizaje Condicionamiento Operante o Instrumental (el perro utiliza su conducta como instrumento para la consecución de un reforzamiento, asociando concretamente tras una serie de repeticiones, la localización y un marcaje específico, de un determinado olor memorizado, con la administración de una recompensa).
Distintas personas de diversos países, han optado por añadir ciertas complementaciones a este simple sistema de formación e intervención tradicional (incluso en algunos casos, asignándoles el rango de métodos y denominaciones propias), aunque obviamente en procesos básicamente insuficientes, el incremento de eficacia resulta siempre, por desgracia, comprobadamente inapreciable.
b) El Método Arcón, a diferencia del simple sistema tradicional (en todas sus formas y denominaciones asignadas), sí ha logrado tras doce arduos años de investigación e innovación por el Dr. h.c. Jaime Parejo García, optimizar demostradamente la efectividad en la búsqueda y detección canina, potenciando así la prevención y el salvamento de vidas humanas y animales en el mundo, siendo consecuentemente el único sistema de formación e intervención para equipos caninos de búsqueda y detección, avalado a nivel científico y académico por Universidades, oficial por Gobiernos, seleccionado y publicado por revistas científicas de prestigio internacional, y que logra optimizar la efectividad durante las operaciones de búsqueda y detección canina, respecto a los medios naturales y artificiales de detección existentes, y en las diversas especialidades (personas sepultadas con vida, explosivos, biodetección…), mediante la adecuada aplicación de sus respectivas siete técnicas innovadoras, y proceso formativo asociado (según cada especialidad de búsqueda y detección canina).
Ateniéndome a los rigurosos, inflexibles y permanentes principios éticos y humanitarios que caracterizan desde el principio el procedimiento conductual que adopté en la compleja área del conocimiento relativa a la búsqueda y detección canina en general, debo advertir positivamente de un error de valoración, interpretación, tan grave como generalizado, que afecta, por desconocimiento en la mayoría de los casos, a cierto porcentaje de las personas que aplican el sistema tradicional (la casi exclusiva aplicación del condicionamiento instrumental u operante, de recompensa).
En ocasiones, al iniciar cursos oficiales Método Arcón, constatamos que una parte de los alumnos que participan con perros, muchos instructores oficiales del sistema tradicional (ya formados con el sistema tradicional, en Unidades Caninas oficiales de importantes Cuerpos policiales, de bomberos o militares de diversos países como por ejemplos Brasil, Colombia, México, Guatemala, Honduras, El Salvador, Chile, Ecuador, Venezuela, Andorra, Ucrania, Portugal, España, etc.), estaban en principio convencidos de que sus perros realizaban ya con anterioridad las operaciones de búsqueda y detección (de explosivos, supervivientes sepultados, etc.) con un importante grado de efectividad, porque sus ejemplares (formados con el sistema tradicional, evitándose simplemente, durante su proceso formativo, las pautas de apoyo por parte del guía) en las operaciones de búsqueda que realizaban antes de iniciar el curso, detectaban la persona viva sepultada, el explosivo, etc., según los casos) venteando correctamente, en amplias superficies, y en breve espacio de tiempo, no obstante todos ellos constataban sólidamente y con decepcionante sorpresa en el primer o segundo día de cada Curso Método Arcón, que cuando se hermetizaba aún más la emisión odorífera emitida al exterior por la persona, explosivo o cualquier otro elemento, ya no detectaban en absoluto, una grave circunstancia que sin embargo descubrían con inmensa y noble satisfacción, quedaba totalmente solventada, de forma progresiva, con la aplicación de las técnicas del Método Arcón, incrementándose de forma sustancial y progresiva la autonomía psíquica, motivación específica, y consecuentes concentración y rendimiento perceptivo del perro, optimizándose además su umbral mínimo de percepción olfativa (mínima energía odorífera que ha de ser emitida para que el individuo la logre detectar, discriminar e identificar correctamente), innovadoras técnicas que iban permitiendo en todos los casos a los ejemplares formados previamente, durante años, con el sistema tradicional, no solo detectar idénticas dosis de emisión odorífera a las que antes no lograban percibir (incluso en otros entornos más adversos), sino progresivamente, emisiones sustancialmente menores, circunstancia esta que en muchos casos, determinará la diferencia entre la vida y la muerte, para guías, perros y/o ciudadanos en general, frente a diferentes situaciones como desastres naturales o antrópicos, presencias de minas, etc.
También se verificaba siempre, y en la totalidad de los ejemplares caninos (tanto en los ya formados con el sistema tradicional, como en los vírgenes, sin formación alguna, estos últimos los cuales avanzan lógicamente mucho mejor y con mayor rapidez en todos los aspectos, al no existir en los mismos los interferentes, incompatibles y lesivos condicionamientos inherentes al sistema tradicional, como es el caso por ejemplo de una mayor o menor dependencia memorizada respecto al guía, conforme avanzaba su formación con el Método Arcón, que se optimizaban más aspectos vitalmente esenciales a efectos operativos, como por ejemplo generar la necesaria factibilidad de realizar sucesivas operaciones de búsqueda, incluso días consecutivos, sin administración de recompensa alguna, manteniéndose extraordinariamente altos (frente a la durabilidad temporal y adversidad de naturaleza visual, odorífera, táctil y auditiva) los niveles motivacionales específicos, de positiva autonomía psíquica y de vital concentración constatada fértil y sostenida.
Se ha constatado minuciosamente, que excepto en el caso del Método Arcón, los procesos de aprendizajes relativos a los demás sistemas de formación e intervención para equipos caninos de búsqueda se han limitado casi exclusivamente a la aplicación del condicionamiento operante o instrumental, y si bien es cierto que este tipo de aprendizaje asociativo, tan básico y lógico, cuya existencia fue descubierta, no creada, por el psicólogo americano Burrhus Frederic Skinner, resulta imprescindible para que se lleve a efecto el aprendizaje, también ha de considerarse de forma ética, profesional e importantísima que la aplicación casi exclusiva del condicionamiento operante o instrumental (totalidad del resto de sistemas de formación e intervención existentes) resulta extremadamente insuficiente para la consecución de óptimos niveles de eficacia, por ejemplo en lo que respecta al rendimiento perceptivo olfativo en los perros de rescate, frente a los numerosos tipos y circunstancias que presentan las operaciones de búsqueda y detección reales, como por ejemplos: alta adversidad (abruptos espacios confinados con nula visibilidad…), valores extremadamente minimizados de emisión odorífera por supervivientes sepultados (debido por ejemplo a un acusado grado de hermetización del sepultado), operaciones de alta duración (varios días en ciertos desastres), etc, y que las citadas diferencias de carácter funcional y operativo, implicarán obviamente que aumente sustancialmente la probabilidad de que resulte o no, odoríferamente detectada, localizada (y consecuentemente salvada) la posible persona con vida sepultada (no audible ni visible), o también por ejemplos esos explosivos o minas, que de no resultar detectados previamente, generan fatales consecuencias humanas y animales.
El Método Arcón se diferencia significativamente del sistema tradicional, por ejemplos, en los siguientes aspectos fundamentales (aplicable a la búsqueda y detección de supervivientes sepultados, personas extraviadas, biodetección, explosivos, minas antipersonales, especies animales y/o vegetales protegidas y/o prohibidas…
a.- Los visibles, fructuosos y característicos niveles óptimos de autonomía, motivación y concentración que presentan los perros formados con el Método Arcón durante el desarrollo de las operaciones de búsqueda y detección, incluso en situaciones, por ejemplos, de extrema dificultad perceptiva o frente a espacios confinados (en lo que respecta por ejemplo a la especialidad de salvamento) con cotas de visibilidad totalmente inexistentes, continuamente abruptos y con dimensiones espaciales para desplazamiento extremadamente mínimas.
El Método Arcón optimiza en los perros durante el desarrollo de las operaciones de búsqueda y detección, entre otros aspectos, los niveles de autonomía de trabajo, motivación específica y concentración psíquica, tanto en intensidad como en permanencia, incluso frente a operaciones de intervención que requieran, como por ejemplo los desastres, de varios días seguidos.
Paralelamente, los perros de búsqueda formados con el Método Arcón, mantienen los citados parámetros esenciales, funcionalmente activos y extremadamente blindados, respecto a una potencial neutralización por efecto de situaciones adversas, como pueden ser por ejemplos un incipiente estado de agotamiento, alta repetitividad de búsquedas carentes de un seguido reforzamiento, agresiva climatología, etc., a diferencia de los perros de rescate formados con el resto de sistemas existentes, en los cuales, la casi exclusiva aplicación del condicionamiento operante, implica una constatada fragilidad en lo que respecta a intensidad, permanencia y blindaje de factores tan vitalmente incidentes y determinantes como son la autonomía, motivación y consecuente concentración psíquica intensa y sostenida.
b.- Se ha comprobado también que el umbral mínimo de percepción olfativa (o sea la intensidad mínima suficiente que requiere poseer un estímulo oloroso para poder ser percibido por un ejemplar canino concreto ) en lo que respecta al olor de la persona viva sepultada, resulta ser mucho más factible, para un mismo perro, al estar instruido e intervenir con el Método Arcón que si se forma e interviene con cualquiera del resto de los sistemas, ello es debido a que la formación con Método Arcón, permite demostradamente lograr percibir, discriminar odoríferamente las moléculas olorosas específicas, incluso en situaciones de extrema dificultad perceptiva (emisión odorífera minimizada por un alto nivel de hermeticidad, contaminación, o afectada por estados de interferente adversidad visual, auditiva, espacial…), que sin embargo resultaban comprobadamente imperceptibles para los ejemplares caninos formados y certificados con los demás sistemas existentes ( tradicionales ), los cuales aunque se diferencian en sus respectivas denominaciones, coinciden todos en la limitante circunstancia de estar basados en la aplicación, casi exclusiva, del condicionamiento instrumental u operante, constatándose, en todos los casos, por un amplio conjunto de especialistas oficiales, que todos aquellos perros que estaban formados e incluso certificados como operativos, con estos sistemas tradicionales, previamente a la realización de un curso oficial Método Arcón, tras la aplicación inicial de las técnicas Arcón, en breve espacio de tiempo, lograban detectar emisiones odoríferas sustancialmente menores, en iguales condiciones de dificultad y progresivamente mayores, a las que no le permitían detectar, percibir el olor específico, al principio de curso.
Se han detectado, localizado, personas con vida sepultadas incluso en puntos de extrema dificultad perceptiva en base al nivel de profundidad, hermeticidad u otros factores especialmente interferentes, habiéndose conseguido localizar (constando en los pertinentes informes oficiales) con rapidez y precisión, personas totalmente sepultadas bajo varios metros de tierra, basuras o escombros, tanto en operaciones de búsqueda exteriores como en el interior de adversos espacios confinados sin visibilidad, por Equipos Caninos Método Arcón de Cuerpos de Bomberos, Policías o Ejércitos, de Chile, El Salvador, España, Ecuador, Colombia, Guatemala…, haciendo así posible sus localizaciones y salvamentos en la mayoría de los casos, constando además que Equipos Caninos del sistema tradicional no lograron percibir, previamente, las mismas emisiones odoríferas. Esta circunstancia vital y diferenciadora se debe exactamente, a que los niveles de autonomía, motivación, concentración y consecuentes niveles de rendimiento perceptivo olfativo, umbral mínimo de percepción odorífera…, entre otros aspectos, solo se encuentran optimizados para la ejecución de búsquedas, en los perros formados con el Método Arcón.
Así por ejemplo, en el sistema tradicional, el nivel motivacional del perro respecto a las operaciones de búsqueda y detección, se sustenta exclusivamente en el grado de motivación natural del perro respecto a la búsqueda, y al impulso de presa o cobro, una generalidad lógicamente imprescindible para poder formar un perro de búsqueda y detección, siendo parte de las cualidades inherentes a lo que se denomina «perro de trabajo, no obstante esta fuente motivacional resulta extremadamente frágil e insuficiente para afrontar operaciones reales con altos niveles de efectividad y rendimiento, especialmente aquellas que requieren abordar una cierta durabilidad temporal y/o adversidad de diversa naturaleza, por ejemplos.
Consecuentemente el nivel potencial de carga motivacional definitiva, en los perros formados con el sistema tradicional, al basarse exclusivamente en el condicionamiento operante, se reducirá a la expectativa y deseo respecto a la obtención del reforzamiento o recompensa, circunstancia esta imprescindible especialmente en las fases iniciales de formación, pero reitero que gravemente insuficiente como «combustible motivacional» en un considerable número de situaciones, como pueden ser por ejemplos operaciones de búsqueda consecutivas, durante uno o más días, sin reforzamiento alguno, o una búsqueda única donde la emisión odorífera procedente de la persona, explosivo…se encuentre extremadamente minimizada, y requiera para su captación niveles óptimos de motivación, autonomía y consecuente concentración y rendimiento perceptivo olfativo.
Sin embargo los perros formados con Método Arcón, cuya fuente motivacional ha sido generada por la aplicación e interacción de innovadoras y complejas técnicas Arcón, sí mantienen los imprescindibles niveles de motivación, y en máximo grado factible, frente a estas operaciones sucesivas y ante adversidades como abruptos espacios confinados con nula visibilidad por ejemplos (como han constatado ininterrumpidamente interviniendo en desastres desde 1999, la totalidad de los miembros de las Unidades Caninas oficiales Método Arcón de diversos países, entre otras muchas personas) perros que sin refuerzo alguno mantienen niveles motivacionales útiles en las adversas y consecutivas operaciones de búsqueda y detección, durante días, motivación que rebasaba, luchaba por superar, incluso a visibles estados de fatiga psíco-física, en ejemplares, tras intensos días de trabajo mental especialmente.
Indicando que en el sistema tradicional cuando el perro en el desarrollo de la operación de búsqueda, ya sea en formación, entrenamiento y/o intervención, presenta bajos niveles de motivación, y de consecuente concentración, suelen intentar solventarlo con un incremento del ya nocivo apoyo e intervención (verbal y/o físico) inicial del Guía, lo cual agrava considerablemente su presente y futuro nivel de eficacia en la búsqueda, «presente» porque así interferimos negativamente en su necesario nivel de concentración (que ha de ser el máximo posible) que determinará directamente su grado de rendimiento perceptivo olfativo, y también perjudicamos con tan lesiva interferencia las potenciales estrategias fructuosas a elaborar por el ejemplar, limitándolo a un mero, visible y estéril desplazamiento en el área de búsqueda, y «futuro» porque el perro memoriza sólidamente como perjudicial expectativa la actitud de apoyo del Guía durante la búsqueda, y ello mermará a partir de ese instante gravemente sus futuros niveles de potencial concentración, consecuente rendimiento perceptivo olfativo, elaboración de fructuosas estrategias de búsqueda, etc., nefastas consecuencias operativas que lógicamente se agravarán en el perro, cada vez más, conforme transcurra el tiempo de búsqueda y potencial detección sin que obtenga éxito, pues la demanda de apoyo al guía y consecuente interferencia (física y psíquica) en su necesaria línea de alta concentración sostenida, por ejemplos, se incrementará considerablemente, independientemente de que se trate de operaciones de búsqueda y detección de personas, biodetección, explosivos, minas…
c.- Los perros formados con Método Arcón gracias a sus optimizados niveles de autonomía psíquica (siendo a su vez totalmente controlables por sus Guías en caso necesario) y motivación, elaboran visiblemente de forma sistemática estrategias de búsqueda especialmente positivas, percibiendo y localizando con valores extraordinariamente potenciados de rapidez, precisión y rendimiento olfativo, además se potencia de forma consecuente y paralelamente máxima el también valioso y necesario grado de concentración psíquica mantenida durante las operaciones de búsqueda y detección.
En el sistema tradicional se somete a los perros a todo un conjunto de órdenes de obediencia (tan innecesarias como superfluas y lesivas a nivel operativo) y que además lógicamente lesionan en las operaciones reales de búsqueda y detección canina los esenciales potenciales de autonomía, motivación, concentración y consecuente rendimiento perceptivo olfativo, entre otros aspectos como la autónoma elaboración de fructuosas estrategias de búsqueda por parte del ejemplar canino.
La única orden que se establece en los perros formados con el Método Arcón, es la de llamada de urgencia, por ser necesaria operativamente en algunos casos, y siendo utilizada solo cuando resulte estrictamente necesario.
Debe comenzar a aceptarse universalmente que el trabajo deportivo, sea cual sea su modalidad (debido a su grado de mecanicidad y sometido control, mentalmente limitante en el perro) en absoluto es compatible ni positivo a efectos de aplicación para las operaciones, intervenciones reales de búsqueda y detección canina.
d.- Las pruebas evaluativas oficiales destinadas a homologar certificadamente para intervención guías y perros, relativas y factibles para el sistema tradicional, son muy inferiores a las establecidas en Método Arcón, en lo que respecta a evaluación del nivel de efectividad operativa real que se requiere para afrontar adecuadamente las operaciones reales (las diferencias entre ambos reglamentos de evaluación y homologación, están perfectamente descritas y técnico-operativamente argumentadas en la Normativa oficial e internacional del Método Arcón, publicada en la Web oficial del Método Arcón)
Entre el amplio conjunto de consultas que se formulan más habitualmente, seleccionado aclarar en este artículo, las dos siguientes, por su especial importancia:
¿ El hecho de que el Método Arcón confiera un nivel óptimo, máximo de efectividad en los perros, para el desarrollo de las operaciones de búsqueda, detección y salvamento, implica que localizarán, detectarán el cien por cien de las veces a los supervivientes sepultados, explosivos, minas antipersonales, etc.?
Lógicamente no, como en todo existen límites, y detectarán siempre que la emisión odorífera se encuentre en el rango factible de su respectivo umbral mínimo de percepción odorífera en ese momento, puntualizando no obstante que el rendimiento perceptivo olfativo del perro y consecuente efectividad, sí estará optimizado al máximo posible (respecto al limitado potencial real de cada ejemplar) debido exactamente a su formación, entrenamiento e intervención con el Método Arcón, cuyo nivel de efectividad, oficialmente constatado, supera considerablemente al de un mismo ejemplar formado con el sistema tradicional canino, o a los instrumentos más avanzados como son por ejemplos los equipos de sensores geofónicos Localizadores de Personas Sepultadas (Trapped Person Locutor –TPL–), o las cámaras termográficas (o térmicas).
¿Se seleccionan perros específicamente para ser formados mediante el Método Arcón?
En absoluto, al igual que para cualquier otro sistema de formación resulta totalmente imprescindible, en principio, disponer de un perro con aptitud para poder desarrollar la actividad de trabajo (lo que se denomina «perro de trabajo», independientemente sea de raza o mestizo) esto es universalmente genérico y naturalmente lógico, puntualizando que el nivel de efectividad (de cero a diez) que alcanzará cualquier perro de trabajo para el desarrollo real de la actividad de búsqueda y detección canina para salvamento, dependerá directamente de la metodología de formación/intervención que se aplique, o sea que aunque dispongamos de un auténtico perro de trabajo, y dediquemos años con auténtico esmero y dedicación, a la tarea de formación, si la metodología de formación, sea cual fuese, confiere comprobadamente valores bajos o medios a los parámetros esencialmente incidentes en la búsqueda y detección canina, la efectividad final desgraciadamente no logrará nunca llegar a ser alta, o ni siquiera suficiente en muchos casos, como se viene verificando desde antaño, por ser científica y racionalmente imposible a todos los efectos.
Por muchos años que se dedicasen, sería como intentar avanzar insistentemente en canoa donde el remo carece de pala para que la embarcación pueda avanzar en el agua.
Desde 1996, como puede observarse en las fotografías oficiales de Cursos Método Arcón realizados hasta la fecha (https://www.metodoarcon.org/portfolio-type/cursos) se han formado y certificado oficialmente a todo un conjunto de perros (edad de 1 a 7 años), los cuales independientemente de la raza, edad y sexo al que pertenecían demostraron todos, oficialmente, tras la aplicación del Método Arcón, niveles óptimos, máximos de efectividad en las operaciones de búsqueda y detección para salvamento, en diversas especialidades.
Entre las razas de perros formados y certificados desde que se realizó el primer Curso oficial Método Arcón, en enero de 1996, citar: Mestizos (sin raza determinada), Dobermann, Schnauzer Gigante, Parson Russell Terrier, Jack Russell Terrier, Perro de Agua Español, American Staffordshire Terrier, American Pit Bull Terrier, Golden Retriever, Labrador Retriever, Pastor Alemán, Pastor Belga Malinois, Pastor Holandés, Pastor de Brie, Cocker Spaniel Inglés…
Puntualizando que tan solo el uno por ciento de estos ejemplares procedían de las denominadas y acreditadas como selectas líneas genéticas de trabajo.
El veinticinco por ciento procedían de refugios de sociedades protectoras de animales (pasando así a un nuevo modo de vida privilegiado en todos los aspectos para el ejemplar, periódica y suficiente expansión física, nutrición de excelencia, motivación extraordinaria por la actividad de búsqueda y detección en todo tipo de situaciones…), el cinco por ciento de compra a criaderos, el treinta por ciento de donaciones de particulares, y el cuarenta por ciento provistos por las respectivas instituciones oficiales.
Como antes transmití, el perro ha de poseer potencial aptitud natural para el trabajo (alto nivel de seguridad, actividad, sociabilidad, impulso de presa…), constituyendo este un factor previo lógicamente imprescindible, pero que seguidamente dependiendo del sistema formación/intervención aplicado, se convertirá en un perro con efectividad de cero a diez en una exigente escala relativa a los parámetros esencialmente incidentes en las operaciones de búsqueda y detección, nivel de efectividad real en definitiva.
Realmente se necesitaba, a nivel internacional, un avance científico que lograra, optimizando incluso si así fuera posible, la efectividad en las operaciones de búsqueda y detección canina para salvamento, y por fin el 23 de octubre de 1994, tras intensos años de incesante investigación, innovación y perfeccionamiento, verifiqué en una actividad gubernamentalmente oficial de extrema envergadura (Escuela de Seguridad Pública de Andalucía, España) que había logrado gran objetivo, optimizar, maximizar en todo lo posible, la eficacia incluso frente a situaciones extremadamente adversas, y a partir ahí proyecto sin pausa sería entregarlo al mundo, países con mayor nivel de riesgos, de forma totalmente altruista, en bien de la humanidad, animales y plantas en general.
El Método Arcón ha demostrado oficialmente, su óptimo nivel de efectividad en todo tipo de operaciones de búsqueda y detección para salvamentos (supervivientes sepultados en desastres, explosivos, minas, control del tráfico o plagas relativo a especies protegidas o invasoras animales y vegetales, detección precoz de enfermedades con olores específicos, etc.), habiendo sido constatada científicamente por ejemplo la transferibilidad y la reproducibilidad de esta innovadora y trascendente metodología, constituyendo el medio de búsqueda y detección más eficaz que existe (respecto a los actuales instrumentos artificiales y al sistema tradicional canino), con extremada diferencia, oficialmente constatado, avalado y galardonado, siendo el único que por ejemplos:
1.- Ha sido oficialmente avalado a nivel científico y académico por prestigiosas Universidades, como destacado avance científico y legado trascendental en bien de la humanidad.
2.- Ha sido aprobado como el sistema oficial de formación e intervención para equipos caninos de búsqueda por Gobiernos de países debido fundamentalmente, a sus excepcionales resultados internacionales, oficialmente acreditados, relativos a las operaciones reales de búsqueda y detección canina en las diversas especialidades.
3.- Ha logrado optimizar demostrablemente la eficacia en los equipos caninos de búsqueda y detección, en las diversas especialidades (supervivientes sepultados, explosivos, minas, enfermedades…).
4.- Ha sido oficialmente galardonado por prestigiosas Universidades, Instituciones Científicas, Cuerpos de Bomberos, de Policías, Ejércitos, las Naciones Unidas, etc.
5.- Su respectiva síntesis ha sido seleccionada, publicada y transmitida por prestigiosas revistas científicas especializadas, libros y conferencias en congresos científicos especializados de mayor importancia a nivel internacional.
6.-Legalmente aprobado, inscrito y protegido en el Registro General de la Propiedad Intelectual como nueva obra científica, y cuyo autor es el Dr. h.c. Jaime Parejo García.
Enlace a 60 vídeos oficiales (donde pueden observarse contundentemente los valores máximos, diez, especificados como esencialmente incidentes en las operaciones de búsqueda y detección para salvamentos), sobre simulacros, intervenciones, entrevistas, reconocimientos de máxima importancia, noticias internacionales, etc.: https://www.metodoarcon.org/videos-destacados
La síntesis esquemática sobre Método Arcón se encuentra en el único libro oficial de la metodología autorizado paralelamente como el preceptivo Manual para todo tipo de Cursos oficiales Método Arcón (Editorial Círculo Rojo, en papel o versión digital): https://www.metodoarcon.org/ya-esta-tambien-disponible-en-amazon-la-publicacion-electronica-del-unico-libro-oficial-del-metodo-arcon
Autor del Artículo: Dr. h.c. Jaime Parejo García, creador, propietario intelectual y director general, del Método Arcón
Fuente Comunicae