La llegada de ChatGPT, de Open AI, ha supuesto un gran auge del uso de las inteligencias artificiales para la creación de todo tipo de contenido
En la era digital, donde la tecnología y los dispositivos electrónicos son parte integral de la vida cotidiana, el peritaje informático y el análisis de la evidencia digital se han convertido en elementos cruciales en investigaciones forenses. Sin embargo, con la creciente complejidad de los casos y la enorme cantidad de datos digitales generados mediante la Inteligencia Artificial (IA), la informática forense se ha topado con un nuevo reto para determinar la veracidad de pruebas digitales en casos judiciales.
La IA se refiere a la capacidad de las máquinas para imitar y realizar tareas que requieren inteligencia humana. En el contexto de la informática forense, la IA puede desempeñar un papel fundamental en la extracción y análisis de la evidencia digital, así como en la identificación de patrones y comportamientos relevantes para las investigaciones.
Los grandes retos del peritaje informático frente a la IA
Uno de los principales retos que plantea el uso de la IA en el peritaje informático es la adaptación y actualización constante de los algoritmos y modelos utilizados. La tecnología evoluciona rápidamente y los delincuentes cibernéticos buscan continuamente nuevas formas de ocultar su actividad. Por lo tanto, los expertos en informática forense deben mantenerse al día con las últimas tendencias y avances en la IA para poder detectar y analizar correctamente la evidencia digital.
Además, la IA también plantea desafíos éticos y legales en el campo de la informática forense. Es fundamental garantizar la privacidad y la protección de los derechos de los individuos durante el proceso de recopilación y análisis de la evidencia digital. El uso de algoritmos de IA debe ser transparente y estar sujeto a una supervisión adecuada para evitar sesgos y decisiones injustas.
Interpretación de los resultados
Uno de los principales desafíos del peritaje informático es la interpretación de los resultados generados por los sistemas de IA. Aunque la IA puede ayudar a automatizar ciertas tareas, lo cierto es que mediante la inteligencia artificial se pueden crear textos, imágenes, como «deepfakes«, que pueden dificultar la capacidad de afirmar o no su veracidad.
Para ello, la mejor opción de estos profesionales para definir la autenticidad de las pruebas, es atender a la cadena de custodia. Esto significa que se pueda seguir la trazabilidad completa y absoluta desde el origen hasta el momento actual de la prueba, así como la posibilidad de obtener registros en sistemas operativos y discos duros donde quede reflejada la creación de la evidencia, analizando los cuales, se pueda o no demostrar si goza de autenticidad e integridad, o si ha sido manipulada o creada «ad hoc».
Fuente Comunicae