Si hay un activo importante, vital e insustituible en una compañía, ese es el talento de sus trabajadores. Potenciar su crecimiento, descubrir cómo sacarle partido en las políticas de empresa e incluso retenerlo es el reto al que se enfrentan la mayoría de pymes españolas.
Por suerte, nuestro país goza de muy buena salud en lo que a talento se refiere. El trabajador español está bien formado, tiene herramientas suficientes para desempeñar el trabajo para el que es contratado y, si se pregunta fuera, es serio, formal y creativo.
Pero, ¿cómo conseguir sacar partido de ello?
“La clave no está en dar por hecho que el talento está y que brote. Se trata de formar a los trabajadores en habilidades que permitan potenciar su talento natural. Con más de 45.000 alumnos a nuestras espaldas nuestra formación potencia importantes áreas de desarrollo” explican desde Wake Up Canarias, empresa especializada en este tipo de seguimiento y formación.
Qué se consigue con este tipo de formación presencial u online:
- Establecer una comunicación abierta entre los trabajadores para poder comprender en todo momento sus habilidades y necesidades para sacar adelante un proyecto. Conociendo lo que se necesita se pueden formar equipos que cubran ese área y que sean capaces de ofrecer opiniones, sugerencias y decisiones que hagan avanzar.
- Crear una lista de objetivos claros capaces de motivar al equipo para llegar a ellos de forma coordinada.
- Fomentar la creatividad: cuando en un equipo se permite opinar, suelen aparecer ideas innovadoras y creativas que solucionan, de forma común, el reto. Si cada uno aporta sus conocimientos y se consiguen poner en común, es más fácil el éxito.
- Promover la formación: es clave que se esté en continua evolución y para ello las empresas deben potenciar el desarrollo de nuevas habilidades en cada trabajador.
- Enseñar a colaborar entre departamentos, coordinando acciones para que el resultado multiplique el esfuerzo.
Conseguir crear equipos capaces de coordinarse, trabajar en equipo los proyectos que así lo requieran y que estén en constante evolución en lo que a formación se refiere hace a las empresas cada vez más competitivas y, sobre todo, espacios donde cada uno puede desarrollar su propio talento por el bien corporativo.