Es poco probable que se llame a un electricista para cambiar una bombilla, pero hay muchas otras situaciones en las que merece la pena hacerlo. ¿Cuándo? Resulta que no sólo en caso de avería, vale la pena optar por los servicios de un electricista también por otras razones
Por supuesto, no todas las averías o problemas implican llamar a un profesional. Algunos trabajos, siempre que se tengan los conocimientos adecuados y se pueda tener un cuidado extra, los puede hacer uno mismo.
Un enchufe roto o un interruptor estropeado no son difíciles de reparar, sobre todo si se dispone de las herramientas adecuadas. Sin embargo, las personas que no estén familiarizadas con la electricidad deben dejar el cableado y llamar a un profesional para que lleve a cabo la reparación.
También merece la pena dejar los trabajos más complicados en manos de profesionales. No merece la pena correr el riesgo de provocar un cortocircuito, dañar los aparatos eléctricos o incluso, por la posibilidad de electrocutarse o provocar un incendio, causando daños personales graves.
Según electricistas Madrid, los problemas con la instalación eléctrica pueden ser de varios tipos. No siempre tienen por qué ser muy graves, aunque pueden ser bastante perturbadores. Sin embargo, cuando se producen, no merece la pena esperar para repararlos.
Una instalación defectuosa puede tener graves consecuencias para la seguridad de los miembros de la familia y sus bienes.
Por lo tanto, no hay que subestimar, por ejemplo, las chispas que aparecen al conectar electrodomésticos o el parpadeo de las luces. Hay que encontrar rápidamente la causa del problema.
¿Cuáles son las averías eléctricas más comunes? Estos son principalmente:
- Cortocircuitos
- Atenuación de las luces
- Sobrecalentamiento del cableado y los equipos eléctricos
Cortocircuitos
Cuando la red está muy cargada o un dispositivo no funciona correctamente, pueden producirse cortocircuitos que den como resultado enchufes rotos. Si esta situación se produce con frecuencia, la avería puede ser realmente grave, sobre todo cuando sucede aparentemente sin motivo. En este caso, es esencial recurrir a un especialista.
Un electricista profesional encontrará la causa del cortocircuito e intentará repararla. El origen del problema puede ser un receptor defectuoso, una instalación eléctrica defectuosa, una sobrecarga prolongada o incluso errores de diseño o instalación.
Cualquiera que sea la causa, un aumento repentino y violento del flujo de corriente de alta intensidad es peligroso para la instalación eléctrica y los equipos conectados.
Los fusibles protegen los equipos y las infraestructuras cortando el suministro eléctrico, pero fundirlos con frecuencia no sólo es una molestia, sino también una señal de que hay que solucionar el problema.
Las instalaciones eléctricas de los edificios antiguos son especialmente susceptibles de sufrir cortocircuitos. Son menos capaces de soportar la conexión simultánea de varios aparatos eléctricos. Sin embargo, esto no significa que el problema no se produzca nunca en los pisos nuevos.
Un mantenimiento deficiente o los errores de instalación antes mencionados pueden tener el mismo efecto que un cableado viejo y desgastado.
Luces que se apagan o atenúan
Tampoco es infrecuente que se llame a un electricista en relación con la atenuación o el parpadeo de las luces. Este es otro síntoma de que algo va mal en la instalación eléctrica.
En la mayoría de los casos, esto se debe a una caída de tensión, resultado de una sobrecarga de la red. Por regla general, cada aparato debe conectarse a un circuito independiente. Sin embargo, las instalaciones eléctricas más antiguas no están bien adaptadas a la cantidad de aparatos que se conectan hoy en día, sobre todo cuando se trata de electrodomésticos de cocina.
Sobrecalentamiento del cableado y los equipos eléctricos
El sobrecalentamiento del sistema eléctrico o de los equipos conectados a él es un fallo bastante común. Indica que el cableado está en mal estado y significa que debe sustituirse, ya que supone un riesgo de incendio.
También hay que prestar atención a los enchufes e interruptores. También ellos pueden calentarse. Si se observa algún signo de que el cableado está alcanzando una temperatura elevada, se debe buscar ayuda de un electricista profesional lo antes posible. Esto se debe a que puede acabar no solo dañando la propia instalación y los dispositivos conectados a la red. El riesgo de incendio es una preocupación real en este caso.
Servicios eléctricos: ¿cuándo llamar a un electricista?
Por supuesto, los fallos de instalación no son la única razón para pedir ayuda a un electricista.
Un especialista en este campo también realiza trabajos de diseño, mantenimiento e inspección. Resolverá cualquier problema relacionado con la instalación eléctrica y asesorará sobre las mejores soluciones.
Las instalaciones eléctricas deben ser seguras. Por ello, hay ocasiones en las que los servicios eléctricos deben ser realizados o, al menos, inspeccionados por alguien cualificado para ello y que pueda comprobar que la instalación cumple las normas establecidas.
También es aconsejable recurrir a los servicios de un electricista cuando se construye una casa nueva o se compra un piso. En el primer caso, puede contar con servicios como:
- Diseño de la instalación eléctrica
- Conexión y montaje de la instalación eléctrica
- Aceptación de las instalaciones eléctricas
En este último caso, los servicios más comunes son:
- Inspección de la instalación eléctrica
- Sustitución de la instalación eléctrica o modernización de la instalación eléctrica
- Ampliación de la instalación eléctrica
Un electricista profesional también es útil si se quiere instalar calefacción eléctrica. Un electricista puede instalar cableado nuevo y sustituir el viejo. Instalará sistemas de iluminación y, si es necesario, reparará lámparas o sustituirá halógenos y fluorescentes.
Por otro lado, las labores de mantenimiento y la inspección de la instalación ayudarán a localizar los fallos antes de que exista riesgo de avería. A menudo se recurre a un electricista durante las reformas. En tales circunstancias, también es un buen momento para reorganizar los enchufes y los interruptores.
Por ello, la ayuda de un electricista es necesaria en muchas situaciones. Cuando se trata de instalaciones eléctricas, no hay lugar para la experimentación y es mejor confiar en un profesional cualificado y con experiencia
Conviene añadir que es difícil estimar con exactitud la lista de precios de los servicios eléctricos. Depende mucho del método de facturación (tarifa por hora o por hacer un trabajo concreto), y también del tipo de servicio. Reparar interruptores o cambiar un enchufe es menos complicado que una compleja reforma de la instalación eléctrica.
Fuente Comunicae