En la actualidad las aplicaciones de la fabricación por adición, más comúnmente conocida como impresión en 3D, se han visto multiplicadas. Y es que, cada vez son más los sectores y actividades industriales que ven en esta innovadora tecnología un campo a tener en cuenta en el desarrollo de nuevos productos, prototipos, etc. Sectores tan variados como el de la alimentación, educación, arte, moda o la medicina se han visto beneficiados gracias al uso de las distintas tecnologías que se emplean en la impresión 3D, y que son, las cuatro siguientes: estereolitografía, sintetización láser, compactación y adición.
- La estereolitogafía, conocida también como SLA por sus siglas en inglés, fue el primero de los métodos empleados para imprimir objetos en 3D. Su fundamento se basa en la aplicación de un láser ultravioleta a una resina líquida, sensible a la luz, que se va solidificando capa a capa, consiguiéndose de esta manera una enorme precisión y grado de detalle.
- La sintetización láser, conocida como SLS por sus siglas en inglés. Y que, al igual que en el caso anterior, utiliza el láser para imprimir los objetos.
- La impresión 3D de compactación, también conocida como inyección de tinta o gota sobre polvo, es el sistema más parecido a una impresora normal, en la que se compacta usando inyección de tinta o aglutinante.
- La impresión 3D de adición, también conocida como impresión por deposición de material fundido o inyección de polímeros, es una técnica en la que se van superponiendo capas de material, hasta obtener el objeto deseado.
Sea cual sea la impresión 3D elegida, lo que está claro es que aportan enormes beneficios al sector industrial, entre los más destacados están, por ejemplo, que permiten obtener una amplia variedad de piezas o partes de estas, empleando para ello una sola máquina, lo que permite ahorrar tiempo, esfuerzos y recursos.
Tal es la potencialidad de la impresión en 3D que algunos sectores se han visto revitalizados. En el caso de la medicina, por ejemplo, se han conseguido imprimir órganos en 3D a partir de células vivas, algo impensable hace algunos años.
Invertir en el desarrollo e innovación de esta tecnología será, sin lugar a dudas, bueno para todos.