Según una encuesta de HAYS, el 49% de las compañías considera que las ayudas económicas del Gobierno son prioritarias para poder testear este formato de jornada de 32 horas semanales Tan solo el 3% de las empresas prevé implementar la jornada laboral de cuatro días, frente a un 97% de las empresas, que asegura no tenerlo previsto.
El debate sobre la concentración en cuatro días de la jornada semanal de trabajo ha vuelto a resurgir tras la reciente petición por parte de las Islas Baleares a ser territorio piloto para la implantación de este formato y el impulso por parte de Bélgica de llevar a cabo una reforma laboral que aplique esta medida. Una opción que, en un inicio, parecía muy atractiva para muchos trabajadores y que ahora abre nuevas controversias: ¿es factible poner en marcha una jornada laboral de cuatro días?
Según una reciente encuesta elaborada por la consultora de Recursos Humanos HAYS, tan solo el 17% de las empresas considera que es posible llevarlo a cabo sin ayudas públicas. Casi la mitad de los encuestados (49%), en cambio, cree que sin ayudas del Gobierno no sería viable implementar este nuevo sistema, mientras que un 34% desconoce si sería o no posible.
Fernando Calvo, director de People & Culture en HAYS España, explica que, en primer lugar, “es necesario especificar de qué hablamos cuando nos referimos a la jornada laboral de cuatro días. Si nos referimos a una jornada de 32 horas semanales, donde el empleado trabajaría ocho horas diarias durante cuatro días, es razonable pensar que, en consecuencia, disminuiría la productividad y, por lo tanto, también los salarios”. “En este punto, es natural que la mayoría de las compañías consideren que para poder aplicar este modelo de trabajo manteniendo los mismos salarios sea necesario recurrir a ayudas económicas por parte del Gobierno”, añade.
La encuesta también refleja que el 70% de las compañías no tiene previsto implantar la jornada laboral de cuatro días ni pretende planteárselo. También hay que tener en cuenta que el 27% de las empresas encuestadas no tiene ningún pronóstico en implementar dicho modelo, pero esperan valorarlo en un futuro. Tan solo un 3% de las empresas encuestadas tiene previsión de hacerlo, de los cuales un 2% asegura que mantendrá el mismo salario con menos horas trabajadas, a diferencia del 1% restante, que pretende bajar los sueldos.
Los niveles de facturación y productividad, en riesgo según las empresas
Más de la mitad de las compañías (56%) considera que no es posible implantar la jornada laboral de cuatro días manteniendo el mismo nivel de facturación y productividad por parte de sus trabajadores. Un 22% de las empresas, en cambio, cree que sí sería factible.
En el caso de las Islas Baleares, se señala que esta medida mejorará la salud y la felicidad de los trabajadores, ya que permitirá una mejor conciliación y, por consiguiente, mejores resultados a nivel de negocio. Bélgica, por su parte, apuesta por una reforma en la que se ofrece a los trabajadores varias alternativas: la opción de trabajar cuatro días a la semana sin que suponga una reducción de las horas trabajadas semanalmente o trabajar menos durante una semana y compensarlo en la siguiente. De este modo, también se busca fomentar una mejor conciliación entre la vida laboral y familiar, ofrecer un mejor bienestar a los empleados y, en consecuencia, mejorar su rendimiento.
Además, el 27% de las empresas señala el aumento de la productividad como uno de los aspectos más positivos de la concentración en cuatro días de la jornada semanal de trabajo. Aun así, el aspecto más valorado es el de la mejora de la conciliación y la felicidad de los trabajadores con un 69%, seguido por la transformación de los sistemas de trabajo (con la implementación de nuevos procesos y dinámicas) con un 35% y la reducción de gastos, con un 26%.
«Es importante tener en cuenta que la ampliación de horas trabajadas en un mismo día puede suponer una disminución en cuanto a la productividad de los mismos trabajadores, dado que el nivel de concentración al final no es el mismo en jornadas de ocho horas que en jornadas de diez. Aun así, este hecho es relativo, ya que también depende de cada trabajador”, explica Calvo.
“Lo mismo ocurre con la conciliación familiar, ya que, dependiendo del perfil del trabajador, podría verse más o menos beneficiada. Tener un día más a la semana libre para poder estar con la familia o disfrutar del tiempo de ocio es estupendo, pero durante los días de trabajo, ese tiempo quedaría reducido notablemente y la conciliación familiar podría ser más difícil de gestionar», señala Calvo.
En cuanto a los aspectos más negativos, el 43% señala no disponer de la estructura necesaria para aplicarlo (personal, recursos, etc.), seguido por la imposibilidad de implantar este tipo de jornada en algunos sectores con un 36%. El 29% de las empresas apunta que no considera que sea un tema prioritario a aplicar, mientras que otros encuestados señalan que este formato puede generar más estrés en la plantilla (22%) o que trabajar menos horas no es rentable (13%).