La preocupación social por conseguir reducir al máximo el impacto medioambiental de los actos diarios ha ido creciendo en los últimos años.
Energías renovables, tejidos y materiales menos contaminantes para las compras, reciclaje y, cómo no, un uso más consciente de los recursos incluso en la oficina.
Pero, ¿qué hay de la impresión? Cada día se imprimen en el planeta billones de documentos que, pese a que la digitalización ha reducido, siguen suponiendo todo un reto para la ecología.
Un cartucho o tóner tradicional puede tardar un milenio en descomponerse si no es reciclado y, según las cifras que se manejan en el sector, 375 millones de unidades acaban en los vertederos. Por ello, también se legisló su categoría de residuo, definiéndose como eléctrico o electrónico en el RD 110/2015 ampliado, lo que buscaba facilitar su reutilización.
La impresión ecológica: el paso al frente del sector
Ser sostenible gracias a la impresión ecológica consiste en que todo el proceso sea optimizado para contaminar lo mínimo, sustituyendo elementos altamente contaminantes por otros más respetuosos como las tintas e incluyendo todas las nuevas tecnologías de impresión al servicio del menor impacto.
“Hasta hace poco, la mayoría de tintas se fabricaban a partir del petróleo o plástico, teniendo un alto impacto contaminante. Por suerte, actualmente ya existen tintas ecológicas que son fabricadas a partir de compuestos vegetales como la soja y agua, una alternativa más respetuosa” explican desde Jumboprinters, una de las imprentas online que han dado el paso al uso de este tipo de tintas, libres de compuestos orgánicos de tipo volátil (COV) y con certificación GreeGuard Gold.
Si a este gesto, además, se suman los materiales impresos, se puede tender a una impresión ecológica 100% verde y sostenible. Todo un reto al que cada vez se suman más compañías dispuestas a mejorar el impacto de sus procesos diarios.