Viviendas cada vez con menos metros, espacios de coworking, despachos sin almacén…estas son solo algunas de las características más habituales para vivir y trabajar en los últimos 10 años, lo que ha llevado a adoptar e importar una cultura anglosajona que, hasta ahora, no existía en España: el alquiler de trasteros.
Echar un vistazo actualmente a la oferta inmobiliaria de cualquier capital hace darse cuenta de que, si hay un inmueble que apenas está tiempo en el mercado, ese es un trastero.
¿Por qué? Porque hasta hace escasos 10 años, no era habitual que los edificios contaran con trasteros para cada vivienda, pero con la llegada del recorte de metros de vivienda, con la cantidad de utensilios que se tienen hoy en día y con el número de armarios de las viviendas, disponer de un pequeño almacén en el que colocar al menos un par de estantes y un armario y, por qué no decirlo, donde guardar también las bicis y demás electrodomésticos que se usan de vez en cuando, es todo un lujo.
Visto esto, es normal que haya comenzado un boom que ha dotado a naves de las afueras, situadas en polígonos cercanos, de instalaciones que garantizan todo tipo de seguridad y que han tenido una gran acogida.
El alquiler de espacios de almacenaje, tanto para particulares como para pequeñas empresas que necesitan de cierto stock para su funcionamiento, ha permitido que se pueda poner en marcha un nuevo concepto de logística basada en pequeños espacios, con seguridad, a precios más que razonables y con metros casi a demanda dependiendo de las necesidades.
“Además de facilitar espacios y metros de almacenaje, en nuestro caso concreto, facilitamos también la recepción y envío de paquetería incluso gestionando en ambos casos los paquetes dentro del trastero si así lo quieren, lo que facilita mucho a las pymes que dependen de sus ventas online tanto de la recepción de pedidos como del envío de los mismos” explican desde VicoBox.
¿Por qué es relevante esto? Porque en el caso concreto de esta empresa, situada en Ávila, facilita y abarata los costes de las pymes que pueden encontrarse localizadas en algunas localidades rurales sin necesidad de estar bajando a la capital todos los días. “Con esto del teletrabajo y la deslocalización de oficinas, somos un partner perfecto” concluyen.