Las farmacias de Castilla y León inician este lunes 19 de julio, el estudio que medirá el grado de inmunidad que proporcionan las vacunas COVID y las reacciones adversas que se derivan de ellas. Liderando esta investigación está la Red de Farmacias Centinela de Castilla y León, una red de 156 farmacias repartidas por la Comunidad que se encarga habitualmente de vigilar la seguridad de los medicamentos mediante la detección, notificación y prevención de problemas relacionados con el uso de los mismos, como son las reacciones adversas y los errores de medicación.
Esta Red desarrolla, además, proyectos de investigación como este; un estudio de seguridad y seroprevalencia de las vacunas frente a la COVID-19 que se ha puesto en marcha gracias a un convenio de colaboración entre el Consejo de Colegios Profesionales de Farmacéuticos de Castilla y León (CONCYL) y la Consejería de Sanidad. Las farmacias son las elegidas para acometer este estudio dada su proximidad y accesibilidad a los pacientes, así como su presencia en todo el territorio.
El objetivo es evaluar el perfil de eficacia y seguridad de las nuevas vacunas frente a la COVID-19 mediante la captación de ciudadanos, vacunados y no vacunados, y la realización de diferentes tipos de test en función de si la persona ha recibido ya la profilaxis o no. Todo ello con la vista puesta en analizar la existencia de anticuerpos de la COVID-19 en ambos casos, así como en la detección de posibles acontecimientos adversos.
Se reclutará a un total de 25 pacientes por farmacia para conocer el comportamiento y la evolución de las vacunas en la población. Y el estudio se desarrollará en dos fases.
La primera fase arrancará mañana y se prolongará hasta finales de mes. En ese plazo, las farmacias centinela de Castilla y León que participen de forma voluntaria en este estudio realizarán la selección y captación de los ciudadanos que van a formar parte de él. Se les elegirá para que haya una muestra representativa de distintos tramos de edad y se les realizará un test de anticuerpos diferente en función de si el ciudadano está vacunado o no. Además, se recogerá información sobre la vacunación, la infección por COVID19 y el seguimiento de acontecimientos adversos que se hayan detectado vinculados a las vacunas frente a este coronavirus.
Se analizarán numerosos parámetros. En el caso de los ciudadanos vacunados, se registrarán los episodios adversos detectados después de la vacunación, indicando si se produjeron tras la administración de la primera dosis, la segunda o ambas. En el caso de ciudadanos no vacunados, se registrará si han pasado la COVID-19 (confirmado con una prueba) y se detallarán los signos y síntomas. En caso de no poder confirmarse con una prueba, se detallarán los síntomas que se han tenido en el último año.
La segunda fase se desarrollará en la primera quincena de enero de 2022. En ese periodo se reclutará a un grupo diferente de ciudadanos, con los que realizar el mismo procedimiento (realización de test de anticuerpos, datos sobre la infección por COVID19 y detección de reacciones adversas derivadas de las vacunas).
Los datos obtenidos se registrarán para su análisis en una plataforma del CONCYL y, tanto el Consejo Autonómico como los Colegios Oficiales de Farmacéuticos de la Comunidad, ya están inmersos en procesos formativos para acometer el estudio. El CONCYL aportará los test de anticuerpos que se realicen a los pacientes que ya están vacunados y la Consejería de Sanidad, por su parte, pondrá a disposición de las farmacias los test que se realizarán a los ciudadanos participantes en el estudio que aún no están vacunados.
Este proyecto conjunto de CONCYL y la Consejería de Sanidad nace con el objetivo de avanzar en la seguridad de la población frente a las vacunas y pone el foco en la farmacia, ya que sus profesionales son una figura sanitaria cercana al paciente en muchos puntos y que puede desarrollar acciones de salud pública de forma efectiva.
Este estudio permitirá en definitiva obtener una radiografía avanzada del impacto de la vacunación y del grado de inmunidad obtenida, además de rastrear los efectos derivados de ellas. Todos estos datos permitirán, asimismo, diseñar futuras estrategias de salud pública.