Empieza el momento de la recuperación económica. Ese es, al menos, el mensaje que está intentando trasladar Pedro Sánchez a la sociedad no solo con los cambios en las carteras ministeriales sino con los cambios políticos que se asume están por venir.
Para empezar, la buena noticia es que el Consejo de la UE ha aprobado el Plan de Recuperación, lo que traerá a nuestro país alrededor de 69.5 mil millones de euros en los próximos cinco años para ir cumpliendo los objetivos de inversión y ayudas prometidas en el trabajo presentado y que servirán de base para la que han venido a llamar la futura España.
De hecho, las noticias y actualidad empresarial en España esperan el primer tramo de 9.000 millones que buscarán invertirse, sobre todo, en la digitalización y transición energética que permita poner a España en uno de los puestos privilegiados de I+D y, sobre todo, de energía renovables del continente.
“La promesa del ejecutivo a Europa se ha basado, sobre todo, en la búsqueda de acuerdo con los actores y agentes sociales en busca del consenso, porque si algo quedó claro es que no interferirá en el reparto que desde el Central se haga a las Comunidades Autónomas, algo que podría abrir el siguiente cisma político en nuestro país si, como se intuye, más del 40% acaba solo en una de ellas” explican desde diariodigital.info
A esta primera inyección se espera que se sume a lo largo del año otra de 10.000 millones de euros que habrá que seguir de cerca ya que la crítica viene por la falta de transparencia en el destino de los fondos europeos, del que solo se ha conocido hasta el momento uno: el Perte para la automoción.
Aún quedaría pendiente por saber cuánto se destinará a vanguardia, sobre todo a Sanidad y a los sectores primarios del sector agroalimentario, uno de los pilares de la economía de la llamada España vaciada y que podría ser la clave de la recuperación real no solo para la población de estas zonas rurales sino para abrir una nueva vía económica que participe de forma activa en la creación de empleo, de riqueza y de exportaciones.
Lo que parece claro es que las renovables van a recibir un buen pellizco. Tanto el hidrógeno verde como las energías limpias están en pleno auge de inversión y puede que eso permita que, junto con el refuerzo de la industria y producción agrícola y pecuario, permita una vía de trabajo que permita recuperar niveles previos a la crisis del 2007.