Justo cuando termina uno de los cursos escolares más difíciles de las últimas décadas es cuando se han puesto de manifiesto las necesidades de mejora de los centros educativos y formativos para afrontar el próximo curso que arrancará en septiembre y que ya parece que apostará por aún más presencialidad que el actual en el ámbito, por ejemplo, universitario.
La educación no solo depende de los contenidos de los programas y de medios utilizados, sino también, y en gran medida, del confort de alumnos y profesores en los centros educativos y, más concretamente, en las aulas, que han sido protagonistas este año al pasar más tiempo en ellas para sortear los grupos burbuja planteados por las autoridades sanitarias.
En este sentido, varios estudios realizados por expertos en la materia aseguran que una buena acústica mejora el rendimiento de los alumnos hasta en un 35%, lo que repercute directamente en las posibilidades de aprendizaje y de mejora de nota para quienes ya están en Bachillerato peleando por una nota media para la elección de carrera.
Ventilación y mascarillas: retos acústicos de las aulas
Un aula con una mala decoración estética y, sobre todo, con una acústica no adecuada puede ser perjudicial para el desempeño de los alumnos y profesores.
Actualmente, existe una mayor interacción por parte del alumnado en las horas docentes, el trabajo es cada vez más cooperativo y en equipo en vez de individual, lo que implica mayor interacción entre alumnos y, por tanto, mayor nivel sonoro en las aulas y en otros espacios. Y con las mascarillas, se ha complicado sobremanera la comprensión oral.
El ruido de fondo de aulas, pasillos y calle durante meses en los que era necesario mantener abiertas ventanas y puertas para garantizar la correcta ventilación ha sido todo un reto.
La reverberación y las bajas frecuencias distorsionan el sonido de las voces provocando la necesidad elevar la voz para hacerse oír, lo que puede provocar mayor contaminación acústica y, en definitiva, la necesidad de mantener una mayor concentración para entenderse lo que conlleva a un mayor nivel de estrés para todos.
Y todo parece indicar que, al menos el principio de curso, será parecido, lo que llevará este verano a los colegios a mejorar el acondicionamiento acústico
“No se puede repetir la misma situación de este año cuando existen soluciones que, además de mejorar la acústica, también cumplen con objetivos estéticos para que el alumno pueda acudir a la escuela relajado pero también con el ánimo de divertirse mientras aprende. Los colegios, centros de estudios, bibliotecas o universidades necesitan” explican desde Eurocoustic, empresa del Grupo Saint-Gobain con gran experiencia en países como Francia donde ha puesto al servicio de algunos centros escolares su gama Tonga para mejorar la capacidad de concentración y aprendizaje del alumnado, algo que hoy también puede avalarse en la Biblioteca de la Escuela de Ingenieros en Igualada.