Pese a que a priori pudiera parecer todo lo contrario, pues el coronavirus impuso duras medidas restrictivas que obligaron en algunos momentos a paralizar casi por completo cualquier actividad que no resultaba ser esencial, lo cierto es que desde que el coronavirus llegó a España la actividad y demanda de abogados no ha hecho sino incrementarse.
Y es que, la crisis sanitaria trajo de la mano una crisis económica que ha obligado a muchos empresarios a recurrir a un ERTE o, lo que es aún peor, echar el cierre para siempre, pues en algunos casos la situación llegó a ser insostenible.
Pero la pandemia ha traído consigo muchos más problemas a parte de los laborales, pues los largos meses de reclusión afectaron sobremanera a muchas familias. Algunas relaciones paternofiliales se deterioraban, al igual que lo hacían las conyugales, pero ahora, a diferencia de en otro momento, no había escapatoria posible, pues se estaba obligado a permanecer en casa.
En cualquier caso, la situación límite resultaba de la combinación de las dos anteriores, cuando un matrimonio había dejado de entenderse, pero la ausencia de ingresos imposibilitaba llevar a cabo la separación.
De hecho, y tal y como comentan desde Abad y Puche Abogados, un despacho de abogados integral, “durante el estado de alarma aumentaron todas las consultas relacionadas con asuntos laborales, es decir, aquellas relativas a despidos, modificación de las condiciones de trabajo y también las relativas a los Expedientes de Regulación Temporal de Empleo (ERTE)”.
“Por desgracia, el ámbito familiar también se ha visto seriamente afectado, aumentando las consultas sobre divorcios, derechos de visitas, desahucios y, por desgracia, también sobre las herencias”.
“Por su parte los asuntos administrativos y penales experimentaron un descenso, lo que no es de extrañar en el caso de estos últimos”.
De cara al futuro se espera que la situación se estabilice y se retome la tendencia de antes de la pandemia.