La Organización de Consumidores y Usuarios (OCU) celebra que el Ministerio de Consumo vaya a endurecer los requisitos de comercialización de las mascarillas higiénicas con el fin de mejorar su protección, especialmente en lo que se refiere a la obligación de anunciar en el etiquetado los porcentajes de filtración y respirabilidad. Datos que deberán estar certificados por un laboratorio acreditado.
OCU también aplaude una reivindicación propia recogida en la norma, como es la prohibición de comercializar mascarillas con cordones, por el riesgo de estrangulamiento que supone en niños pequeños.
Ahora bien, OCU insiste en que hoy por hoy prácticamente todas las mascarillas higiénicas desechables analizadas por OCU cumplen sobradamente con los requisitos fijados por la norma UNE 0064: filtración superior al 95% y respirabilidad inferior a 60 Pa/cm2. Los consumidores pueden seguir usándolas y adquiriéndolas con la tranquilidad de que protegen de forma adecuada.
Respecto a las mascarillas higiénicas reutilizables (habitualmente textiles), sí es posible encontrar modelos que no alcanzan los niveles fijados por la norma UNE 0065: filtración superior al 90% y respirabilidad inferior a 60 Pa/cm2. En cualquier caso, la media de filtración de los modelos que se comercializan en España es buena, ronda ese 90%; de hecho, es bastante superior al 82% de filtración de las mascarillas similares que se venden en otros países de la Unión Europea.
No obstante, OCU entiende que resulta más preocupante la dificultad para distinguir el empleo de mascarillas reutilizables no homologadas en espacios comunitarios. En este sentido insiste al Gobierno para que se faciliten mascarillas higiénicas homologadas de forma gratuita, ya que es la mejor manera de promover su uso. Hoy por hoy una familia de cuatro miembros afronta un coste mensual de entre 50 y 130 euros según el tipo de mascarilla utilizada.
Por último, OCU recuerda que, tan importante como utilizar una mascarilla homologada, es hacerlo correctamente. Es vital llevarla bien ajustada a la cara, sin apenas tocarla y durante no más de cuatro horas: según una encuesta de OCU se llevan una media de 12 horas, tres veces más de lo recomendable.