El trabajo publicitario en medios físicos no es tan novedoso como el posicionamiento online, no obstante, es un tipo de publicidad que aún funciona y da muchos frutos. Sería un error por parte de las empresas no considerar de vital importancia la publicidad offline. No obstante, este tipo de publicidad debe diseñarse de forma inteligente
Una imagen vale más que mil palabras, pero siempre deben escogerse y utilizarse de forma inteligente para que acompañen al texto coherentemente y dirijan a la empresa hacia el objetivo. Según un estudio realizado por Statista, en el año 2019 se invirtieron 382,9 millones de euros en publicidad exterior. No cabe duda de que la publicidad exterior funciona, ya que permite la segmentación geográfica, estimula la compra por impulso y es muy efectiva a la hora de impactar.
Incorporar fotografías en la cartelería publicitaria es muy importante. En primer lugar, resalta al máximo la imagen de un producto o la calidad que tiene el mismo. Además, mediante las imágenes una empresa se puede diferenciar de la competencia. Otra razón por la que meter imágenes en los folletos o la cartelería en general es que de esta forma es posible incorporar la imagen humana para transmitir distintas emociones, ilustrar distintos escenarios o situaciones, etc.
También hay que entender que no siempre son necesarias las imágenes en un folleto. Si el folleto ya es lo suficientemente informativo y conciso, con algo de diseño gráfico ya se puede transmitir y comunicar. Ahora bien, si hay que recurrir a las imágenes, hay que hacerlo correctamente. Para comenzar, las imágenes de un cartel o un folleto deben ser de alta calidad o de una calidad adecuada. Según ImprentaMadrid.com, para que una imagen sea de alta calidad, debe tener una resolución de 300 dpi. De esta forma las imágenes se verán nítidas.
Para poder hacer uso de imágenes de alta resolución se puede tanto optar por realizar fotografía de alta resolución a los productos, como buscar imágenes en bancos de imágenes de pago o gratuitos, según los recursos de los que se disponga. Obviamente, siempre es una idea mejor optar por imágenes propias. También es importante tener en cuenta la manipulación o la edición de las imágenes. En el caso de utilizar varias imágenes es muy importante unificarlas, para que todas tengan la misma exposición, contraste, saturación, etc.
Por último, la distribución de las imágenes es muy importante para darle sentido al folleto. Todos los elementos deben tener coherencia y protagonismo. Por ejemplo, los dípticos y los trípticos utilizan una distribución de 50-50. También hay que considerar si se quiere respetar las sangrías con las fotografías o no. En muchas ocasiones prescindir de las sangrías da un mejor aspecto a los carteles, pero hay que asegurarse a la hora de cortar los carteles, de que no se vaya a cortar algo importante.