El desplome del sector inmobiliario que tuvo lugar durante el confinamiento, parece haber iniciado un cambio de tendencia durante el mes de junio. Al menos eso es lo que se desprende de los datos publicados por el Instituto Nacional de Estadística (INE), según los cuales la compraventa de viviendas en España había caído un 24,6% en el primer semestre del año, es decir, una cifra superior a las 60.000 (61.524) casas transmitidas inscritas en los registros de la propiedad
De los primeros seis meses del año tan sólo ha mostrado datos mejores que el año pasado el mes de febrero, con una diferencia apenas fue de 40 operaciones más. El resto de los meses salen perdedores con respecto al año anterior, especialmente desde el decreto del estado de alarma: marzo (-9,25%), abril (-40,37%), mayo (-53,7%) y junio (-34,3%). Sin embargo, en el último mes se presenta un cambio de tendencia, por lo que el sector abre una ventana al optimismo.
Las cifras se explican no tan sólo por la incertidumbre del momento, sino también por las restricciones impuestas por el estado de alarma, que impedían el ejercicio de cualquier trabajo no esencial, lo que incluía aquellos trabajos realizados por agentes inmobiliarios a la hora de mostrar presencialmente los inmuebles a posibles clientes. Por ese motivo y por otros, hay voces en el sector que son optimistas.
Otro dato que apuntala ese optimismo es que en lo referente a los ERTES, al sector inmobiliario no parece haberle hecho mella la crisis, ya que el número de trabajadores con reducción de jornada en actividades inmobiliarias fue de tan solo 10.582 en toda España y en las actividades de alquiler de 12.726. Fuentes consultadas a una importante inmobiliaria en Zaragoza incluso confirman que la demanda de inmuebles con características concretas como amplias terrazas, mucha luz o balcón, han crecido en demanda.
Esto se explica debido a que los meses de confinamiento han destapado las deficiencias que muchos hogares tienen en nuestro país en términos de habitabilidad. «La gente teme un nuevo confinamiento, temen tener que volver a pasar meses sin apenas poder ver la luz del sol, y buscan, dentro de sus posibilidades, espacios más amplios, o como mínimo ,más luminosos y aireados. También hay muchas familias que han optado por escapar de las grandes ciudades y ir a vivir a los pueblos cercanos, aunque ello implique trayectos más largos para ir a trabajar», explica el gerente de isorona.com.
De todos modos, en estos momentos parece que todo está por decir. Según el consejero delegado de Foro Consultores Inmobiliarios «hemos visto que ha aumentado la oferta de segunda mano y en algunos casos los posibles compradores están esperando para encontrar un chollo’. Esto alargará más las posibilidades de cerrar una compra ‘sobre todo en las zonas donde la crisis y el paro castigue más; va a haber una conjunción entre menos gente que va a poder comprar por la crisis y más gente que necesite vender».
La evolución de la economía y el desempleo serán determinantes para ver cómo se recupera el sector inmobiliario. En un entorno de incertidumbre como el actual y ante el temor de inminentes rebrotes que impongan nuevas restricciones es difícil prever con claridad el desenlace del año para el sector inmobiliario y saber con certeza cuál será el momento óptimo para comprar o vender una propiedad, o tal vez, invertir en ladrillo.