Los efectos beneficiosos del consumo responsable de vino son conocidos desde hace años pero aún quedaban por reconocer los compuestos responsables de esas ventajas para el cuerpo humano. Los ‘taninos‘ son concretamente los antioxidantes que, al tomarse en su justa medida, ayudan al organismo gracias a sus propiedades antiinflamatorias y antienvejecimiento. Asimismo, contribuyen también a reducir los efectos de enfermedades cardiovasculares y degenerativas.
Su impacto en la salud de las personas depende de la procedencia de cada antioxidante, ya que el organismo absorbe y transforma de formas diferentes estos elementos en función de su origen y estructura.
Y los investigadores del Instituto de Investigación y Formación Agraria y Pesquera de Andalucía (Ifapa), dependiente de la Consejería de Agricultura, Ganadería, Pesca y Desarrollo Sostenible, han participado en un estudio internacional cuyo resultado ha sido la identificación de un total de 85 compuestos. Unas sustancias procedentes de la absorción y metabolismo de dos extractos de taninos procedentes, concretamente, del vino tinto (de la variedad Cabernet Sauvignon) y de semilla de uva (Vitis vinifera L. cv. Cabernet Sauvignon).
Por tanto, a este descubrimiento de los taninos, que permite un mayor conocimiento de las propiedades intrínsecas de ambos productos, se suma otra conclusión de gran calado: un posible incremento del valor añadido de las semillas de uva. La confirmación del carácter saludable de su consumo podría potenciar su uso en la elaboración de alimentos funcionales, por lo que aumentaría la rentabilidad de un producto que, a priori, podría considerarse con poco aprovechamiento o incluso un residuo. Según esta investigación, los taninos presentes en esta semilla inciden en la circulación sanguínea mejorando la función vascular y, además, son beneficiosos a nivel cognitivo.
Estas son algunas de las conclusiones que ha alcanzado el equipo internacional de expertos en el que, además de investigadores del Grupo de Alimentación y Salud del centro Ifapa Alameda del Obispo de Córdoba (José Luis Ordóñez, Gema Pereira y José Manuel Moreno-Rojas), también han participado profesionales de las universidades de Davis (EEUU), Parma (Italia) y Montpellier (Francia) y del Australian Wine Research Institute (Australia).
La participación de los científicos del Ifapa en este estudio se enmarca en el trabajo que realiza esta entidad andaluza sobre ‘Nutrición y Salud’. Esta línea de trabajo del Gobierno andaluz, que persigue profundizar en el análisis de los efectos saludables de los alimentos, se desarrolla actualmente a través de diversos proyectos de investigación y colaboraciones con empresas.
Detalles del estudio
Una de las características más importantes de este trabajo de investigación es la confirmación de que el organismo metaboliza de forma diferentes los taninos del vino y de la semilla de la uva porque tienen estructuras químicas distintas. Por tanto, los efectos que estos compuestos tienen en la salud o la actividad biológica de las personas también son distintos. Por un lado, los antioxidantes del vino son ricos en monómeros y polímeros de bajo peso molecular, mientras que los taninos de las semillas de uva tienen estructuras más complejas con polímeros de mayor peso molecular.
Este estudio en el que ha participado el Instituto andaluz ofrece información sobre el tipo concreto de compuestos que hay que estudiar con detenimiento para poder conocer mejor qué actividad biológica pueden ejercer en función de su procedencia. Se trata de los conocidos como ‘metabolitos’. Anteriormente se había llevado a cabo estudios de varias actividades biológicas empleando los taninos presentes en vino o semilla sin atender a la transformación que sufren al ingerirse o absorberse.