El Servicio Andaluz de Salud (SAS) ha ordenado la reitrada de distintos hospitales de la comunidad de mascarillas filtrantes procedentes de una donación a sus profesionales sanitarios por no cumplir con los debidos niveles de protección para este tipo de productos. También han sido donadas a hospitales, centros sanitarios y residencias de mayores de varias comunidades así como vendidas a farmacias de toda España.
Las retiradas ahora son unidades de la marca Inuan modelo KN95, que supuestamente cumplían los niveles de penetración de material filtrante de las mascarillas FFP2, esto es, del 8%. La Junta remitió unidades este martes al Centro Nacional de Medios de Protección, dependiente del Ministerio de Trabajo, y los técnicos certificaron que las Inuan KN95 incumplen la norma, dado que presentan una penetración de material filtrante del 18%, 15% y 20%, según ha publicado El País.
FACUA-Consumidores en Acción reclama a la Consejería de Salud andaluza transparencia sobre lo ocurrido y lamenta que se haya negado a identificar públicamente al donante al ser preguntada por los medios de comunicación. Asimismo, insta al Ministerio de Sanidad a que coordine actuaciones con el resto de comunidades autónomas para identificar el resto de hospitales y centros sanitarios donde se hayan distruibido estas mascarillas.
Se trata de mascarillas Inuan KN95, modelo del que la asociación del médico y empresario granadino Jesús Candel (Spiriman), Justicia por la Sanidad, ha vendido a 1.400 farmacias de toda España. Candel cifra los pedidos en más de 1 millón de euros.
Las mascarillas forman parte del material de protección que la asociación de Candel ha distribuido entre hospitales, centros de salud y residencias de mayores de toda España tras haberlo adquirido con el dinero de las donaciones que ha obtenido en las últimas semanas. Ascienden a casi 900.000 euros, según ha informado el facultativo, que en los últimos tiempos ha sido condenado en varias ocasiones por la justicia por sus insultos a distintos políticos y profesionales de la sanidad.
Candel, que en las últimas semanas ha estado descalificando a distintas administraciones por haber adquirido mascarillas que finalmente no cumplían la normativa, asegura que compra las suyas –«de las güenas», ha dicho- a 1,90 euros la unidad (antes de impuestos) a un proveedor al que según su versión el Gobierno no se las quiso comprar y cuyo nombre no ha querido identificar. Se las vende a las farmacias por 2,54 euros (2,20 más IVA).
Extremar los controles
FACUA espera que sea cual sea su procedencia, antes de distribuir los equipos de protección entre los profesionales, tanto el Gobierno como las diecisiete comunidades autónomas extremen los controles para verificar su efectividad.
El SAS investiga cuántos médicos, enfermeros y auxiliares han usado estas mascarillas para realizarles test rápidos, PCR o ponerlos en aislamiento. «Estas mascarillas proceden de una donación particular directamente a los trabajadores y no han sido proporcionadas por la Subdirección de Compras ni por las Centrales de compras provinciales del SAS», alegan fuentes de la Consejería de Salud en declaraciones a El País, aunque no han querido identificar al donante.
Se suman a las Garry Galaxy, KN95 Mask (Purvigor) y Elite Respirator EB09.049
Se trata del cuarto lote de unidades defectuosas que sufren los profesionales sanitarios andaluces. El primero fue una partida de la marca Garry Galaxy distribuidas por el Ministerio de Sanidad, a los que se sumaron otros dos lotes de los modelos KN95 Mask (Purvigor) y Elite Respitator EB09.049, adquiridos por la Junta andaluza y retirados este miércoles.
Del primer lote defectuoso, de la marca GarryGalaxi, la Junta inmovilizó 37.851 unidades. Del segundo y tercero requisó 16.048 mascarillas de un total de 36.350 adquiridas, mientras que del cuarto carece de momento de cifras, según ha publicado el citado diario.