Acaban de darse a conocer los datos de la última Encuesta de Población Activa, correspondientes al primer trimestre de 2020, que realiza el Instituto Nacional de Estadística. Aunque los datos son negativos en comparación con anteriores oleadas de la EPA (se habla de medio millón de empleos destruidos y de una tasa de paro del 14,4%), los analistas señalan que quedan aún muy lejos de la realidad del mercado laboral español puesto que en ellos no se recogen a los trabajadores afectados por ERTEs ni a los autónomos que han tenido que cesar temporalmente su actividad.
Para Javier Blasco, director del Adecco Group Institute:“los datos de la EPA de hoy, dentro de lo negativos que son, no recogen la realidad actual del empleo en España, pero eso ya se sabía, porque recoge en sus 5/6 partes (5 primeras quincenas de las 6 que analiza) un escenario sin los efectos del confinamiento y el parón en la producción y el consumo. De hecho, suele ser un trimestre de malos datos por la finalización de los periodos navideño y de rebajas”.
“Las cifras reales hablan de una economía en clara recesión, que está tratando de evitar la depresión, y de una enorme pérdida de empleo, que desgraciadamente y dependiendo de los sectores, se va a prolongar varios años. Hay que pensar que, si se suman a los actuales 3,7 millones de parados oficiales a finales de abril que trabajan por cuenta ajena (datos del SEPE), los 1,2 millones de autónomos que han solicitado la prestación por cese de actividad, y los 4 millones de trabajadores de empresas privadas que están cobrando prestaciones por desempleo por están incursos en ERTES, se habla del entorno de 9 millones de parados. Esto supone una tasa de desempleo del 35-40%, lo que puede lastrar mucho la recuperación no sólo porque los empleadores no tienen actividad y no pueden seguir manteniendo y creando empleo, sino porque las personas y familias consumen menos, y en el entorno internacional también ocurre igual, lo que retroalimenta la salida de la crisis en sentido negativo”, aventura Blasco.
Es por ello que el director del Adecco Group Institute insiste en que: “es más importante que nunca para empresas y empleadores minimizar impuestos y bonificar cotizaciones a la Seguridad Social, eliminar todo gasto público que no vaya directamente a luchar contra la pandemia, atender a los más desfavorecidos o a crear empleo. También hay que favorecer medidas de flexibilidad para las empresas que permitan una más rápida creación de empleo, y hay que intentar maximizar la posible disposición de rentas y la liquidez para potenciar el consumo y la inversión”.
Sobre los sectores más afectados por esta situación, Blasco también señala que “las mayores caídas se han producido en restauración y alojamiento, con una incidencia de casi el 90% ahora y de un -58% previsiblemente en todo el 2º trimestre, y que al final de año podrá estar en torno al -20%. En segundo lugar, el resto del sector servicios, que en el 2º trimestre registrará una caída del 30% y hasta comienzos de 2021 no alcanzará el nivel “base” (0%). La industria y construcción tendrán caídas en el próximo trimestre en torno al 16-17%, y que al final de 2020 aún estarán al -5%. Los sectores y perfiles menos afectados han estado en la Sanidad, agricultura y pesca, comercio electrónico, parte de la distribución y transporte, telecomunicaciones, energía, y servicios legales y de asesoramiento”.
Datos más destacados
Como ya ha dado a conocer el Instituto Nacional de Estadística, el número de parados registrados es de 3.313.000 a finales de marzo, con la destrucción de 509.800 empleos durante la segunda quincena del mes. Pero también señala que aquí no se incluyen los afectados por ERTEs, que suponen otros 562.900 trabajadores afectados.
Al finalizar marzo, el número total de ocupados se situó en 19.681.300 personas (pero incluso los datos del SEPE para ese mes ya hablaban del mayor descenso en la historia de su afiliación, con una caída de 833.979 afiliados que situaba la cifra de los ocupados por debajo de los 18,5 millones).
La tasa de paro se incrementó seis décimas entre enero y marzo, hasta el 14,41% (no se registraba un dato tan negativo desde el año 2013), mientras que la tasa de actividad bajó cinco décimas, hasta el 58,18%, tras reducirse el número de activos en 164.600 personas en el primer trimestre (-0,7%).